Elecciones gallegas y vascas 5A

Cs critica con dureza al PP tras la primera reunión sobre pactos con Galicia como principal obstáculo

La portavoz del PP en el Congreso, Inés Arrimadas, en rueda de prensa.

Este martes fue el día uno después de que los presidentes del País Vasco, Iñigo UrkulluIñigo Urkullu, y Galicia, Alberto Núñez Feijóo, anunciaran que habrá elecciones autonómicas el 5 de abril. Partido Popular y Ciudadanos disponen como máximo de diez días para registrar posibles coaliciones y los contactos entre ambas formaciones se van a intensificar para intentar cerrar cuando antes fórmulas de colaboración. La primera toma de contacto tuvo lugar este martes y los interlocutores fueron Teodoro García Egea, secretario general del Partido Popular, y José María Espejo Saavedra, secretario de Acción Institucional de la gestora de Ciudadanos. La cita duró aproximadamente una hora. Y cada partido transmitió a su salida una impresión muy diferente.

Así, mientras que el PP hablaba de una reunión "cordial y productiva en el marco de la buena relación entre ambas formaciones" y aseguraba que se había avanzado en la necesidad de que el centroderecha vaya unido" a las elecciones en Cataluña y el País Vasco –Galicia no figuraba en la información facilitada– "como siempre ha defendido el presidente [Pablo] Casado", Ciudadanos enfriaba este aparente optimismo de los conservadores. Lo hizo con un intento de reinvindicar en este proceso la posición de fuerza que no le dan ni sus diez escaños en el CongresoCongresoni su situación en el País Vasco y Galicia, donde no tiene presencia en los parlamentos autonómicos.

Al término del encuentro, desde la gestora se informaba de que habían expuesto al PP su "propuesta transversal de un acuerdo constitucionalista para concurrir a las elecciones autonómicas en Galicia, País Vasco y Cataluña", dejando claro que quieren un pacto en bloque, al que los conservadores se niegan porque Feijóo no acepta bajo ningún concepto que se diluyan las siglas del PP. Casado respalda la postura de Feijóo en el único territorio en el que gobiernan con mayoría absoluta.

La gestora de Cs quiso trasladar la idea de que es "preocupante" que saliesen de esta reunión sin una "respuesta clara" del PP. Y exigieron al partido conservador y a su líder qué aclaren qué piensan de la iniciativa que ellos han puesto sobre la mesa.

Presiones por la negativa de Feijóo a renunciar a las siglas

Sin mencionar a Feijóo, el partido naranja alude al presidente gallego, cuando exhibe su preocupación por el hecho de que el PP "se pueda plegar a las tesis de aquellos que prefieren poner las siglas y los intereses partidistas por encima de los intereses generales de los ciudadanos de estas comunidades". Ya se había quejado por la mañana en rueda de prensa la portavoz del partido en el Congreso, Inés Arrimadas, de que el PP esté "centrado en su egoísmo y en los nombres". "En sus temas internos", remató.

Arrimadas lleva días intentando poner al presidente del Xunta ante la hipótesis de que pierda la mayoría absoluta "por un escaño" por su empeño en no querer saber nada de coaliciones con Ciudadanos.

Objetivo: "No enfadar a Cs"

Los conservadores afrontan esta fase con "prudencia" para no "enfadar" a CiudadanosCiudadanos, como han venido ensayando en sus negociaciones con el partido naranja desde que pactaron hace ya más de un año su Gobierno de coalición en Andalucía. Pero sin obviar una "realidad": que en Galicia y el País Vasco no tienen presencia parlamentaria y los resultados de la marca Cs en estos territorios en las dos últimas elecciones generales apuntarían al mismo escenario en la cita del 5A. 

En todo caso, defienden que en un proceso de negociación no es raro que en las primeras tomas de contacto se parta de posiciones maximalistas para después llegar a un acuerdo en el que todas las partes acaben medianamente satisfechas con cesiones mutuas. Y en el caso del PP interesa no poner a Ciudadanos la ruptura de la mesa de negociación en bandeja porque la cosa no va sólo de estas tres elecciones autonómicas. Lo que está en juego es sentar las bases de un acuerdo amplio de cara a las próximas generales, bien en forma de coalición o de absorción.

De forma paralela a estas negociaciones, Génova tiene que mantener contactos con los candidatos y sus equipos y coordinar los encuentros de estos con las direcciones regionales de Ciudadanos. En Galicia, de momento, el margen parece escaso porque la línea roja del PP gallego son las siglas. Alberto Núñez Feijóo cree que un Galicia Suma o sucedáneo no tiene ningún sentido porque el partido que lidera ya es la casa común de la derecha. Si los votantes, militantes o dirigentes de Cs se quieren incorporar al proyecto del PP serán bienvenidos, dicen. Pero nada de coaliciones.

Más margen para las negociaciones parece haber en Euskadi, donde la colaboración entre el PP que lidera Alfonso Alonso y Cs lleva meses tejiéndose y fue interrumpida de forma abrupta por Albert Rivera desde Madrid antes de las últimas generales.

Foralidad: línea roja del PP vasco

Tras un duro proceso interno, en el que desde la dirección nacional del PP no se daba por cerrada su candidatura, Alonso fue ratificado ayer por el Comité Electoral Nacional del partido como cabeza de lista por Euskadi. Ya confirmado, la intención del PP vasco es trabajar de forma coordinada con Génova para cerrar una fórmula que pueda "plantar cara" al nacionalismo vasco. En esta comunidad, las siglas no serían un problema. En el marco de las generales del 10N ya se habló de la marca Vascos Suman.

A priori, allí la línea roja es la foralidad. Ciudadanos tendría que recorrer el mismo camino que en Navarra para sumarse a la coalición Navarra Suma, integrada también por PP y Unión del Pueblo Navarro (UPN).

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En el PP consideran que uno de los motivos por los que el partido naranja sólo es apoyado por el 1,1% de los votantes vascos es por sus posiciones en contra del Concierto Económico. Creen que, en el caso de llegar a un acuerdo con ellos, tienen que ser conscientes de que esta posición les ha provocado rechazo entre el electorado de Euskadi.

Pese a que en Cs insisten en que las colaboraciones a las que se lleguen deben ser extensibles a País Vasco, Galicia y Cataluña, en el PP siguen siendo partidarios de hablar de cada territorio de forma individualizada. Tras la reacción del Ciudadanos de este martes en sectores del PP empezó a extenderse la idea de que Arrimadas y su equipo están buscando excusas para romper y culpar al PP de no haber sido "generoso" y haber impuesto condiciones inasumibles haciendo imposible la unión de las fuerzas constitucionalistas.

También se especula con que Ciudadanos acabe tirando la toalla y no concurra a estas dos citas electorales si fracasan las negociaciones. Este martes, la portavoz de Cs en Galicia, Beatriz Pino, aseguró no obstante que su partido "no se plantea" no presentarse el 5A si fracasa la fórmula de colaboración que pretenden con el PP. 

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