Coronavirus

La expansión del coronavirus se ceba en los mayores pero preocupa entre sanitarios, profesores y funcionarios de prisiones

Apenas diez días después de que el coronavirus llegara con fuerza a España y se instalara en el país, este jueves saltaba la noticia de que una tercera persona que dio positivo en la enfermedad había fallecido. Se trataba de una anciana de 99 años que había muerto en el hospital Gregorio Marañón de Madrid dos días antes, el 3 de marzo. Sin embargo, la alarma comenzó poco después de conocerse el acontecimiento, cuando se supo que la mujer vivía en una residencia de ancianos del centro de la ciudad en la que se localizaron otros nueve contagios: ocho en ancianos y uno en una trabajadora. Más tarde, cuando ni siquiera habían pasado 24 horas, ya se conocía otro caso similar: un hombre de 76 años usuario de un centro de mayores de la localidad madrileña de Valdemoro fallecía también tras haber dado positivo en coronavirus. En el centro se localizaron otros 15 infectados. A última hora de este viernes ya eran ocho las víctimas en toda España, cuatro en Madrid, tras producirse el fallecimiento de otro varón de 83 años con patologías previas.

Ambos lugares de asistencia a mayores se han situado en las últimas horas en los principales focos de atención de la expansión del brote y, por ello en los dos comenzaron a tomarse medidas rápidamente. Y es que los afectados y los potenciales contagiados forman parte de la población de riesgo que más podría verse afectada por la enfermedad. Sin embargo, estos acontecimientos han desvelado otro hecho: hay sectores que podrían verse muy afectados por el Covid-19 y que, hasta ahora, no cuentan con protocolos específicos. Y algunos sindicatos ya han comenzado a solicitar que se redacten.

La reacción a los dos acontecimientos llegó poco después de que se conocieran. En la residencia del centro de Madrid, dependiente de la Agencia Madrileña de Atención Social (AMAS), se dotó a los profesionales de material de protección, tal y como indican los protocolos de Salud Pública. Además, se recomendó a los familiares que no acudieran al centro a no ser que fuera imprescindible y se suspendieron las actividades externas,como las prácticas formativas o el voluntariado. El Ayuntamiento de Valdemoro, por su parte, recibió una instrucción procedente de la Dirección General de Salud Pública de la Comunidad de Madrid para que procedieran a cerrar temporalmente el centro. Sus actividades quedaron canceladas. Pero este viernes la Dirección General de Salud Pública de la Consejería de la Comunidad de Madrid dio un paso más y aprobó una resolución por la que se procederá al cierre de los centros de día para mayores durante un mes, una medida que afecta a los 213 hogares y clubes que hay en la Comunidad, de los que diez son privados y 203 públicos. Lo hizo, según explicó el organismo, porque existe "un riesgo inminente y extraordinario para la salud pública".

Sin embargo, los dos casos ocurridos en Madrid pusieron de manifiesto la necesidad de comenzar a actuar con medidas de prevención más contundentes para que otros centros de mayores y otras residencias no se conviertieran en focos de contagio. Dicho y hecho. En la tarde de este viernes el Ministerio de Sanidad publicó un protocolo específico para marcar las pautas que deben seguir los trabajadores de este tipo de centros ante un caso potencial y uno confirmado. Para ello han contado con la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG), con la que se ha acordado, entre otras cosas, proponer el confinamiento para aquellos usuarios confirmados, probables o con alguna enfermedad respiratoria, así como suspender las visitas mientras duren los síntomas y limpiar y desinfectar todas las superficies y espacios en contacto con el paciente.

Algo que según afirma a infoLibre Elena Moral, presidenta del área de la Comunidad de Madrid de la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF), era más que necesario. "Hay que promover medidas de aislamiento porque las residencias son las viviendas de los usuarios. Es complicado, pero se pueden poner en práctica medidas como que las personas que tengan síntomas no utilicen los comedores comunes y, sobre todo, que se eviten flujos del exterior, que es de donde puede venir el virus", afirma desde el otro lado del teléfono. 

Vista del exterior del Centro Municipal de Mayores de la localidad madrileña de Valdemoro. | EFE

Comunicación, protocolos de Sanidad y calma

Más allá de las medidas preventivas que puedan tomarse, el Ministerio de Sanidad ha vuelto a hacer un llamamiento a la calma, tal y como lleva haciendo desde la irrupción del coronavirus. Según ha ido trasladando Simón en sus comparecencias diarias, no hay que tomar decisiones aceleradas ni tan drásticas como la que por ejemplo adoptó Italia en la tarde del miércoles y que consiste en cerrar escuelas, institutos y universidades durante 15 días. Y eso que hasta el momento se conocen tres casos de coronavirus en menores, lo que podría haber afectado a la vida diaria de sus escuelas, lugares en los que también se concentra una gran cantidad de personas, la mayoría niños y niñas, una cuestión que podría hacer de la prevención y el control del virus algo más complicado, igual que en las residencias.

Sin embargo, y aunque los casos se van multiplicando con el paso de las horas, de momento los profesionales del sector mantienen la calma. Eso es al menos lo que trasladan desde UGT y CCOO. "No es la primera vez que nos enfrentamos a una situación de alarma social. Hemos convivido con el ébola y con la gripe A, así que no nos asustamos por algo así, aunque ponemos medidas al respecto", señala Encarnación Pizarro, secretaria de salud laboral y medio ambiente de la Federación de Enseñanza de CCOO. Lo que proponen, dice, es "seguir las indicaciones de las autoridades sanitarias", algo que, según recuerda, siempre les ha funcionado. "En el escenario en el que estamos, extremar las medidas de higiene y seguir las indicaciones de las autoridades es lo más sensato", asegura.

Maribel Loranca, secretaria del sector de enseñanza de UGT, opina en la misma línea. "Hasta el momento, las administraciones educativas han estado en continuo contacto con la administración sanitaria y la información que tenemos es que se están siguiendo los protocolos", dice. No obstante, señala que seguirlos al pie de la letra es complicado porque el trabajo con niños y niñas siempre es más difícil de controlar. "Las medidas de prevención las conocemos y decir a los alumnos que se laven las manos es fácil, lo difícil es decirle a un niño de cuatro años que no dé abrazos a sus amigos", lamenta. 

Aun así, tanto Pizarro como Loranca coinciden en asegurar que por ahora no se han recibido quejas por parte de los profesionales del sector. Y en que tampoco es necesaria, por ahora, la elaboración de un protocolo específico para las escuelas. Porque no hay tantos casos en niños y porque la situación tampoco está descontrolada, dicen. Sin embargo, desde CSIF sí que han exigido comenzar a tomar medidas concretas en el ámbito educativo. Este lunes, de hecho, el sindicato reclamó a la ministra de Educación, Isabel Celaá, que dotara a los colegios de profesionales sanitarios y de "un protocolo de actuación para que docentes y comunidad educativa sepan a qué atenerse de manera objetiva y sin crear alarma innecesaria". 

Vista de una de las fachadas del colegio Paraíso Sagrados Corazones de Madrid, donde una alumna ha dado positivo por coronavirus. | EFE

Los protocolos específicos de los sanitarios

Los primeros en contar con un protocolo propio y específico fueron los profesionales sanitarios. Su actividad les convierte en las primeras personas expuestas a la enfermedad y, además, en un potencial peligro para los pacientes, que son personas más débiles y en las que el Covid-19 podría tener peores consecuencias. Sin embargo, y a pesar de la celeridad con la que la institución que dirige Salvador Illa elaboró el protocolo, los profesionales, hasta el momento, parecen conformes con las instrucciones. Según ha confirmado este diario con UGT y CCOO, el sector no solicita la adopción de medidas más allá de las que ya se tienen. Y ambos sindicatos inciden, además, en la necesidad de continuar llamando a la calma y a la tranquilidad. 

"Nosotros, ante todo, estamos intentando mantener la calma e informar continuamente al Ministerio. Al final lo que puede poner sensatez en esto es actuar así", explica Irene Álvarez, responsable de salud laboral de la FSS-CCOO. "Nos parecen correctas las medidas tomadas y no hemos detectado ningún caso alarmante. Seguimos llamando a adoptar los consejos de prevención universal, que es lo que hay que hacer en el escenario en el que estamos", añade. Hasta ahora, según recalca, no conocen ningún caso de falta de protección de los profesionales, aunque "eso no quiere decir que no lo haya".

Gracia Álvarez, secretaria de salud de UGT, se pronuncia en la misma línea que su compañera. Según señala, hay que evitar el alarmismo porque eso "no va a mejorar la situación". Por eso también incide en la necesidad de seguir "las directrices de Sanidad". Aun así, ella sí afirma haber detectado alguna queja de algún trabajador. "Hay algunas demandas, por ejemplo de las personas que atienden en primer lugar a los pacientes que acuden a su centro de salud. Reclaman más protección porque entran en contacto con personas que podrían estar contagiadas", explica. 

En este mismo sentido, el sindicato CSIF solicitó en Madrid la instalación de "mamparas en la admisión de las urgencias de los hospitales". "En CSIF hemos conocido casos de trabajadores del Marañón [Hospital Gregorio Marañón] que piden mascarillas antes de tratar a pacientes sospechosos y que los supervisores no se las facilitan porque consideran que no es estrictamente necesario", criticó la organización a través de una nota de prensa con la que también reclamaron un aumento de las contrataciones para hacer frente a las bajas del personal sanitario contagiado por coronavirus y la concentración de las "habitaciones reservadas en una única unidad para disminuir el número de trabajadores expuestos y evitar la transmisión de la enfermedad a otros pacientes ingresados por otras patologías". 

Vista de la entrada a Urgencias del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA). | EFE

Prisiones: dos trabajadores en cuarentena por un posible contagio

Lo peligroso de un contagio en una residencia de ancianos, en un centro de mayores, en una escuela o en un centro de salud u hospital es que la persona positiva —ya sea paciente o trabajador—, al estar en contacto con varias personas a lo largo de su día a día, puede convertirse en un foco importante de infección hacia todos los demás. Es el mismo problema que puede darse, por ejemplo, en una prisión. Los internos, al no poder salir, no pueden contagiarse. Pero si un trabajador resulta infectado la cárcel podría convertirse en una zona peligrosa. Es lo que podría ocurrir en el centro de Picassent, en Valencia. Dos funcionarios de la prisión se encuentran en cuarentena tras haber estado en contacto con personas contagiadas. En caso de resultar positivos, estos se convertirían en los dos primeros casos de coronavirus en un centro penitenciario. Y esto, según ha denunciado CSIF y CCOO, evidencia la necesidad de elaboración de un protocolo específico que ayude a prever los contagios y a reducir los impactos que estos pudieran tener dentro de las prisiones. 

"La carencia de medidas de seguridad ha dejado en evidencia la falta de protocolos, por ejemplo, de actuación para funcionarios en contacto con personas contagiadas, aunque sea fuera de su entorno laboral", denunció CSIF a través de un comunicado emitido este miércoles. "Desde hace semanas", continúa el escrito, "se tenía que haber extremado el control de las visitas a internos, por ejemplo, con la medición de la temperatura corporal". 

Chema López, responsable de salud laboral de CCOO en Instituciones Penitenciarias, opina igual. "A finales de enero solicitamos que Prisiones tuviera un protocolo específico además de las recomendaciones generales. Consideramos que son muy apropiadas, pero incidimos también en que la forma de trabajar en una prisión no tiene nada que ver con la de otros medios laborales", asegura en conversación telefónica con infoLibre. ¿Por qué? Pues porque, tal y como afirma, hay rutinas que obligan, por ejemplo, al contacto físico entre el trabajador y el interno. Y además las medidas de aislamiento podrían ocasionar un conflicto dentro de la prisión. "Si hay que aislar, ¿cómo se tiene que hacer? ¿Dejando a los presos en sus celdas?", se pregunta.

Y para todo ello exige una respuesta. E inmediata. "Trabajamos en un centro cerrado donde el volumen infectocontagioso es muy elevado", señala.

Acaip-UGT, por su parte, tal y como trasladó a través de una nota de prensa, también exige la dotación "urgente" de "termómetros sin contacto, mascarillas y equipos de protección inidividual". Y también "insta a la convocatoria urgente de la comisión estatal de seguridad y salud laboral a fin de acordar las medidas de formación de los trabajadores de los establecimientos penitenciarios".  

Nacho Gutiérrez, que forma parte de la organización, además, sí menciona unas directrices básicas que han obtenido los trabajadores de los centros penitenciarios, pero a juicio de López no son suficientes. "No es un protocolo, no contempla los procedimientos preventivos para todo el personal y tampoco contempla la actuación ante los contactos con familiares y visitantes, que son centenares", denuncia. 

¿Y los trabajadores del transporte?

Por ahora, el Ministerio de Sanidad no ha recomendado evitar las grandes aglomeraciones. Según ha trasladado en todo momento el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, no existe ningún peligro por acudir a citas en las que se vaya a concentrar una gran cantidad de personas. Siempre y cuando, eso sí, no se tengan síntomas. Sin embargo, y tal y como confiesa Pepe Haro, responsable de salud del sector ferroviario de CCOO, algunos trabajadores del sector del transporte público están "bastante inquietos y preocupados"

Son otro ejemplo de profesionales que en su día a día tienen que tratar con diversas personas. Y eso, aunque las llamadas a la calma son constantes, puede llegar a intranquilizar. Por eso, según recuerda Haro, comenzaron a batallar para que las autoridades les dotaran de un protocolo propio. Y ya lo han conseguido. Además, tal y como celebra el sindicalista, las directrices son amplias porque ayudan a conocer la manera correcta de proceder si el afectado es un viajero o si, por el contrario, es un trabajador. Además, añade, incluye algo muy positivo: el desglose del protocolo también para los trabajadores que, contratados por otra empresa externa, trabajan también junto a Renfe.

Por otro lado, Emilio Cardero, responsable de transportes de UGT, asegura que el sector aéreo ya está teniendo reuniones para ver cómo abordar el brote, mientras que los trabajadores de Metro de Madrid y de la EMT de la ciudad, por ejemplo, continúan siguiendo las indicaciones de Sanidad

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