El futuro de Cataluña

El presidente defiende mantener el Estatut actual y descarta una mayor descentralización

Entrevista al presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez.

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El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, ha defendido este jueves que él no es partidario de una mayor descentralización en Cataluña, sino que quiere mantener el actual "estatus quo" en relación con el Estatut catalán.

En una entrevista con el diario digital Nius, Sánchez ha reconocido que entre los detractores de la independencia en Cataluña, no todo el mundo piensa lo mismo. "Hay gente en Cataluña que quiere una recentralización por parte del Estado de las competencias, otros que queremos mantener el estatus quo, me refiero al Estatuto de Autonomía y otros en cambio que proponen una mayor descentralización", ha señalado.

Hasta ahora, el líder del PSOE venía defendiendo una profundización y mejora del autogobierno catalán a través de una reforma del Estatut e incluso el PSOE pactó con el PSC en 2017 la Declaración de Barcelona en la que se defendía una reforma de la Ley Orgánica del Poder Judicial para recuperar algunos aspectos que el Tribunal Constitucional anuló del Estatut, como la creación de un Consejo de Justicia Catalán configurándolo como una instancia desconcentrada del propio Consejo General del Poder Judicial.

A lo largo de la entrevista, Sánchez tampoco ha defendido en ningún momento la España federal de la que solía hablar estando en la oposición. De hecho, ha explicado que la diferencia entre los socialistas y los independentistas es que ellos quieren identificar a Cataluña como un estado independiente y los socialistas piensan que la mejor manera para que Cataluña exprese su identidad "es a través del Estado autonómico".

Sánchez ha revelado que "desde hace un tiempo" no mantiene contacto con el president de la Generalitat, Quim Torra, si bien ha admitido que hay una colaboración "bastante positiva" entre su Gobierno con muchos de los departamentos del Govern catalán.

Al presidente del Gobierno le preocupa la reciente detención de miembros de los Comités de Defensa de la República que preparaban acciones terroristas y ha culpado al secesionismo de "contribuir" con su discurso falso contra España a la "radicalización de elementos extremistas".

Bajo su punto de vista, hay responsables independentistas que están banalizando estos indicios de violencia y radicalización en sus propias filas, lo que Sánchez juzga peligroso y preocupante porque el independentismo no sólo busca que Cataluña salga de España sino expulsar a España de Cataluña, como quedó reflejado en la forma en que manifestantes catalanes increparon el martes pasado a una periodista de Telecinco.

"No se tiene que ir nadie de Cataluña voten lo que voten y piensen lo que piensen", ha defendido Sánchez, que considera que ése es un "proyecto peligroso, divisorio (...) y que debe llevar a la reflexión al movimiento independentista".

Sánchez también ha advertido al independentismo de que son ellos los que tienen la "responsabilidad" de evitar obligar al Estado a aplicar un artículo "perfectamente legítimo" como es el 155. Si no cometen "irresponsabilidades", el Gobierno no tendrá que adoptar "medidas extraordinarias", ha abundado. El líder socialista ha negado estar amenazando con el 155 para sacar votos en campaña y ha argumentado que hablar de manera permanente del 155 antes de las elecciones del pasado 28 de abril fue lo que hicieron PP y Ciudadanos y "tuvieron el resultado que tuvieron".

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Sánchez ha aclarado que, en caso de necesidad ante un hipotético desafío independentista, el Gobierno, aun estando en funciones, podría aplicar tanto el 155 como la Ley de Seguridad Nacional. De cara al 10 de noviembre, Sánchez ha confiado en que tras los comicios, y más allá de cuántos escaños suba o deje de subir su partido, cambien las "actitudes" del resto de formaciones y no se vuelva a producir un bloqueo como ha ocurrido en esta breve legislatura en torno a la única formación capaz de liderar el Gobierno.

Eso sí, ha calificado de "ciencia ficción" la posibilidad de alcanzar un acuerdo con el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, de cuya formación se decía que iba a traer estabilidad y lo que ha aportado es, a juicio de Sánchez, lo contrario. El presidente ha puesto en valor su negativa a ceder a las exigencias de Podemos y configurar un Gobierno que habría dependido de las fuerzas independentistas para sumar mayoría absoluta porque esa actitud ha desvelado la "gran hipocresía" de la derecha, que le caricaturizaba como un líder dispuesto a todo con tal de mantenerse en la Moncloa y al mismo tiempo le empujaba a pactar con Podemos y los independentistas.

En opinión de Sánchez, ha quedado demostrado que ha "antepuesto el interés general" de lograr estabilidad y gobernabilidad cierta para el país, objetivo que busca alcanzar el 10 de noviembre. Sánchez también ha defendido como un acto de "responsabilidad" su decisión de actualizar las entregas a cuenta a las comunidades autónomas antes del 10 de noviembre ante los "nubarrones" que se presentan en el horizonte económico y que tienen más que ver, ha dicho, con factores exteriores como la guerra comercial entre China y Estados Unidos que con los fundamentos de la economía española, que ha definido como "sólidos".

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