Coronavirus

Por qué se cancela el Mobile de Barcelona y no el resto de eventos mundiales: "Ha sido la tormenta perfecta"

Un visitante porta una mascarilla protectora en la ISE 2020 de Ámsterdam, que ha abierto sus puertas este miércoles por segundo día consecutivo con normalidad.

A última hora de este miércoles saltaba la noticia que comenzó a gestarse a principios de semana: el Mobile World Congress (MWC) que debía comenzar en Barcelona el próximo 24 de febrero quedaba cancelado. Así lo anunció la GSMA, la organizadora del evento, después de horas de reunión y tras la treintena de empresas que anunciaron que no estaban dispuestas a acudir a la cita por, según argumentaron todas ellas, la falta de seguridad frente al brote de coronavirus. Las autoridades sanitarias, tanto estatales como catalanas, intentaron evitar a toda costa este desenlace llamando a la calma y asegurando que la celebración de la mayor feria tecnológica del mundo no estaba en ningún caso amenazada por la enfermedad que asola China. Pero de nada sirvieron sus palabras. Ni tampoco las medidas de seguridad que había adoptado el MWC. El evento quedaba suspendido. Sin embargo, mientras se tomaba esta decisión, la feria Integrated Systems Europe (ISE) de Amsterdam se celebraba con normalidad, y otros eventos como el Salón del Motor de Ginebra, la Semana de la Moda de París o la feria internacional de arte contemporáneo ARCO en Madrid mantenían su intención de celebrarse. ¿Por qué esta diferencia?

Las explicaciones de la decisión de suspender el MWC llegaron este jueves. Según explicó el consejero delegado de GSMA, John Hoffman, la cancelación no se justificaba por ninguna alerta sanitaria, sino por la cascada de empresas que habían rechazado acudir a la cita. En este sentido, Hoffman quiso remarcar que la que tomaron fue la "única opción" que tenían porque, tal y como había venido constantándose desde el martes, la "gran mayoría" de asistentes no iba a participar en la feria. Y así era complicado que el evento se desarrollara con normalidad. "El MWC tiene impactos en nuestras vidas cotidianas y empresas. La GSMA sabe que el coronavirus ha causado graves problemas y ha buscado siempre las recomendaciones de las autoridades públicas y sanitarias para poder responder ante esta situación dinámica", añadió.

Pero lo cierto es que las autoridades aconsejaban precisamente lo contrario: no suspender. La consellera de Salut, Alba Vergés, aseguró este miércoles en rueda de prensa que no había "ningún motivo sanitario por el que se tuviera que suspender ningún evento en Barcelona o Cataluña". Una posición que, aunque el MWC ya estaba suspenso, se mantuvo este jueves. Lo hizo, de hecho, la propia Organización Mundial de la Salud (OMS). La directora de su Departamento de Salud Pública y Medio Ambiente, María Neira, aseguró en una entrevista concedida a la Cadena Ser que desde la institución "siempre se han dicho que no son necesarias las cancelaciones de eventos o que no se viaje". "Estamos preconizando que la gente se mueva y lleve una vida normal y no vemos necesario que se paralice todo", aseguró. Por su parte, la vicepresidenta tercera y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño, aseguró también que "no hay motivos" para tomar la decisión que se tomó. "Tenemos una salud pública excelente y los contagios que ha habido han sido tratados correctamente", dijo. El Gobierno, en una nota de prensa, insistió en lo mismo. "No son razones de salud pública en España las que han motivado" la decisión, reiteró Moncloa.

Y los expertos opinan lo mismo. Tanto el virólogo Albert Bosch, de la Universitat de Barcelona, como José Antonio López, profesor y director del grupo de neurovirología de la Universidad Autónoma de Madrid, sostienen que la suspensión no está condicionada por motivos de seguridad sanitaria. "No está justificado desde el punto de vista biosanitario", dice López, que cree que se ha creado cierto nivel de psicosis por la enfermedad. "Se ha generado alarma y un efecto dominó de grandes empresas, pero la cancelación no está justificada por la virulencia del virus, que es muy baja", argumenta. Y la prueba está, continúa, en que dentro de Estados Unidos ha habido contagios y, aun así, el torneo de la Super Bowl se ha celebrado con total normalidad. "Y en China el Año Nuevo", añade. 

Hay más ejemplos. La feria Integrated Systems Europe (ISE) de Amsterdam se ha celebrado con normalidad, y también está previsto que ocurra así con el Salón del Motor de Ginebra, la Semana de la Moda de París o la feria internacional de arte contemporáneo ARCO. Por su parte, Singapur inauguró este miércoles con total normalidad la feria de aviación más importante de Asia y la feria de empresas emergentes OurCrowd Global Investor Summit de Jerusalén también ha comenzado sin incidentes. Sin embargo, ha habido algunos eventos internacionales que han comenzado a tambalearse. O, al menos, a ponerse en duda. El Comité Organizador de los Juegos Olímpicos de Tokio tuvo que salir este jueves a insistir en que el evento deportivo se mantiene y no será cancelado ni aplazado por la amenaza del coronavirus. "Nos gustaría reiterar que no estamos considerando cancelar a posponer los Juegos de Tokio", dijo el presidente del órgano, Yoshiro Mori. "Nos coordinaremos con el Gobierno y reaccionaremos de una manera calmada", añadió.

Entonces, ¿por qué el Mobile sí se cancela y otros eventos no? ¿Había más posibilidades de que se produjera algún contagio o la alerta que ha hecho que grandes empresas se descuelguen ha obligado a tomar esta decisión?

Dos trabajadores en la Fira de Barcelona este miércoles. | EFE

"El calendario ha jugado muy mala pasada"

Para Ferrán Lalueza, profesor de Comunicación de Crisis en la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), lo que ha ocurrido es que se han combinado una serie de factores que han creado "la tormenta perfecta" para que al final la cancelación del evento sea prácticamente la única salida posible a la situación. El primero, según explica en conversación telefónica, es el "factor calendario". "Si el Mobile hubiera tenido lugar hace semanas, la propia inercia de la organización y el hecho de que la gente ya habría estado de camino y con un pie en Barcelona habría permitido que se hubiera celebrado" la feria, explica. Por otro lado, "si en lugar de a finales de febrero hubiera sido a principios de abril, probablemente también la percepción de que la situación estaba controlada hubiera dado confianza suficiente para celebrarlo". El problema, dice, es que la feria iba a celebrarse en el peor momento posible. "El calendario ha jugado muy mala pasada. Iba a tener lugar en el punto justo en el que las organizaciones tienen tiempo para hacerse la pregunta de si es razonable no ir", continúa.

El segundo factor, explica, tiene que ver con que el Mobile es el evento tecnológico más importante del mundo, lo que hace que todas las miradas estén puestas en él. "Ese liderazgo y visibilidad extrema es fantástico, pero cuando las cosas van mal todo lo bueno se transforma en algo negativo", dice. "Todos los ojos estaban puestos en el MWC, por lo que en otros congresos ni siquiera ha habido discusión" sobre la celebración o no, argumenta.

Y a esto se ha sumado, sentencia, que los errores comunicativos han sido evidentes y frecuentes. "Aun con los mismos factores, una gestión comunicativa más acertada habría evitado este desenlace", sostiene. ¿Cuál ha sido el problema? Que en todo momento la comunicación se ha gestionado como si fuera un caso "de comunicación de crisis". Incluso al principio, cuando, más bien, habría que haber actuado según los criterios comunicativos de una situación "de riesgo". "Es decir, estableciendo un diálogo con las empresas participantes para valorar el riesgo que suponía la existencia del brote vírico en el momento en el que se preparaba la feria y buscando acuerdos razonables entre todos los implicados", explica. "Eso podría haber generado confianza y tranquilidad", afirma. 

"En lugar de eso, de entrada pareció que el coronavirus no iba con ellos porque no hicieron nada. Cuando las primeras voces alarmistas se oyeron actuaron de forma reactiva, tarde y mal", critica. Y hay un ejemplo muy claro: una de las soluciones propuestas para mantener la seguridad, recuerda Lalueza, fue prohibir la entrada a toda persona que no llevara al menos 14 días fuera de China. "Pero en ese momento las autoridades ya estaban diciendo que el periodo de incubación podía ser de 24 días, no de 14", dice. "No daban sensación de control", lamenta. 

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Indemnizaciones

En el Mobile World Congress iba a haber 2.800 expositores. De todos ellos, cancelaron una treintena de empresas, por lo que hubo muchas que mantuvieron su compromiso de asistir hasta el final. ¿Qué pasa con ellas? Según explica Adalberto Guerrero, director del despacho Círculo Legal de Barcelona y consultor de la UOC, deberán ser indemnizadas por la organización. Sin embargo, opina que lo más normal es que lleguen a acuerdos. "A lo mejor les dicen que como este año les han perjudicado, el año que viene su stand será más barato. Con las empresas normalmente se negocia de este modo" y se llega a acuerdos, explica. 

Lo complicado está en la responsabilidad "extracontractual" de la compañía organizadora, añade. "Por ejemplo, un taxista puede acreditar que había puesto medios extra para el congreso y que ahora la suspensión le ha provocado un perjuicio. Esta persona también tendría derecho a ser indemnizada", apunta. No obstante, cree que lo normal es que la GSMA tenga este tipo de imprevistos asegurados. 

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