La XIV Legislatura

Dirigentes territoriales del PP exigen que se marquen "distancias claras" con Vox en el nuevo Congreso

Pablo Casado, entre Teodoro García Egea y Ana Beltrán.

Los 89 escaños con los que el Partido Popular salió de la jornada electoral del 10 de noviembre supusieron un alivio en una formación política que venía del peor resultado de su historia –66 escaños– en las generales del 28 de abril. Pero la jornada no fue completa para los conservadores, principalmente por tres motivos. El primero: que la cifra queda todavía lejos del centenar de escaños al que en Génova decían aspirar. Segundo: el bloque de la derecha quedó por debajo del de la izquierda. Y tercero: el auge de Vox, que logró pasar de los 24 a los 52 escaños. 

Estos días, tras el anuncio del principio de acuerdo entre PSOE y Unidas Podemos para formar un gobierno de coalición liderado por Pedro Sánchez, algo que en el PP no esperaban tan rápido pero que les quita, de momento, todo tipo de presiones, destacados dirigentes territoriales coinciden en que es "urgente marcar distancias claras con Vox".

Las fuentes consultadas por infoLibre mantienen que ahora que Santiago Abascal tendrá "más voces" en el Congreso, es fundamental que el PP deje claro que ellos no tienen nada que ver con la ultraderecha y con sus discursos "radicales y vacíos". "En cuanto se rasca un poco se quedan descolocados porque son casi todo eslóganes pero casi nada contenido", mantiene un veterano dirigente municipal.

Cuando Pablo Casado llegó a la presidencia del PP en julio de 2018, una de las prioridades que se fijó fue la de unir bajo el paraguas de las siglas del PP a todos aquellos electores que se ubicaban ideológicamente a la derecha del partido. Ciudadanos ha pasado de 57 a 10 escaños. Pero ahí sigue Vox, al alza."Hay que rebatirles con argumentos"

"Hay que rebatirles con argumentos"

En este contexto, puede decirse que, de momento, la extrema derecha se le resiste al PP. "No podemos quedarnos de brazos cruzados, hay que rebatirles con argumentos", subraya un dirigente territorial, que pone como ejemplo de ese "parar los pies" a Vox a algunas de las intervenciones de la expresidenta del Congreso, Ana Pastor, en el segundo debate televisado en el que participaron los cinco principales partidos antes del 10N. Uno de los principales obstáculos está, no obstante, en que Vox sostiene gobiernos autonómicos y municipales de PP y Cs y que las tensiones podían complicar las cosas en Andalucía, Madrid, Murcia y en el Ayuntamiento de Madrid.

Las fuentes consultadas destacan la "urgencia" de definir una estrategia clara para hacer frente a Vox. Están convencidas de que, en el caso de que Sánchez logre ser investido, la XIV Legislatura va a ser "muy corta" porque a PSOE y UP les va a costar entenderse. "En dos años podemos estar ante unas nuevas elecciones y no debemos despistarnos del proceso de unificar la derecha en torno al PP", añade el mismo dirigente territorial.

Como ya ha insistido Pablo Casado en toda la campaña, el PP considera que España no va a librarse de nubarrones en lo económico. En este campo, destacan las fuentes consultados, el PP tiene que marcar claras distancias con Vox porque sólo ellos, que han gestionado, tienen un discurso económico "creíble". Su modelo, a diferencia, del de la ultraderecha, dicen, ha sido "testado con éxito".

Sin trato con quienes quieren "liquidar la Constitución"

Junto a la economía, los conservadores defienden que Vox tampoco les puede dar lecciones en materia de defensa de la Constitución y del Estado de las autonomías, ni a la hora de defender las instituciones europeas. "Con un partido que quiere liquidar la Constitución no hay convergencia posible", es una de las frases más escuchada en círculos conservadores cuando se les pregunta sobre cuál debe ser la relación con Vox.

En la dirección nacional del PP aseguran que el tono del partido va a serguir siendo el de la "moderación" y que el discurso no va a endurecerse para ponerse al mismo nivel de Vox. No obstante, mantienen que, día de hoy, no se han sentado todavía a definir cuestiones clave como la composición de la Mesa del Congreso.

Las negociaciones para la composición del órgano de gobierno de la Cámara serán clave para medir la estrategia de Casado. ¿Estarían los conservadores dispuestos a unir fuerzas con otros partidos para que la presencia de Vox sea la menor posible? La respuesta a esta pregunta quedará negro sobre blanco el 3 de diciembre, fecha para la constitución de las Cortes.

Entre quienes creen que hay que aislar a Vox también están quienes consideran que no había mejor forma de aislarles que contribuyendo, con una serie de "grandes exigencias", a acabar con el bloqueo político ofreciéndole un acuerdo a Pedro Sánchez. Para la dirección nacional, este debate, que sigue agitando, por ejemplo, el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, está agotado desde el momento en el que Sánchez ya ha escogido a Pablo Iglesias como compañero de viaje.

"Sánchez ya ha elegido, y ha elegido la vía radical. Nos hubiera gustado llegar a las elecciones generales con la marca España Suma que ofrecimos con mucha generosidad y Cs no quiso aceptar; podríamos haber obtenido más escaños que el PSOE", señaló el vicesecretario de Comunicación del PP, Pablo Montesinos, en una entrevista concedida al canal 24 horas de TVE.

Feijóo: "El PP tiene las puertas abiertas para hablar"

Pese a que Génova marcó de forma clara su estrategia el martes, en el Comité Ejecutivo Nacional en el que Casado analizó con la plana mayor del PP los resultados del 10N, el presidente gallego no ha dado marcha atrás. "Si alguien puede parar dentro del PSOE un error histórico de los socialistas, en el peor momento de España desde el punto de vista territorial y ante una enorme incertidumbre económica, si alguien lo puede parar, yo le aseguro que el PP tiene las puertas abiertas para hablar", insistió al término de la reunión semanal de su Ejecutivo.

De forma paralela, el presidente de Vox revelaba este jueves en una entrevista en EsRadio, recogida por Europa Press, que se reunirá "próximamente" con el líder del PP para valorar los resultados de las elecciones generales. "Si Casado quiere presentarse a la investidura, hablaremos", dijo. No obstante, aseguró que su partido no apoyará ni se abstendrá para la formación de ninguna opción de Gobierno de la que participe el PSOE. 

En el PP restan especial relevancia a ese futuro encuentro. Lo circunscriben a la normalidad. Aseguran que la noche electoral, Casado llamó a Abascal y al expresidente de Ciudadanos, Albert Rivera. Pero que también llamó a Pedro Sánchez y no le cogió el teléfono. El presidente del Gobierno en funciones, recalcan, se limitó, un día después, a mandarle un whatsApp dando acuse de recibo a la llamada.

En la misma entrevista Abascal, descartó una coalición con el PP vasco de cara a las elecciones autonómicas del próximo año, porque no obtendrían una mayoría definitiva en el Parlamento y porque ambos mantienen diferencias claras respecto al Concierto Económico y el Cupo. 

Poco tardó el PP vasco en reaccionar asegurando que "jamás" compartirán proyecto con Vox porque "España necesita sensatez, moderación y convivencia". "El nacionalismo no se combate con un nacionalismo de signo contrario, sino con libertad. El proyecto del PP para el País Vasco defiende libertades y autogobierno. Hubo un tiempo en el que el propio Abascal defendía con nosotros el Estatuto de Gernika. Hoy se lo quiere cargar", puede leerse en el perfil de Twitter de los conservadores de Euskadi, liderados por el exministro de Sanidad Alfonso Alonso.

 

Quienes en el PP llaman a diferenciarse de Vox lo máximo posible son partidarios de dirigir la mirada hacia el partido naranja. "La prioridad tiene que ser generar sinergias con Ciudadanos", considera un diputado de cara a la nueva legislatura.

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El germen de España Suma

En este sentido, defiende que sumando los 89 escaños del PP a los 10 de Cs y a los dos de Navarra Suma –coalición de UPN, PP y Cs en la Comunidad Foral– resultan 101 diputados, con los que se puede hacer "mucho trabajo parlamentario y una buena labor de oposición". Se trataría de llegar, en la práctica, a esa "España Suma" a la que Rivera se resistió para el 10N.

En el PP son partidarios de volver a intentar una coalición con Cs, muy debilitado tras pasar de 52 a 10 escaños y tras la dimisión de Rivera. Salvo sorpresas, los conservadores intentarán sumar fuerzas con Cs para las elecciones autonómicas vascas, previstas para el año que viene y para las catalanas, cuando se convoquen. En Cs, de momento, no ha caído nada bien que desde el partido de Pablo Casado se esté ya hablando de fusiones.

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