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Coronavirus

Las UCI, termómetro del Covid-19: ya con alta ocupación y preparándose para miles de casos

La Ertzaintza impide la concentración convocada en la puerta del hospital de Txagorritxu de Vitoria, en homenaje a la primera sanitaria fallecida por Covid-19 en Euskadi.

Los números que muestran el avance del coronavirus en nuestro país no dejan de crecer. Según los últimos datos del Ministerio de Sanidad, España ya registra 19.980 contagiados y 1.002 personas fallecidas. En los próximos días, y hasta que las medidas tomadas por el Gobierno tras la declaración del estado de alarma den sus frutos y la famosa curva de contagios consiga aplanarse poco a poco, estas cifras no harán más que aumentar. Sin embargo, las autoridades no creen que España esté demasiado lejos de ir doblegando esa curva. Así lo dijo este viernes por la mañana el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, que, sin querer dar fechas concretas, aseguró que "en breve" comenzaremos a ver cómo desciende el número de contagios. Por su parte, la ministra de Asuntos Exteriores, UE y Cooperación, Arancha González Laya, situó esa fecha en las próximas dos semanas. Por tanto, en el mañana inmediato habrá que seguir manteniendo la "presión" en las medidas adoptadas por el Ejecutivo, en palabras del director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad, Fernando Simón. Y es que el problema no es sólo que los contagios crezcan de manera exponencial, sino que, si lo hacen, habrá muchas más personas que necesiten un ingreso hospitalario y otras muchas que tengan que ser trasladadas a las Unidades de Cuidados Intensivos de los hospitales. Y las UCI no tienen una capacidad ilimitada.

Según los datos facilitados a infoLibre por el Ministerio de Sanidad, actualmente la sanidad pública cuenta con 4.627 camas UCI. La privada, por su parte, dispone de 1.172. En total suman 5.799 plazas para personas necesitadas de cuidados intensivos. Un número que, no obstante, podrá aumentar. Tal y como explican las fuentes de la institución que dirige Salvador Illa, esta es la cifra de camas fijas que "siempre" hay disponibles en las distintas Unidades de Cuidados Intensivos, pero se pueden habilitar más en caso de necesidad. Por eso, explican desde el Ministerio, los datos consolidados que se obtienen en los balances anuales suelen reflejar una cifra más elevada. Y eso es lo que se espera que ocurra ahora, ya que la previsión es que el número de contagiados que necesiten una cama UCI desborde el espacio disponible en los hospitales.

El lunes, según Sanidad, había 432 personas ingresadas en las UCI de los hospitales españoles. La mayoría en Madrid, la comunidad más castigada por el Covid-19. Este viernes esa cifra ya se había disparado hasta las 1.141 personas. El aumento ha sido, por tanto, del 164%.

Si las cifras continúan el camino que han seguido esta última semana, la primera tras la declaración del estado de alarma, el colapso de las Unidades de Cuidados Intensivos podría estar cerca. De hecho, los médicos intensivistas ya cuentan con ello. "Lo que yo oigo es que nos estamos preparando para un número muy alto de ingresos en UCI. Los sanitarios están preocupados, pero por ahora no cunde la histeria", explican fuentes de la Sociedad Española de Medicina Intensiva Critica y Unidades Coronarias (Semicyuc) desde el otro lado del teléfono. Según añaden, ahora mismo las UCI están preparadas porque no están al 100% de su capacidad. Pero que todo siga así, insisten desde la organización, dependerá de que las medidas puestas en marcha desde el Gobierno funcionen si los ciudadanos se lo "toman en serio". "Depende mucho de la respuesta de la sociedad. Si se queda en su casa no habrá tanto contagio y, por tanto, tampoco tantas personas que necesiten UCI", señalan desde Semicyuc.

El límite de las UCI: la esperanza de recuperarse como criterio de entrada

"La pandemia ha desbordado las previsiones de todos". Con esta sinceridad se manifestó este miércoles el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ante un Congreso de los Diputados medio vacío que, además, era desinfectado cada vez que un orador terminaba su comparecencia y bajaba las escaleras de la tribuna. La crisis comenzó el pasado lunes 9 de marzo, pero por entonces ninguna voz se atrevía a vaticinar con claridad lo que se avecinaba. Fue a partir de la declaración del estado de alarma el pasado sábado 14 cuando las autoridades sanitarias y los miembros del Gobierno comenzaron a insistir una y otra vez en el mismo mantra: los peores días todavía están por llegar. Y es que el número de contagios e ingresos todavía seguirá al alza, sometiendo a un alto "estrés", según lo califica Simón, al sistema sanitario español

Sin embargo, lo que más preocupa son las Unidades de Cuidados Intensivos. A mayor número de contagios, mayor número de pacientes que necesitan ingresar en este tipo de servicios. Y a mayor número de pacientes, menor capacidad de brindar una buena atención. De momento no ha ocurrido, pero se espera que el colapso llegue. Y más pronto que tarde. Las medidas de confinamiento no tienen unos efectos inmediatos y, hasta que comiencen a notarse, las noticias continuarán siendo las mismas: los contagios siguen creciendo. Por eso los profesionales que trabajan en esta especialidad ya se han preparado. 

Lo han hecho a través de un plan de contingencia elaborado por la Semicyuc y la Sociedad Española de Enfermería Intensiva y Unidades Coronarias (Seeiuc). En el documento, tal y como explican fuentes de la sociedad de médicos intensivistas, los profesionales han querido poner sobre la mesa en qué escenarios futuros podemos encontrarnos y cómo afrontarlos para que las consecuencias de ese colapso no sean devastadoras. Y la solución es similar a la que adoptaron los profesionales sanitarios italianos, que alcanzaron ese colapso hace días: los criterios de entrada en las UCI deben ser más estrictos

Así lo dijo el propio Simón este viernes, en la rueda de prensa diaria tras la habitual reunión del Comité de Gestión Técnica del Coronavirus. "La gestión de pacientes en UCI habitualmente ya tiene criterios restrictivos que, obviamente, son muchísimo más laxos que los de ahora", confirmó. Actualmente, continuó, "es cierto que hay condiciones en algunas UCI concretas en las que, por la sobrecarga y la presión", esos criterios se limitan todavía más. Y es que las Unidades de Cuidados Intensivos no se vacían fácilmente. Tal y como añadió Simón, una persona puede estar hasta 28 días ingresada en ese servicio. Por eso cuando se ocupa una cama, esta prácticamente no servirá para ningún paciente más. Al menos en un corto periodo de tiempo. Y se calcula, según Semicyuc, que aproximadamente un 15% de contagiados por el Covid-19 necesiten ingresar en una UCI. 

Por eso el plan de contingencia es duro y señala que, ante una situación de "saturación o desbordamiento, es necesario priorizar la atención de los casos potencialmente más recuperables". De este modo, continúa la guía elaborada, quedarían excluídos todos aquellos pacientes que tengan "un mal pronóstico" aunque ingresaran en UCI y aquellas que requieran un recurso que no se pudiera proporcionar. Esto haría, por ejemplo, que las personas más mayores tuvieran más dificultades para entrar en estos servicios. 

El escenario actual y los escenarios futuros: de la fase cero a la fase cinco

Sin embargo, y tal y como indican las fuentes de Semicyuc, todavía no nos encontramos en ese punto. El plan de contingencia contempla cinco escenarios diferentes que van del cero al quinto. Y ahora estamos en el primero, aunque Madrid, la región más castigada por el coronavirus con 7.165 contagios y 678 ingresados en UCI, está cerca de alcanzar el nivel dos. Pero por ahora no lo ha hecho y está, como el resto de comunidades, en la fase de "inicio de la pandemia"

¿Qué quiere decir? Según el plan de contingencia, que actualmente los hospitales tienen que abrir todas las camas UCI y destinar a este servicio todas aquellas que puedan ser aprovechadas. Además, se cancela toda la cirugía programada —excepto la preferente—, se completan todas aquellas plantillas de intensivistas que pudieran ser deficitarias, se realiza un seguimiento de los pacientes infectados y del personal que los atiende y se crean equipos de trabajo sectorizados para "garantizar la asistencia". 

El problema mayor vendría si se alcanza el segundo nivel, el denominado de "saturación de la UCI". En ese momento, según el plan de contingencia, deben cancelarse las vacaciones y los permisos del personal intensivista, así como toda la actividad programada del hospital. Además, debe valorarse el descanso del personal que se encuentra "en primera línea", lo que obligaría a la coordinación del servicio en distintos turnos. Y aquí sí llegaría el momento de establecer criterios aun más estrictos de entrada en las UCI. 

¿Cómo decidirlo? La Semicyuc tiene, para este caso, otra guía sobre recomendaciones éticas. Y es muy clara: hay que "evitar el criterio 'primero en llegar, primero en ingresar". En lugar de eso, señala este documento, hay que tener en cuenta que "admitir un ingreso puede implicar denegar otro ingreso a otra persona que puede beneficiarse más", por lo que hay que dar prioridad a quien más pueda beneficiarse de los servicios que puedan otorgarse en la UCI y, además, a quien tenga una "mayor esperanza de vida". Además hay que "tener en cuenta otros factores como, por ejemplo, personas a cargo del paciente para tomar decisiones maximizando el beneficio del máximo de personas". 

El problema del aumento de las camas y de personal: no vale todo

Las fuentes de Semicyuc, no obstante, explican que no es tan fácil aumentar la dotación en las UCI. Ni de los medios materiales ni de los personales. Y es que ni todas las camas sirven para este servicio ni todos los médicos o enfermeros pueden atenderlo. "Cada hospital ha puesto encima de la mesa qué ampliación de las UCI puede acometer", explican las fuentes de la sociedad, que señalan que a estos números habrá que sumar lo que puedan aportar las distintas administraciones. Porque no todo vale. "Una cama de UCI es compleja y tiene una aparatología" concreta, dicen las fuentes, que indican que, por ejemplo, las que se destinan a pacientes de cuidados paliativos sí podrían emplearse en este servicio. 

Pero hay otro problema. "Hay un dato que no todo el mundo tiene en cuenta: no todos los médicos pueden atender UCI", señalan desde la sociedad. "La especialidad es de las más complejas porque obligan al médico intensivista a saber de todo. Es el MIR más intenso, dura cinco años", dice. Y hasta que no se supera ese plazo, además, no se pueden tomar decisiones. 

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"Por ejemplo, si se cae la grada de un estadio y hay que poner escayolas a miles de personas da igual que seas cardiólogo o enfermero no especializado en traumatología, vas a saber atenderlo. Sin embargo, enfermeros y médicos de intensivo necesitan una especialización muy concreta. Si tú abres 80 camas pero no tienes para cubrir esas 80 plazas con médicos especialistas da un poco igual el número de camas del que dispongas", ejemplifican desde Semicyuc. 

Por ahora, la Comunidad de Madrid ha ideado un plan junto al Ministerio de Sanidad por el que instalará un hospital provisional en Ifema que contará con 5.500 camas. Y también con una Unidad de Cuidados Intensivos "para dar respuesta a la demanda asistencial". 

Pero las autoridades insisten: todavía quedan los "peores días" del coronavirus. Así lo volvió a afirmar este viernes el ministro de Sanidad, Salvador Illa, en rueda de prensa. "Vienen los días peores, los días en que nos enfrentaremos a un crecimiento de casos, pero los días en los que nos vamos aproximando al momento de llegar al punto máximo de incidencia, doblegar la tendencia creciente y derrotar al virus", expresó con esperanza. Por eso la recomendación es siempre la misma: sin salir de casa y evitando contagios se disminuirá el número de personas potenciales de necesitar ingresos en una UCI. Y con estos servicios a plena capacidad el número de fallecimientos se acortará drásticamente. 

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