La nueva legislatura

La consulta a los militantes socialistas atajará las pocas voces dentro del PSOE contrarias al acuerdo con UP

Emiliano García-Page y Pedro Sánchez, en un mitin en Alcázar de San Juan (Ciudad Real).

Fernando Varela

Las escasas voces que en los últimos días se han levantado dentro del PSOE para cuestionar el preacuerdo de Gobierno de coalición firmado por el secretario general del partido, Pedro Sánchez, con su homólogo de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, se acallarán muy pronto. La dirección socialista ha decidido zanjar de raíz la cuestión convocando la consulta a los militantes que prevén los Estatutos del PSOE y evitar así que el debate interno acabe cuajando.

La consulta, primera a escala nacional que organiza la Ejecutiva de Sánchez, se llevará a cabo muy rápidamente, el sábado 23 de noviembre, y se convocará oficialmente este lunes próximo, cuando así lo decida formalmente la Ejecutiva Federal. La dirección de Pedro Sánchez cuenta con obtener un amplio respaldo de los militantes.

Tanto los Estatutos Federales del Partido Socialista como el reglamento que los desarrolla obligan a consultar a la militancia los acuerdos a los que llegue el PSOE con otras formaciones para compartir el Gobierno así como aquellos que supongan investir presidente al candidato de otro partido. Las normas establecen que la opinión de los militantes es vinculante.

Podrán votar todos los militantes y afiliados del PSOE y los de Juventudes Socialistas, así como los del PSC y su organización juvenil (JSC), que formen parte del censo el 18 de noviembre.

Los afiliados que lo deseen podrán votar presencialmente el sábado 23 de noviembre, entre las 10:00 y las 20:00 horas, en las mesas electorales de su agrupación. También tendrán oportunidad de ejercer el voto electrónico a través de Internet durante toda la jornada del viernes 22 de noviembre y del sábado 23 hasta la hora de cierre de las urnas físicas. Los que deseen hacer uso de esta posibilidad deberán solicitarlo antes de las 20:00 horas del jueves 21.

Entre los días 19 y 22 de noviembre la Comisión Ejecutiva Federal pondrá a disposición de los militantes información sobre el acuerdo alcanzado con Unidas Podemos. Desde la convocatoria de la consulta, las agrupaciones podrán celebrar asambleas informativas para debatir el acuerdo.

Las consultas a la militancia sobre los acuerdos de Gobierno fueron introducidas en los estatutos del PSOE en su 39º Congreso en cumplimiento de la promesa que Pedro Sánchez hizo a los afiliados en las primarias que ganó en mayo de 2017.

El hecho de que la última palabra sobre el acuerdo con Unidas Podemos la tengan los afiliados ha limitado mucho las críticas internas a una solución que hace menos de una semana era también muy incómada para Pedro Sánchez. No obstante, la mayoría de los dirigentes del partido son conscientes de que no hay otra salida posible que llegar a un acuerdo con Iglesias e intentar sacar adelante un Gobierno progresista que evite la celebración de terceras elecciones.

Los presidentes autonómicos

Emiliano García-Page, presidente de Castilla-La Mancha, no critica el pacto con Unidas Podemos, pero si la posibilidad de que ese hipotético acuerdo dependa de los independentistas catalanes. "El Gobierno de España no puede depender los próximos cuatro años de ERC", explican en su entorno.

Page admitió este viernes, parafraseando a Sánchez, que a él Podemos ya le quitó el sueño cuando pactó con la formación morada en la pasada legislatura. “Yo también me llevo muchas úlceras con los problemas de la política y mi trabajo consiste en no transmitirlas, en gestionarlas, porque transmitirlas es quitarse el problema de encima”, declaró en una entrevista emitida por la COPE, la emisora propiedad de la iglesia católica.

El presidente castellanomanchego, en todo caso, se mostró comprensivo con Sánchez a la vista de los resultados del 10N. “Era mejor hacer en 24 horas lo que se entendió que era el único camino posible con estos resultados”.

Al igual que el presidente en funciones durante la campaña, Page apostó no obstante por llegar a acuerdos de Estado con el Partido Popular y Ciudadanos: el país necesita un Gobierno “muy transversal”. “Podemos tener un Gobierno de gestión, pero no podemos dar grandes zancadas si no contamos con los otros grandes partidos”, advirtió.

Los otros dos barones que tradicionalmente habían sido críticos ante la posibilidad de una coalición con UP cerraron esta vez filas con Sánchez. La primera, Susana Díaz, la líder del PSOE andaluz hoy en la oposición, ha mostrado todo su apoyo a la estrategia del presidente en funciones y su absoluta confianza en la estrategia del partido en relación con Cataluña. El segundo, el presidente aragonés, Javier Lambán, que desde junio gobierna una coalición de la que participa Unidas Podemos. “Como secretario general del PSOE en Aragón, apoyo a Pedro Sánchez, y como presidente del Gobierno de Aragón, lo que necesitamos es que haya pronto un Gobierno con el que podamos establecer una interlocución sólida sobre los problemas que le interesan a la comunidad autónoma”, declaró tras conocer el preacuerdo.

Cierre de filas generalizado

El resto de barones en activo han aplaudido a Sánchez. El primero el catalán Miquel Iceta, que este lunes, antes incluso de la firma del preacuerdo con Iglesias, ya defendió ante la Ejecutiva del PSC la necesidad imperiosa de formar “un Gobierno progresista. Y esto se consigue llegando a acuerdos con las fuerzas progresistas”, subrayó. Sus líneas rojas: una “gran coalición con el PP” y el mantenimiento de cualquier clase de relación con la ultraderecha. “Quien no vote la propuesta de Pedro Sánchez estará votando con Vox”, aseguró.

La presidenta de Baleares, la socialista Francina Armengol, calificó de “histórico” el preacuerdo. “Había que aprovechar esta oportunidad y devolver la confianza y la ilusión a la ciudadanía”, celebró.

También Ximo Puig, que como Lambán y Armengol comparte gobierno con Unidas Podemos, salió en apoyo de Sánchez. La única propuesta “viable” de Gobierno en España es el que se basa en el preacuerdo PSOE-Unidas Podemos, declaró. “No se trata de que ERC o Ciudadanos participen en el gobierno, sino de que faciliten el funcionamiento de las instituciones”.

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Con ellos se alinearon el resto de los barones socialistas, muchos de los cuales gobiernan gracias a pactos, como los presidentes de Navarra, La Rioja, Canarias y Asturias. Guillermo Fernández Vara, que sí preside Extremadura con mayoría absoluta, no dejó lugar a dudas al considerar “impecable” el acuerdo alcanzado entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias. Si tuviera que poner él su firma, remachó, lo haría “sin ningún problema”.

Para encontrar voces críticas con este asunto dentro del PSOE hay que buscar entre viejos dirigentes que hace ya tiempo están alejadas de la vida del partido, como el expresidente Felipe González, el expresidente extremeño Juan Carlos Rodríguez Ibarra, el expresidente madrileño Joaquín Leguina o el exalcalde coruñés Francisco Vázquez.

González criticó el acuerdo pese a que, reconoció, no lo había leído. Ibarra amenazó con darse de baja en el PSOE si se consuma el Gobierno de coalición y Leguina acusó a Sánchez de “caudillismo”. Vázquez, por su parte, acusó al presidente en funciones de pensar solo en su propia supervivencia, de romper “el consenso constitucional” y de ser “hostil a las monarquía”.

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