Coronavirus

Las donaciones de la gran empresa: hasta 22 millones de unidades de material, pero los profesionales necesitan más

Un trabajador del hospital temporal en el que se ha convertido Ifema, en Madrid.

"En una situación normal", cuando un profesional sanitario entra en contacto con un paciente en aislamiento respiratorio, como lo están los contagiados por coronavirus, debe ir "enfundado" con la máxima protección. En otras palabras, debe llevar bata, gafas, guantes, una pantalla protectora, calzas, etc. Al salir, debe desechar todo ese material y utilizar uno nuevo para atender al próximo hospitalizado. Pero eso ocurre "en una situación normal", tal y como explica desde el otro lado del teléfono José Luis Cobos, vicesecretario general del Consejo General de Enfermería (CGE). "Hacer eso ahora es inviable", lamenta. Julián Ezquerra, secretario general de la Asociación de Médicos y Titulados Superiores de Madrid (Amyts), también coincide en el diagnóstico. "El sistema sanitario se encuentra en tensión máxima porque se ha desbordado. El resultado de eso es que nos encontramos con carencias evidentes", asegura. De profesionales y, sobre todo, de material. Y eso a pesar de las ingentes compras que el Gobierno ha realizado y de las suculentas donaciones que algunas grandes empresas ya han realizado. Según los datos del Gobierno a los que ha tenido acceso infoLibre, hay más de22 millones de materiales sanitarios que provienen de donaciones privadas. Toda ayuda es bienvenida, pero en la situación actual, dicen ambas fuentes, toda ayuda también es poca.

El coronavirus ya se ha cobrado la vida de más de 10.000 personas en nuestro país y también ha contagiado a más de 100.000 personas, según el último balance ofrecido por el Ministerio de Sanidad este miércoles. Algunas de ellas, no todas, requieren hospitalización. Y también algunas el ingreso en una Unidad de Cuidados Intensivos (UCI). Por eso el sistema sanitario lleva días alertando de la difícil situación que está sufriendo. Y es que hay muchos profesionales que no pueden atender a los pacientes con la debida protección, lo que ha provocado que los contagios entre ellos alcancen cifras preocupantes: ya son más de 12.000 los sanitarios que han dado positivo en Covid-19. La explicación es sencilla: no disponen de mascarillas suficientes, ni de guantes suficientes, ni de batas suficientes, ni de equipos de protección individual (EPI) suficientes, ni de gafas suficientes. Y un largo etcétera. La solución, por tanto, también parece sencilla: comprarlo. El Gobierno se puso hace días manos a la obra para dotar a los profesionales sanitarios de la protección adecuada. Según el Ministerio de Sanidad, el Ejecutivo ha distribuido ya 15 millones de mascarillas y 16 millones de guantes entre las comunidades autónomas, que también han recibido más de 77.000 batas desechables, 83.900 buzos y 408.000 unidades de otro tipo de material de protección como calzas, delantales o gorros. En paralelo, Sanidad también informó este lunes de que ha enviado 640 ventiladores no invasivos y 56 dispositivos de ventilación mecánica invasiva como los que se emplean en las UCI.

Y a esto se han sumado las donaciones privadas. Según los datos del Gobierno a los que ha tenido acceso infoLibre, estas no son nada desdeñables. Al menos, en términos numéricos. Grandes empresas han comprometido ya la donación de 2.103 respiradores invasivos, 4.420 respiradores no invasivos, 14.165.000 mascarillas, 169.500 EPIs, 120.000 gafas, 8.150.000 guantes y 20.000 batas. No todo el material ha llegado, pero sí una buena parte. El resto, según el Ejecutivo, está a punto de hacerlo, aunque hay una parte que todavía no se sabe con exactitud cuándo lo hará.

Lo haga cuando lo haga, esas cifras son los millones de materiales que la empresa privada ha prometido a la sanidad pública. Pero exactamente, ¿de dónde vienen esas donaciones?

Inditex, Banco Santander, Iberdrola o BBVA, las que más contribuyen

Inditex ha sido quizás la empresa más nombrada en los últimos días. Y eso coincide con el hecho de que se ha convertido en la compañía que más material ha conseguido proporcionar a la sanidad pública. No es la primera vez que hace una donación. El gigante de Amancio Ortega donó en 2017 320 millones de euros a hospitales públicos de todas las comunidades autónomas para renovar equipamientos contra el cáncer como mamógrafos y aceleradores. Y eso levantó una oleada de críticas. Casi todas porque consideraron que sentaba un mal precedente que conseguiría privatizar poco a poco la sanidad. Y también porque, según ha criticado en varias ocasiones el ahora vicepresidente segundo y ministro de Derechos Sociales y Agenda 2030 del Gobierno, Pablo Iglesias, ese servicio público tiene que costearse a través de impuestos. 

Sin embargo, los datos muestran que cuando la sanidad pública comenzó a mermarse durante la crisis de 2008, las grandes empresas pagaban una cantidad en impuestos que todavía hoy no se ha recuperadoimpuestos. En 2007, las grandes compañías aportaron a las arcas de Estado más de 44.000 millones de euros por el impuesto de sociedades. En 2018 esa cifra se situó en 24.000 millones.

Aun así, los datos del Ejecutivo muestran que el emporio del español más rico del mundo según la revista Forbes ha querido volver a hacer gala de un publicitado altruismo. Tal y como indican los datos, la firma de moda ha donado 1.170 respiradores invasivos —todos ellos entregados este lunes—, 420 no invasivos, 4.265.000 mascarillas, 118.000 EPIs y 7.100.000 guantes.

Tras la publicación de este artículo, la Fundación Amancio Ortega se puso en contacto con infoLibre para aclarar que la mayoría de donaciones se hacen desde la Fundación Amancio Ortega, la organización que también realizó la donación del año 2017. Inditex también colabora, pero su función es sobre todo logística, aclaran. 

Pero no solo dona Inditex. El Banco Santander, que ya anunció hace días que quería contribuir a la lucha contra el coronavirus, ha donado 150 ventiladores invasivos —cuya fecha de entrega todavía se desconoce—, 500 no invasivos —que deben llegar esta semana— y 2.400.000 mascarillas —las últimas de las cuales se esperan este jueves. 

Iberdrola también se sitúa como una de las compañías que más altruismo ha parecido desarrollar. O al menos publicitar. Tal y como indican los datos obtenidos por infoLibre, ha querido contribuir con 290 ventiladores invasivos —cuya entrega se prevé el 11 de abril—, 2.400.000 mascarillas —que todavía no han llegado y de las cuales solo 900.000 son FFP2— y 50.000 EPIs —que tampoco han llegado. 

El banco BBVA, por su parte, ha prometido que ayudará a la sanidad pública con 293 respiradores de UCI —de los cuales no han llegado todavía todos—, 3.500 respiradores no invasivos para pacientes en planta —de los que quedan por llegar 1.800— y 400.000 mascarillas quirúrgicas que, todavía, no se sabe cuándo llegarán porque están pendiente de que les sea asignado un vuelo. Sin embargo, en él no llegará ni una de las aconsejadas por la OMS. 

Telefónica, Mango, El Corte Inglés o Huawei también donan

Hay otras empresas que, aunque no hayan donado de todos los materiales requeridos o necesarios, han querido también poner su granito de arena. Una es, por ejemplo, Telefónica. La empresa ganó 1.787 millones en el primer semestre de 2019 y 3.331 millones en 2018. Ahora, en la crisis contra el coronavirus, ha donado 200 respiradores para UCI. El problema es que todavía no ha llegado ninguno. Según los datos que maneja el Gobierno, se está "trabajando en cerrar" su transporte. 

Huawei, el gigante chino de la tecnología, ha querido ser más variado en sus donativos. Ha donado un millón de mascarillas —aunque solo 120.000 son FFP2—, 20.000 gafas de protección, 100.000 guantes y 20.000 batas. La previsión era que todo este material llegara a Madrid en un mismo vuelo este miércoles alrededor de las 18.30 horas de la tarde. 

El resto de donaciones han venido por parte de Mango —1.800.000 mascarillas quirúrgicas, ninguna FFP2—, El Corte Inglés —500.000 mascarillas también quirúrgicas—, BQ —un millón de mascarillas de modelo asimilable a las FFP2—, Repsol —1.500 EPIs— y El Pozo —950.000 guantes—. 

¿Es suficiente?

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Leídas por cualquier persona que no se encuentre en la primera línea de batalla, parecen cantidades ingentes de material sanitario. Pero quienes realmente tienen que calificar esas donaciones de las empresas privadas como suficientes o insuficientes son los profesionales. Y no creen que lo sean. La razón es que la vida útil de estos materiales es muy corta. De hecho, si los médicos y enfermeros fueran capaces de utilizarlas durante el tiempo que debe hacerse, cada mascarilla, cada par de guantes, cada bata y cada par de calzas, por lo menos, solo valdrían para atender a un paciente. Igual que cada EPI. "Un EPI en condiciones normales se pone, se quita y se desecha. No hay un mecanismo seguro de reutilización y esterilización del equipo porque son prendas que si se llevan a la lavandería o a esterilizar se deterioran. No están pensados para un uso constante", detalla Ezquerra. Pero en estos momentos sí que tienen un uso prolongado. A veces de un turno, y a veces de varios. Igual que el resto de material. "Las mascarillas FPP2 tienen una vida media corta. El filtro que tienen dura siete horas, así que reciclarlas y prolongar su vida más allá de lo que está estipulado como norma de seguridad no es razonable. Aun así, en crisis puede hacerse, pero no llegando a utilizarlas una semana como se está haciendo. Pierden su utilidad", lamenta. 

"Creo que no es suficiente lo que ha llegado hasta ahora. Durante un fin de semana en una UCI grande se gastan cientos y cientos de batas, guantes y mascarillas. Se utiliza una barbaridad de material, no tres o cuatro", añade Cobos. No obstante, la mejor prueba de que realmente nos encontramos en un contexto en el que toda ayuda es pequeña es la percepción que tienen los profesionales. "Parece que ahora mismo contamos con un almacén mastodóntico, pero hay que diferenciar entre los pedidos que se hacen, lo que dicen que llega y lo que nos cuentan los profesionales. Y ellos dicen que no notan ahora mismo seguridad en su trabajo", critica. "No es suficiente porque no llega al profesional", insiste. Es consciente de que los materiales habrá que optimizarlos, que no podrán ser de un solo uso, pero el material que llega a los hospitales no permite casi ni optimizar el poco del que ya disponen. 

Ezquerra está de acuerdo. Que se done es positivo, pero la situación requiere de más. "Esto es como cuando llevas sin comer tres días, tienes mucha hambre y te dan una cucharadita de lentejas. Vale para lo que vale", ejemplifica. "El consumo de este tipo de material es de millones de equipos. De todo. Ahora mismo en Madrid tenemos aproximadamente 80.000 sanitarios trabajando. Si cada día necesitan material y una gran parte de este no puede ser utilizado constantemente...", reflexiona.

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