Día de Andalucía

40 años del 28F: Juanma Moreno luce su "andalucismo moderno" mientras su socio Vox reclama el fin de las autonomías

Vanesa Martín interpreta el himno de Andalucía. Detrás, el presidente andaluz, Juanma Moreno (PP), y la presidenta del Parlamento, Marta Bosquet (Cs).

El 28F, que año celebraba sus 40 años, desplegó en la soleada mañana de este viernes en Sevilla un elocuente retablo de la coyuntura andaluza. En el Parlamento andaluz y el Teatro de la Maestranza, los actos oficiales mostraban el nuevo canon político que intenta imponer el Gobierno de PP y Cs que lidera el presidente Juanma Moreno, centrado en desplazar al PSOE como partido hegemónico en la comunidad del sur: un autonomismo de corte institucional que rompe con la connotación izquierdista de la causa andalucista y que eleva la bandera verdiblanca como garaníta contra la “discriminación” y los “privilegios” de Cataluña, en un momento crucial del debate autonómico. En la marcha de izquierdas en la calle, la miríada de organizaciones a la izquierda del PSOE, destacadamente Podemos e IU, gritaba “viva Andalucía libre”. Autoexcluido del acto de la Maestranza –no del celebrado en el Parlamento–, Vox celebró en una céntrica plaza de Sevilla un acto contra el Estado de las autonomías y contra la propia liturigia oficial que este año abandera un Gobierno sostenido por el propio partido de ultraderecha.

Es la contradicción inherente a la presente legislatura andaluza: Juanma Moreno intenta mostrar un perfil moderado y andalucista mientras su gobierno depende de un partido ultraderechista y antiautonomista, que desprecia causas como el feminismo y la memoria histórica y a figuras como Blas Infante. El Gobierno andaluz de PP y Cs sufre esta tensión. Especialmente Cs, castigado en las encuestas. Pero, determinados –por el momento– a mantener la cohesión, PP y Cs han logrado encontrar un hilo común: la denuncia de las “discriminaciones” a Andalucía y de los “privilegios” de Cataluña. Ahí coincidieron la presidenta del Parlamento, Marta Bosquet (Cs), y del presidente, Juanma Moreno (PP), que defendió en su discurso institucional un “andalucismo constitucional", "moderno y del siglo XXI”, sabedor de que el concepto “andalucismo”, vinculado a la memoria de las manifestaciones de 1977 y al referéndum de 1980, está teñido de connotaciones de izquierdas. El PSOE, que mantiene el 28F un perfil institucional –a diferencia de Adelante Andalucía– volvió a poner este viernes de relieve todas las contradicciones que para el Gobierno de PP y Cs supone el apoyo de Vox. Un ejemplo: este mismo viernes, la diputada de Vox por Sevilla en el Congreso Reyes Romero cargaba contra la “Andalucía oficial” que celebra “actos institucionales” pese al “fracaso” autonómico. Este tipo de manifestaciones rara vez encuentran respuesta del Gobierno andaluz.

Actos oficiales

Los actos oficiales, siempre un escaparate de lucimiento del presidente de turno, tuvieron como momento estelar la clásica ceremonia de los premios del 28F, esto es, el reconocimiento de “hijos predilectos” y la entrega de “medallas de Andalucía”. Son galardones concedidos al antojo del Gobierno de turno, que tanto en la etapa del PSOE como ahora los utiliza para ocupar espacio político, enviar mensajes y tejer complicidades.

Es evidente el sesgo que ha introducido Moreno. Los hijos predilectos son Antonio Burgos, articulista de ABC, muy popular en Sevilla y Cádiz, y el torero Curro Romero. Junto a nombres populares como el actor Antonio de la Torre y el futbolista Joaquín, del Betis, las medallas desprendía un sabor tradicionalista y, con mayor precisión, equino. Recibieron medalla, entre otras figuras, la Real Maestranza de Caballería de Sevilla, el Salón Internacional del Caballo y la Real Sociedad de Carreras de Caballos de Sanlúcar de Barrameda, localidad de origen del vicepresidente Juan Marín. Las medallas a los “valores humanos” fueron para la Legión española y para Ana Bella, víctima de violencia de género y luchadora contra este tipo de de violencia de la que Vox, socio del Gobierno, niega incluso su existencia. Otra vez aparece la contradicción.

Manifestación de izquierdas

El 28F volvió a dar pie a la izquierda y el andalucismo para celebrar su tradicional manifestación, la que se suele contar entre las más concurridas del año. Asistieron unas 5.000 personas, según la plataforma Caminado/Marchas por la Dignidad. Adelante Andalucía apoyaba la marcha, que partió a las 12.00 de la estación de trenes de Santa Justa y desembocó en torno a las 14.00 en el Teatro de la Maestranza, en cuyo interior tenía lugar el acto institucional de entrega de medallas y reconocimientos. Aunque, sobre el papel, la finalización en el Teatro de la Maestranza no implica que la manifestación sea contra el acto institucional, la impresión que queda es esa: la Andalucía de izquierdas se opone a la Andalucía oficialista que celebra institucionalmente el 28F. Adelante Andalucía estuvo representada en el acto del Parlamento, pero en el del Teatro de la Maestranza

En la manifestación había banderas de Podemos, de IU, del PCE, de Adelante Andalucía –espacio actualmente en disputa–, del Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT), de la CGT, de colectivos de pensionistas... Y de Andalucía, sobre todo. La bandera andaluza, la blanquiverde, llamada "la arbonaida", sigue siendo el emblema que más consenso genera en la izquierda de la comunidad. Podemos e IU continúan buscando la forma de revitalizar el alicaído andalucismo histórico.

Acto contra las autonomías

Vox reunió a unas 200 personas en la plaza del Pan, en pleno centro de Sevilla, en un acto contra la autonomía de Andalucía –de las 17 comunidades, en realidad–. La convocatoria, concretamente, era “contra el despilfarro autonómico”. El rechazo a la autonomía andaluza no es nuevo en la derecha. Tanto Alianza Popular como UCD se opusieron al sí el 28F, con significativas excepciones como la de Manuel Clavero Arévalo. Pero el sí se impuso en las urnas hace 40 años y la derecha quedó durante décadas fuera de juego en la comunidad del sur. Ahora, justo cuando ha alcanzado el poder en Andalucía, ha emergido un bloque ultraconservador que regresa a las posiciones antiautonomistas.

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No hay tradición de manifestaciones anti-28F precisamente el 28F. Hubiera sido raro un gran éxito de asistencia. En efecto, el acto no fue masivo, ni mucho menos, pero tampoco se puede hablar de vacío. Había movimiento. Por la megafonía sonaba Libre, de Nino Bravo, Resistiré, del Dúo Dinámico, y No puedo vivir sin ti, de Coque Malla. Abundaban las banderas españolas, que un señor con un peto de Vox vendía a 5 euros. Ni una bandera andaluza. Predominaban los mayores, pero también había jóvenes. Un asistente repartía carteles con mensajes como “El 28F no nos representa” y “Pensiones o autonomías”.

A la tribuna situada cerca del extremo más sombreado de la plaza fueron subiendo responsables del partido, uno tras otro, para exponer las causas del "fracaso" autonómico. No era difícil arrancar vítores al auditorio. La idea central era sencilla: “No hay nada que celebrar”. Tomó la palabra, entre otros, Javier Cortés, responsable de la gestora del partido en Sevilla tras el portazo de su presidenta, María José Piñero, entre acusaciones de “irregularidades”.

El 28F, día de sublimación simbólica, las costuras de la mayoría derechista que sostiene al Gobierno quedaron al aire. Pero hasta la fecha no llega la sangre al río. En lo material hay acuerdo. El lunes Moreno volverá a gobernar con sus presupuestos aprobados.

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