10N | Elecciones Generales

ERC mantiene su 'no' a la investidura tras la primera reunión con el PSOE

El primer contacto no ha dado frutos pero habrá más. Esquerra difundió este jueves un comunicado en el que, después de que su portavoz parlamentario, Gabriel Rufián, se reuniese con su homóloga del PSOE, Adriana Lastra, los republicanos aseguran no haber avanzado hacia un acuerdo que les mueva a abandonar su anunciado no a la investidura de Pedro Sánchez.

La nota sostiene que mientras los socialistas no den muestras de que priorizarán la vía política para afrontar el conflicto con Cataluña, abandonando la “vía represiva”, no cambiarán de posición.

La reunión entre Rufián y Lastra ha tenido lugar en el Congreso y ha durado una hora. Ambos han acordado, no obstante, volver a reunirse en los próximos días para tratar de acordar posiciones.

Esquerra quiere “una mesa de negociación” para resolver el conflicto político en Cataluña, así como alcanzar en “materias sociales urgentes” en el Congreso y en el Parlament de Cataluña.

El escenario de diálogo del que habla Esquerra no es otro que el establecido en la llamada Declaración de Pedralbes, el documento que Pedro Sánchez firmó junto a Quim Torra después de una reunión celebrada en Barcelona el pasado diciembre. Y que ERC quiere recuperar como el punto de partida de una negociación que, admiten, no va a ser fácil y que puede prolongarse mucho. Por eso exigen garantías de que se va a mantener en el tiempo y no va a ocurrir lo que sucedió en febrero, cuando Sánchez puso fin al diálogo al considerar que la exigencia del independentismo de incluir en la agenda de asuntos a tratar la convocatoria de un referéndum pactado había llevado los contactos a un callejón sin salida.

En la Declaración de Pedralbes el Gobierno de España y el Govern de la Generalitat reconocían la existencia de “un conflicto sobre el futuro de Cataluña” y acordaban dialogar en busca de una “propuesta política” que la sociedad catalana pudiese respaldar. Aquel documento afirmaba que, a pesar de que los dos gobiernos “mantienen diferencias notables” sobre “el origen, naturaleza o las vías de resolución” del mencionado “conflicto sobre el futuro de Cataluña”, comparten “por encima de todo su apuesta por un diálogo efectivo que vehicule una propuesta política que cuente con un amplio apoyo en la sociedad catalana”.

Por esa razón, “y con el objetivo de garantizar una solución”, las dos partes acordaron “seguir potenciando los espacios de diálogo que permitan atender las necesidades de la sociedad y avanzar en una respuesta democrática a las demandas de la ciudadanía de Cataluña, en el marco de la seguridad jurídica”. “La vía del diálogo”, concluía aquella declaración, “requerirá del esfuerzo de todas las instituciones, de los actores políticos y de la ciudadanía. Ambos gobiernos se comprometen a trabajar para hacerlo posible”.

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