Elecciones vascas y gallegas

PP y Cs, pendientes de una negociación exprés para cerrar acuerdos electorales en Euskadi y Galicia

Pablo Casado junto a Cayetana Álvarez de Toledo presiden la reunión plenaria del Grupo Parlamentario Popular en el Congreso.

Si Partido Popular y Ciudadanos se querían tomar con calma las posibles alianzas electorales para las citas de 2020 por las situación interna que atraviesa cada uno de estos dos partidos, el lehendakari, Iñigo Urkullu (PNV), les metió prisa este lunes con el anuncio de un adelanto electoral para el 5 de abril. Noticia que, horas después, se convirtió en un dos por uno al sumarse el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo (PP), a que los gallegos voten el Domingo de Ramos. Una vez se formalicen este martes las convocatorias, la formación conservadora y el partido naranja deben hacer frente a una negociación exprés, contra el reloj, para cerrar la forma en la que quieren colaborar. Los plazos mandan y disponen como máximo de diez días para registrar coaliciones electorales.

El artículo 20 de la ley electoral gallega refleja que "los partidos, federaciones, coaliciones y agrupaciones que pretendan concurrir a las elecciones al Parlamento de Galicia designarán, por escrito, ante la Junta Electoral de Galicia un representante general, antes del noveno día posterior a la convocatoria de elecciones". De diez días, uno más, habla la ley de elecciones al Parlamento vasco.

Fuentes de la dirección nacional del PP aseguran que una vez que ambas citas estén convocadas de forma oficial, es decir, publicadas en en los respectivos boletines, se dirigirán a la gestora de Ciudadanos. A petición de la portavoz en el Congreso, Inés Arrrimadas, este órgano transitorio pero controlado por dirigentes de su confianza, debatió y aprobó la semana pasada"estudiar una vía constitucionalista" para frenar el paso a los nacionalistas. La idea es ofrecer a PP, a PSOE y a la sociedad civil, según anunciaron, un acuerdo transversal. No pasa inadvertido, no obstante, que las relaciones entre los socialistas y el partido de Arrimadas no atraviesan su mejor momento para sumar fuerzas en Galicia o País Vasco.

El PP lleva intentado acuerdos con Ciudadanos desde las elecciones generales del 28 de abril. "Ha llegado la hora de la verdad. De ver la verdadera voluntad de Ciudadanos de pactar", señala un dirigente conservador. En Génova aseguran que están a dispuestos a correr riesgos y a escuchar lo que proponga la gestora del partido naranja. No ocultan que, tras alianzas como las que estudiarán ahora, su idea es que puedan llegar a entenderse en las próximas elecciones generales.

Si no hay cambios de última hora, el interlocutor de referencia del Partido Popular con Cs será el secretario general, Teodoro García Egea. Esto no es óbice para que se incorporen también delegados del PP vasco y del PP gallego para avanzar en las negociaciones una vez que Génova y la gestora hayan puesto las bases de los posibles pactos.

Por parte de Ciudadanos, el pasado 16 de diciembre ya se constituyó un grupo de trabajo un grupo de trabajopara afrontar este tipo de debates. Está integrado por Manuel García Bofill, Joan Mesquida, Carlos Cuadrado, Marina Bravo, Andrés Betancor, Miguel Gutiérrez, Beatriz Pino, José María Espejo-Saavedra, Fran Hervías y Melisa Rodríguez. 

Cuando Arrimadas lanzó la iniciativa, muy cuestionada por los críticos de Ciudadanos que consideran que una gestora no puede tomar decisiones de tal calado, fue vendida como una especie de pacto global para todos los comicios: las catalanas, las vascas y las gallegas. Ahora, los adelantos de Urkullu y Feijóo obligan a los negociadores a dejar aparcado, al menos de momento, el escenario de la Generalitat.

Dos negociaciones diferentes

En el PP aseguran que las negociaciones para buscar posibles colaboraciones en Galicia y en Euskadi van a ser completamente diferentes por la singularidad de cada territorio y por la situación del PP en cada uno de ellos.

En Galicia, el PP gobierna con mayoría absoluta y tanto la dirección nacional del partido como Feijóo han dejado claro que ese "Galicia Suma" ya lo representa el PP y que bajo ningún concepto están abiertos a que se diluyan las siglas del partido. Mientras, en el País Vasco, fue el propio Alonso el que en las últimas elecciones generales buscó un acuerdo con Cs Euskadi, una especie de Vascos Suman, que fue frenado en seco por Albert Rivera.

La semana pasada, desde parte de la dirección nacional del PP se trasladó la idea de que Alfonso Alonso estaba en el aire como candidato a expensas de lo que pudiera imponer Cs en la mesa de negociación. Unas dudas en las que no pocos en el PP veían una excusa para intentar apartar a un dirigente que apostó por Soraya Sáenz de Santamaría en el congreso de sucesión de Rajoy. O una forma de presionar para que diese un paso atrás y ubicar como número uno a un perfil más del gusto de Génova.

Alonso gana tiempo

Este lunes, el PP desinfló la importancia dada al partido naranja como formación con facultad para poner y quitar candidatos y anunció que su líder en Euskadi sería su candidato una vez que así lo ratifique el Comité Electoral Nacional, convocado para este martes en la sede nacional del partido. La confirmación llegaba tras una conversación telefónica entre Alonso y Casado.

Pendiente sólo Alonso del trámite del Comité Electoral Nacional, el presidente del PP vasco gana tiempo a la espera de unos resultados electorales que podrían condicionar su futuro político una vez que los electores acudan a la cita con las urnas. Pero Casado se quita parte de la presión porque no se le podrá responsabilizar de un mal resultado en Euskadi de la misma forma que si hubiese apartado al presidente regional de la formación.

Cs en Euskadi fue votada por el 1,1% de los electores el 10N, frente al 8,8% de los conservadores.

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El presidente de la Xunta de Galicia también será ratificado este martes como candidato. La idea de hacer coincidir las gallegas con las vascas ha sido ampliamente debatida en el PP gallego desde que se dispararon los rumores de un adelanto en Euskadi. Al final, Feijóo asegura que en la decisión ha pesado dar "estabilidad" al país, por evitar tres elecciones en un periodo de seis o siete meses. "Galicia aporta responsabilidad, seriedad", dijo

Los militantes, los votantes y los dirigentes de Ciudadanos, destacan desde el PP gallego, tienen abiertas las puertas del partido de par en par. "Habiendo diferencias, hay también puntos de unión", mantienen. 

De hecho, en Galicia, Vox es más amenaza que Cs para Feijóo. El pasado 10-N, el partido naranja cosechó el 4,3% de los apoyos frente al 7,8% de Vox. VoxFeijóo se juega mucho en su tierra después de tres mayorías absolutas consecutivas.

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