Coronavirus

Podemos presiona para que el Gobierno apruebe el martes un estímulo económico de impacto

Pedro Sánchez, entre Pablo Iglesias y Carmen Calvo, en el Consejo de Ministros de este sábado.

Algunos miembros del Gobierno durmieron dos horas del viernes al sábado. La prioridad era preparar el decreto del estado de alarma. Los objetivos eran claros y podían resumirse en dos: asegurar la atención sanitaria y el confinamiento de la población en sus casas. Sólo si los servicios sanitarios no se colapsan y se contiene el contagio del coronavirus, España podrá comenzar a imponerse a la amenaza.

Durante el Consejo de Ministros extraordinario de este sábado, el gabinete repasó las medidas una por una, según fuentes del Gobierno consultadas por infoLibre, que aseguran que no ha habido grandes discrepancias políticas en torno a la necesidad de limitar los movimientos para reducir los contagios y asegurar que los servicios sanitarios funcionan al máximo de sus capacidades.

Sin embargo, las medidas ya tomadas por el Gobierno central y las comunidades autónomas están produciendo un importante impacto económico que preocupa a todo el Ejecutivo. El Ibex 35 vivió la segunda peor semana de su Historia (ver aquí), con unas pérdidas acumuladas que superaron el 20%. La magnitud de la caída del selectivo sólo es comparable a la caída de Lehman Brothers en 2008, que marcó el estallido de la crisis financiera que condujo a una intensa recesión de la que aún se dejan ver muchos de sus efectos. Prácticamente todos los sectores, con el turismo, la hostelería y el comercio como ejemplos, notaron el impacto de las primeras medidas tomadas por las administraciones, que llevaron a muchos ciudadanos a reducir drásticamente su actividad. Y todo ello fue antes de que entrase en vigor el estado de alarma, con la paralización de buena parte del país por decreto. 

Estímulo sí, pero ¿cuánto?

En ese sentido, a lo largo del sábado y el domingo se han evidenciado diferencias entre los miembros morados del Ejecutivo y algunos socialistas, en especial la ministra de Economía, Nadia Calviño, interlocutora de referencia de las instituciones europeas, y la de Hacienda, María Jesús Montero, que tiene la llave de la caja y la inversión. 

La discusión está en cómo proteger a trabajadores, autónomos y empresarios, que se pueden ver gravemente afectados por la crisis hasta el punto de tener que cerrar negocios o prescindir de empleados. En cuanto se note el frenazo del consumo, de especial importancia en la economía española respecto a otras, la economía española podría entrar en un círculo vicioso y una depresión global. Todo ello mientras continúa el aislamiento para seguir conteniendo el virus.  

Los miembros morados del Gobierno creen que el Consejo de Ministros del martes, que tiene previsto abordar las medidas económicas, debe ser ambicioso y poner ya en marcha un ambicioso plan de estímulo con una importante dotación presupuestaria. Las fuentes de Podemos consultadas aseguran que Calviño y Montero intentan limitar a lo imprescindible la ambición del estímulo hasta que se tenga una idea más clara de la dimensión y, sobre todo, duración de la crisis.

Este domingo, varios dirigentes de Podemos publicaron mensajes pidiendo medidas de estímulo. "Ahora es fundamental tomar medidas valientes para proteger a las familias, autónomos y empresas del impacto económico", tuiteó Pablo Echenique, portavoz parlamentario:

También otros dirigentes, como Rafael Mayoral, se sumaron a la petición.

La lógica de la cautela

La lógica de la cautela también tiene explicación si se piensa en que una crisis intensa acabará repercutiendo en las finanzas públicas. La crisis financiera iniciada en 2008 acabó derivando en una crisis de deuda pública que provocó una ola de medidas de austeridad para contener el déficit. Muchos criticaron, especialmente a posteriori, el paquete de estímulo impulsado por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, aunque su dimensión fuese en línea con recomendaciones de foros como el G-20.

En ese sentido, si la economía europea entra en recesión, como pronostican ya no pocos organismos y analistas internacionales, España podría sufrir. Su deuda es alta, cercana al 100% del PIB, y la economía se vería afectada por un enfriamiento internacional. Por ese motivo, el decreto de alarma no prohíbe el trabajo. El cierre con excepciones de la hostelería o el comercio minorista ha hecho que muchos establecimientos cuelguen el cartel de cerrado hasta nuevo aviso, pero las restricciones no se aplican a la industria o la agricultura. Fuentes del Gobierno explicaron el sábado por la noche que hacerlo así, aunque pudiese ser lo más eficaz para parar del todo los contagios, podría ser devastador para la economía en muy poco tiempo.

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La comparecencia del propio Sánchez, el sábado por la noche, ofrecía entre líneas algunas claves sobre el debate. "Esta es una batalla que vamos a ganar, sobre eso no hay discusión: la vamos a ganar. Lo importante es qué precio pagaremos por esa victoria" en cuanto a fallecidos, pero también impacto social y económico.

Por eso Sánchez anunció, al comienzo de su intervención, medidas para los trabajadores, autónomos, familias y personas vulnerables; medidas de flexibilización que eviten despidos, como los ERTE (suspensión temporal de empleo) y medidas de liquidez para que las empresas sigan funcionando. El martes pasado, el Consejo de Ministros ya aprobó transferir a las comunidades autónomas anticipos por 2.800 millones y el aplazamiento de las deudas con Hacienda durante seis meses, una medida que el Ejecutivo estimó en 14.000 millones de liquidez. 

Desde este domingo, el Gobierno trabaja en nuevas medidas que serán aprobadas el martes y que podrían ser objeto de otro intenso debate entre los ministros. 

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