La
endometriosis es una enfermedad que padecen
entre un 10 y un 15% de mujeres en edad fértil en todo el mundo. 176 millones. Dos millones en España. Sin embargo, se trata de una afección aún
desconocida: no se saben sus causas ni tampoco tiene aún un tratamiento específico.
Según señala en un manifiesto la organización
Esendo, que agrupa a pacientes con esta afección, “la endometriosis es una
enfermedad crónica [de larga duración y de progresión lenta]” en la que el tejido endometrial —ubicado en el útero y que se desprende con las menstruaciones en forma de sangrado— se implanta y
crece fuera de la matriz, ubicándose normalmente en ovarios y recto, pero pudiéndose implantar también en la vejiga, la zona abdominal e, incluso, los pulmones o el cerebro.
Sus
síntomas pueden variar mucho de unas pacientes a otras, pero el más común es el del
dolor que acompaña a las menstruaciones. Otra de sus consecuencias se manifiesta en la
infertilidad: se estima que
entre un 30 y un 40% de las pacientes no pueden tener hijos debido a que la enfermedad puede deteriorar los ovarios o las trompas de Falopio.
Es en este punto donde radica la importancia de un
estudio pionero, revelado por el Instituto Valenciano de Infertilidad
(IVI), que demuestra que la técnica de congelación de ovocitos conocida como
vitrificación alcanza una tasa de recién nacidos en pacientes de endometriosis no operadas [una de las medidas que se toman frente a la enfermedad es la de la cirugía] del
70%, frente a un 50% en mujeres no operadas.
Los resultados, que analizan una muestra de
485 mujeres, “abren
una vía futura para todas las pacientes afectadas por endometriosis”, según señala el estudio, llevado a cabo por los doctores
Ana Cobo y
Juan Antonio García-Velasco.
Técnica "relativamente nueva"
Pero, ¿por qué tratándose de una enfermedad tan común no se han hecho antes estudios de estas características? Para García-Velasco, director de IVI Madrid, se debe a varias causas. La primera de ellas es que “la vitrificación es una
técnica relativamente nueva”. “Cuando tú tienes una endometriosis y te tienes que operar a veces te quitan el ovario o te lo dejan tan tocado que es difícil que funcione. Esa es una cosa que se empieza a ver desde el 2000-2005. A partir de 2006-2007 aparece la vitrificación y es cuando pensamos que a lo mejor lo que hay que hacer es
congelar óvulos antes de operarte y, una vez congelados, ya pasar a la cirugía”, añade.
Se trata, según el médico, de un procedimiento que tan solo se les plantearía a las pacientes
cuando la enfermedad “está ya muy avanzada”. “Cuando ya tienes que operar a esta mujer y antes de la cirugía le ofreces una
alternativa”, señala.
¿Hay cobertura en la Seguridad Social?
La técnica de vitrificación se realiza en su mayoría en
clínicas privadas en las que el coste corre a cargo de las pacientes, aunque, según ha informado la asociación de endometriosis
ENDOMadrid a
infoLibre la preservación de la fertilidad
sí se realiza en la Seguridad Social "en pacientes con posible riesgo de pérdida de su capacidad reproductiva asociada a exposición a tratamientos gametotóxicos o a procesos patológicos con
riesgo acreditado de fallo ovárico prematuro", que sería el caso de la endometriosis.
Sin embargo, otro de los criterios para acceder a esta práctica desde la sanidad pública indica que
"se realizará exclusivamente por indicación médica".
"El problema es el tercer criterio", indica
Lucía Torres, miembro de la Comisión de Impulso de ENDOMadrid, ya que, añade, "las Comunidades Autónomas y los hospitales están creando
criterios adicionales para reducir el número de mujeres que acceden a este servicio y son criterios diversos según cada comunidad autónoma".
A María, una mujer con esta afección, la Seguridad Social le cubrió, según apunta ella, una vitrificación de ovocitos ya fecundados en el Hospital de Cruces del País Vasco. Después de que un primer intento saliera mal y de varias operaciones, la paciente se encuentra
embarazada de más de tres meses.