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Unión Europea

Las sombras que pueden empañar la audiencia de Borrell en Bruselas

El candidato a Alto Representante para la Política Exterior de la UE, Josep Borrell.

Importante prueba de fuego para Josep Borrell en Bruselas. El ministro en funciones tendrá que someterse este lunes en el Parlamento Europeo al duro examen de los eurodiputados que conforman la Comisión de Exteriores, una audiencia indispensable si pretende ocupar el puesto de Alto Representante para la Política Exterior y de Seguridad. Con más de cuatro décadas de trayectoria política a sus espaldas, tanto a nivel nacional como comunitario, el nombre de Borrell fue el elegido formalmente a comienzos de agosto por los jefes de Estado y de Gobierno de los Veintisiete para dirigir la diplomacia de la UE. Sin embargo, y a pesar de contar con el beneplácito del Consejo Europeo, lo cierto es que Borrell nunca ha dado el puesto por seguro. Desde el minuto uno, se ha mostrado prudente y ha avisado de la importancia que tiene la audiencia en el Parlamento durante el proceso de designación. Un examen que siempre se cobra alguna que otra víctimavíctima y en el que las fuentes consultadas por infoLibre esperan que salgan a relucir algunas de las polémicas que han salpicado al ministro en funciones durante los últimos años.

El proceso para que la Eurocámara dé su beneplácito tanto a los comisarios como al jefe de la diplomacia europea es largo. El primer filtro que deben superar es el de la Comisión de Asuntos Jurídicos, que se encarga de examinar las declaraciones de intereses económicos que los aspirantes hacen llegar al Parlamento. Con el visto bueno de este órgano se invita a cada candidato a comparecer ante la comisión del ramo. Este es la segunda criba que deben superar. En audiencia única, los aspirantes están invitados a responder a preguntas sobre, por ejemplo, su independencia personal o la gestión de su cartera. Estos exámenes se prolongan durante unas tres horas, que arrancan con una intervención inicial del candidato y continúan con una batería de cuestiones. Tras el cónclave, se toma una decisión, que para ser favorable debe contar con el respaldo de al menos dos tercios. Si no lo logra, se pide información adicional. De haber nuevo bloqueo, se celebra otra audiencia más. Y si no se consigue desatascar, se organiza una votación secreta en la que sólo es necesaria una mayoría simple.

Después de que se diera el visto bueno a su declaración de intereses económicos, Borrell se enfrenta ahora a la prueba más dura de un proceso que ya ha causado dos bajas en la Comisión Europea de la alemana Ursula von der Leyen y que deja a otros dos aspirantes en el alambre. Los primeros en caer fueron los candidatos a comisario designados por Hungría y Rumanía, que fueron rechazados por Asuntos Jurídicos antes de la audiencia al considerar que no tenían “la capacidad necesaria para ejercer sus funciones”. En el caso del húngaro, pesaron en la decisión sus vínculos con Rusia y su relación con una firma de abogados, mientras que en el de la rumana preocupaba un préstamo de 170.000 euros que había recibido de una persona con intereses en el sector turístico. Las audiencias, además, han dejado a la francesa Sylvie Goulard y al polaco Janusz Wojciechowski en la cuerda floja. La primera deberá responder a una nueva batería de preguntas escritas. El segundo tendrá que someterse también este lunes a una nueva evaluación en la Eurocámara.

Los cónclaves se esperaban duros después de que el Consejo Europeo colocase a Von der Leyen al frente del Ejecutivo comunitario tras rechazar a los candidatos propuestos por las familias políticas del Parlamento. El descontento fue mayúsculo, lo que se vio reflejado durante la ratificación en la Eurocámara de la alemana como nueva presidenta de la Comisión: 383 votos a favor frente a 327 en contra. Pero a pesar de lo duro o ruidoso que pueda terminar siendo el examen al aspirante al cargo de Alto Representante para la Política Exterior, las fuentes consultadas por este diario no creen que Borrell vaya a terminar cayendo. “No hay grandes riesgos. La alianza entre socialdemócratas, populares y liberales debería garantizarle el paso”, señalan desde el Grupo Confederal de la Izquierda Unitaria Europea (GUE/NGL), una opinión que también comparten las fuentes pulsadas en Los Verdes/Alianza Libre Europea (Greens/EFA). Esto, sin embargo, no quiere decir que vaya a ser una audiencia cómoda para el que fuera presidente del Parlamento Europeo entre 2004 y 2009.

Conflictos de intereses e intervenciones polémicas

Durante las tres horas de examen, se espera que salgan a colación algunas de las dudas que penden sobre el aspirante a Alto Represente. Una de ellas es la que tiene que ver con el paquete de acciones que Borrell tiene en Bayer, Iberdrola y BBVA. La Comisión de Asuntos Jurídicos reclamó a mediados de septiembre al ministro en funciones información adicional sobre la declaración de intereses económicos que había presentado. En dicha solicitud, el órgano de la Eurocámara preguntaba al español si estaba dispuesto a vender sus participaciones en esas tres empresas, inscritas en el Registro de Lobbies de la Unión Europea y que anualmente destinan a actividades de presión al menos 4,31 millones de euros en conjunto. En su respuesta al requerimiento, Borrell dejó claro, por un lado, que esas acciones “representan una pequeña cantidad de su patrimonio” –2,3% de sus activos Iberdrola, 2,5% Bayer y 8,10% BBVA– y, por otro, que los sectores de actividad de dichas empresas “no están relacionados con las responsabilidades” para las que ha sido designado.

En su explicación, no obstante, el ministro en funciones dejó claro que estaba dispuesto a seguir las indicaciones de Asuntos Jurídicos si el órgano parlamentario concluía que las participaciones podrían representar un potencial conflicto de intereses. Pero no hizo falta. Las respuestas de Borrell convencieron a la comisión, que a finales de septiembre consideró que la declaración del candidato español no representaba ningún problema. La decisión se tomó con 17 votos a favor y 7 en contra. El visto bueno lo dieron los miembros del Partido Popular Europeo, los socialdemócratas y los liberales. La opinión negativa procedió del Grupo de la Izquierda Unitaria, Los Verdes, Identidad y Democracia y Conservadores y Reformistas –el grupo donde se integra Vox–. Sin embargo, a pesar del beneplácito que dio Asuntos Jurídicos a la declaración económica, fuentes de Los Verdes consideran que es necesario que el ministro dé “más explicaciones” al respecto. “Es preocupante que tenga acciones en empresas con intereses a nivel internacional”, apuntan.

Esas mismas fuentes, no obstante, no creen que el tema de las acciones vaya a ser el único que se ponga sobre la mesa de la Comisión de Asuntos Exteriores. Otra de las cuestiones que tiene todas las papeletas para ser aireada durante la audiencia es la sanción de 30.000 euros que la Comisión Nacional del Mercado de Valores impuso el pasado mes de noviembre al aspirante por “infracción muy grave” en una operación de venta de acciones de Abengoa a finales de 2015. El organismo regulador abrió el expediente en julio de 2017 al sospechar que el ahora ministro en funciones podría haberse valido de información privilegiada a la hora de deshacerse por 9.030 euros de un paquete de 10.000 acciones de la tecnológica a nombre de su exmujer, Carolina Mayeur. La operación se produjo sólo dos días antes de que Abengoa, de la que entonces era consejero, presentara preconcurso de acreedores y las participaciones de la firma se desplomaran. Borrell, que rechazó presentar un recurso de alzada ante Economía, siempre ha defendido que nunca dispuso de información privilegiada en la venta.

Otra sombra sobre el currículum del candidato a liderar la diplomacia europea que también podría ser utilizada en su contra es su prematuro abandono como presidente del Instituto Universitario Europeo de Florencia, una institución que se vio obligado a dejar dos años después de asumir el cargo por un conflicto de intereses. En concreto, Borrell formaba en aquella época parte del Consejo Asesor Internacional de Abengoa, empresa relacionada al desarrollo tecnológico sostenible en los sectores de la energía y el medioambiente, lo que entraba en colisión con el Instituto Universitario Europeo, en cuya oferta académica se incluían estudios sobre el cambio climático. Las fuentes consultadas, además, creen que también pueden salir a relucir durante el examen algunas de las polémicas declaraciones realizadas por el español, entre las que destacan su defensa del acuerdo sobre refugiados Unión Europea-Turquía asegurando que “fue una solución para detener una hemorragia de inmigrantes”. Es sólo uno, dicen, de los “casos de poca diplomacia famosos” que ha protagonizado Borrell.

  El candidato, además, ya avanzó a mediados de julio que el independentismo podría intentar boicotear su candidatura en Bruselas recurriendo al supuesto espionaje del Gobierno a las embajadas de la Generalitat en Berlín, Londres y Ginebra. Estos hechos se conocieron a raíz de la documentación que la Abogacía del Estado puso en manos del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña en el marco de la demanda interpuesta por el Ministerio de Exteriores para intentar paralizar la actividad de las tres delegaciones catalanas en el extranjero. Entre la información puesta en conocimiento de la justicia, había mensajes confidenciales que la Generalitat mandó a sus embajadas. Borrell ha insistido en todo momento en que “ni la Generalitat tiene embajadas, ni el Ministerio tiene espías”. Sin embargo, el aspirante a dirigir la diplomacia comunitaria ya ha señalado en alguna ocasión que las formaciones independentistas en la Eurocámara sacarán este asunto para intentar “torpedear” su candidatura. “Si pueden, lo harán”, señaló de forma categórica a la entrada de uno de los últimos consejos de ministros de Exteriores en la Unión Europea.

Venta de armas, Palestina o el Sáhara

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La Izquierda Unitaria, por su parte, pretenderá que Borrell, como aspirante a ocupar el cargo de Alto Representante para la Política Exterior, se “posicione políticamente” y “sea claro” respecto a algunos temas internacionales que incumben a la Unión Europea. El primero que ponen sobre la mesa fuentes de este grupo parlamentario es el de la “venta de armas a países en conflicto”. Según el informe Armas europeas que alimentan conflictos, elaborado por el Centre Delás d’ Estudis per la Pau, entre 2003 y 2014 el bloque comunitario vendió armamento y materiales o equipamiento de carácter militar a 63 de los 65 países en situación predominante de tensión o conflicto armado. Las fuentes consultadas ponen el acento, sobre todo, en Arabia Saudi, al que los países miembro de la UE concedieron en 2016 más de seis centenares de licencias para exportaciones de armas por valor de 15.800 millones de euros. La Eurocámara ya aprobó hace casi un año una resolución en la que pedía que los Estados impusieran un embargo de material bélico a Riad. Algunos, como Alemania, ya lo han hecho.

El grupo del que forman parte IU y Podemos también espera que sea “bastante claro” en relación con el conflicto palestino-israelí y con el Sáhara. Sobre el primer asunto, fuentes de esta familia política señalan que es necesario que la Unión Europea “pase de las declaraciones grandilocuentes a los hechos concretos”, ante un Israel tratado como “socio preferente” que está “incumpliendo a cara descubierta la legislación internacional”. En cuanto al segundo, las mismas fuentes se centran en la sentencia del Tribunal de Justicia de la UE de febrero de 2018, que validó el acuerdo de pesca entre la UE y Marruecos pero excluyendo las aguas adyacentes al Sáhara Occidental, donde se producen más del 90% de las capturas europeas de la zona. Sin embargo, recuerdan desde la Izquierda Unitaria, el pasado mes de enero Bruselas y Riad firmaron un nuevo pacto que seguía incluyendo el área vetada por Luxemburgo. El acuerdo recibió el visto bueno de la Eurocámara, que descartó la posibilidad de preguntar al TJUE por su legalidad alegando que tenía el consentimiento de las poblaciones afectadas.

Con todos estos temas en el tintero, y después de responder a un amplio cuestionario que incluía cuestiones acordadas por la Conferencia de Presidentes y la Comisión de Asuntos Exteriores, Borrell tendrá que enfrentarse a partir de las 14.30 horas al largo examen de la Eurocámara. Las fuentes consultadas creen que, salvo sorpresa, no tendrá muchos problemas para superarlo gracias “al acuerdo entre socialdemócratas, populares y liberales”. De hecho, a comienzos de septiembre, el líder del PP, Pablo Casado, anunció que respaldarían al candidato español aunque lo tuvieran que pasar “mal por Abengoa”, en referencia a la sanción de la CNMV. “No seremos tan desleales como ustedes con Miguel Arias Cañete porque tenemos respeto y responsabilidad institucional”, completó el líder de los conservadores aludiendo a la decisión de la delegación española socialista de votar en contra del conservador en 2014 durante su audiencia para comisario.

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