Memoria histórica

Así informa la prensa internacional sobre la exhumación del dictador

Dossier sobre la exhumación de Francisco Franco en el diario portugués 'Público'.

Este jueves el cadáver del dictador será finalmente exhumado del Valle de los Caídos, después de que el Tribunal Supremo pusiera fin a toda una batalla judicial que se ha prolongado durante meses. Después del primer paso, que se prevé a las 10:30 horas, los restos de Francisco Franco serán trasladados al panteón familiar ubicado en el cementerio de El Pardo-Mingorrubio, a más de una decena de kilómetros del centro de la capital. Fuera de España, la mirada internacional se ha detenido en observar con lupa los movimientos políticos y judiciales que han marcado el camino.

Tres fechas se repiten en la gran mayoría de medios de comunicación extranjeros: el 24 de septiembre, momento en que el Tribunal Supremo levantó el último obstáculo para la exhumación; el 11 de octubre, cuando el Gobierno de Pedro Sánchez se dio un plazo de dos semanas para la operación y el 21 de octubre, el día en que se concretó la fecha exacta. La información publicada en diferentes países está atravesada por una imagen: la de un país marcado por las heridas abiertas que ha dejado la dictadura.

La revista alemana Der Spiegel recordaba, tras la decisión del Alto Tribunal, que la exhumación ha sido "durante mucho tiempo" un asunto de "discordia" en el país, mientras que el Valle de los Caídos se ha convertido en "lugar de peregrinación de extremistas de derecha". En Italia, Corriere della Sera destacaba a finales de septiembre las dimensiones del mausoleo, "construido en las afueras de Madrid" por orden del dictador y "utilizando el trabajo forzado de prisioneros políticos". El mismo diario ya había publicado anteriormente información respecto a los primeros pasos del Ejecutivo de Pedro Sánchez. En marzo, el medio aseveraba que el dictador está actualmente "enterrado con todos los honores en el Valle de los Caídos, una especie de altar de la patria" donde además están "enterrados los caídos de ambos bandos de la Guerra Civil". En España, recalcaba el diario, "la memoria de Franco sigue viva, a pesar de casi 40 años de dictadura".

Diarios como Le Figaro, Le Monde o Libération, por su parte, han desarrollado un seguimiento importante de todos los acontecimientos y han acogido tribunas firmadas por historiadores y expertos. La idea de herida o división está presente también en la prensa gala. Le Monde publicaba una tribuna, el pasado 2 de octubre, de la historiadora Isabelle Renaudet, quien afirmaba que "el debate está lejos de terminar". El decreto emitido por Sánchez, escribía la también profesora, "se enfrentó a una serie de obstáculos que alimentaban una verdadera telenovela, fomentada en gran medida por los medios de comunicación".

Liberation aseguraba el 24 de septiembre que "el mausoleo de Franco" se configura como "un engorroso monumento que divide a España", mientras que Le Figaro remachaba en un titular hecho público el pasado 8 de octubre que "España se divide por el mausoleo del general Franco". Este último medio apuntaba que "Pedro Sánchez hizo de la exhumación de Franco una de sus prioridades para que el Valle de los Caídos dejara de ser un lugar de apología por el franquismo, pero la familia del dictador lideró una guerra de guerrillas judiciales para bloquearlo".

La noticia del Tribunal Supremo y la posterior determinación del Gobierno socialista ocupó espacios, asimismo, en diarios anglosajones como The Guardian, que calificaba el conflicto de "larga batalla judicial". "Después de una larga y tortuosa batalla legal, el Gobierno socialista español finalmente obtuvo el permiso para la exhumación", recogía el medio inglés. Muchos españoles, añadía en una noticia elaborada el 24 de septiembre, sienten que el "lugar de privilegio en la basílica, que está coronada por una enorme cruz de 150 metros, glorifica al hombre y a su dictadura en lugar de servir para conmemorar a las 500.000 personas que murieron durante la Guerra Civil española". Aquel mismo día el diario The Telegraph recordaba que Franco "gobernó en España desde 1939 hasta su muerte en 1975 y su legado se extiende sobre la política del país".

En Estados Unidos, cabeceras como The New York Times o The Wall Street Journal se han hecho eco del proceso memorialista. Por su parte, la revista Time titulaba el 21 de octubre que "España exhumará los restos de Franco a pesar de las objeciones de la familia del dictador militar". Poco antes, el 24 de septiembre, se preguntaba "por qué España está desenterrando los restos de su ex dictador Francisco Franco" e insistía también en que "la exhumación de Franco tiende a dividir a los españoles".

Los vecinos portugueses también han analizado el camino recorrido. El diario Público cuenta con un dossier relativo a la exhumación –"España ajusta cuentas con el franquismo", reza en un subtítulo–, que empieza en enero de 2019 y llega hasta el 21 de octubre. El propio director del periódico publicó el 5 de junio una editorial titulada "El duro dilema de la memoria de España". En sus líneas, Manuel Carvalho afirmaba que "la recuperación de la memoria histórica en un país que no ha saldado sus cuentas con su pasado, como España, puede ser a la vez un paso hacia la reconciliación y un retroceso capaz de revivir los fantasmas de la extrema derecha alimentada por el franquismo". El director de Público recordaba en su artículo que la presencia de los restos mortales del dictador en un "monumento que implicó trabajos forzados de los vencidos" no es sino "un insulto a la España moderna, democrática y europea que hoy conocemos".

En una noticia publicada el 11 de octubre, Público insistía asimismo en que Franco es actualmente "el único dictador de Europa que aún se celebra con un monumento", que además "transpira ideología". Otros medios portugueses, como Diário de Notícias, que el 20 de noviembre del pasado año se preguntaba si sería ese "el último cumpleaños de Franco en el Valle de los Caídos", también han mostrado interés por la exhumación, que han atribuído a una "victoria de Sánchez".

El lugar de las víctimas

Una buena parte de los medios internacionales han destacado de manera evidente el papel de las víctimas, dándoles voz mediante entrevistas o bien recalcando el significado del Valle de los Caídos para los represaliados.

Liberation subrayaba el pasado 24 de septiembre que "el Valle de los Caídos no es sólo el mausoleo" ideado por Franco con el propósito de "descansar para toda la eternidad", sino que se alza también como "la fosa común más grande del país, en la que se encuentran 33.847 cadáveres de víctimas de la Guerra Civil de 1936-1939 de ambos bandos, de los cuales se han identificado dos tercios". Los republicanos fueron llevados al mausoleo sin permiso de sus familiares.

La maquinaria para exhumar a Franco entra en el Valle de los Caídos

La maquinaria para exhumar a Franco entra en el Valle de los Caídos

El 11 de octubre, The Guardian recordaba que el monumento "fue construido en parte por republicanos capturados y presos políticos" y se constituye como "una fosa común que contiene los restos de más de 30.000 personas que lucharon en ambos lados de la guerra".

La revista Time también ha insistido en que el monumento encierra a "unas 34.000 víctimas de la Guerra Civil de tres años" que el dictador "inició al derrocar al gobierno democráticamente elegido" en 1936. "Muchos de los cuerpos pertenecen a los rivales de Franco y la mayoría nunca han sido identificados", escribía la autora del reportaje, hecho público a finales de septiembre.

El diario estadounidense The New York Times también observaba que "España se enfrenta a 33.000 personas enterradas" en el Valle de los Caídos. Allí, se relataba en un artículo publicado el 19 de octubre, "enemigos y aliados fueron enterrados cerca del ex dictador español Francisco Franco, cuyos restos están a punto de ser trasladados". En un artículo de opinión, el periodista argentino Martín Caparrós escribía en el mismo periódico que la construcción del monumento precisó "mano de obra semiesclava: miles de prisioneros políticos tardaron casi veinte años en terminarlo". El régimen de trabajos, agregaba, "era brutal", de manera que "muchos presos murieron y fueron enterrados allí mismo, en tumbas colectivas y anónimas". Los políticos que abrieron paso a la transición democrática, agregaba el autor, decidieron que ante "la posibilidad de caminar hacia adelante, valía la pena no mirar atrás".

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