Una crisis global

PP y Vox son implacables con Sánchez pero sus votantes asumen que deben cerrar filas con él, según el CIS

El presidente del PP, Pablo Casado, en el Congreso de los Diputados.

El barómetro sobre el coronavirus publicado este miércoles por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) evidencia una profunda brecha entre la posición de la opinión pública en plena emergencia sanitaria y la estrategia de acoso y derribo mantenida desde hace semanas por conservadores y ultraderecha. Con una muestra de tres millares de personas, la encuesta realizada en pleno confinamiento refleja por un lado que una amplia mayoría de los electores de PP y Vox son implacables con la política adoptada por el actual Gobierno en relación con la crisis del coronavirus –les merece “poca” o “ninguna” confianza–. También que les gustaría contar con más información respecto a la pandemia. Sin embargo, asumen al mismo tiempo que en estos momentos difíciles es prioritario cerrar filas alrededor del Gobierno y apuestan por un esfuerzo colectivo una vez atajado el problema para intentar llegar a grandes acuerdos que ayuden a mitigar el impacto económico y laboral. Una opción esta última que respaldan, de forma general, nueve de cada diez ciudadanos españoles.

Tras el estallido de la emergencia sanitaria, el PP consideró que era el momento de aparcar todas las diferencias para ejercer una oposición responsable. “El pueblo español será una gran familia unida”, anunció en los primeros compases de la crisis el presidente de los conservadores, Pablo Casado. Sin embargo, poco a poco la comprometida “lealtad” fue dejando paso a una oposición cada vez más feroz. El PP no ha dudado en entrar con Vox en el juego de acusar al Ejecutivo de una supuesta ocultación del número de muertos a causa de la enfermedad, cifras que facilitan las propias comunidades autónomas. Pero no solo eso. También ha utilizado, al igual que la extrema derecha, el drama de las residencias como ariete político. Un aumento de la tensión a la que respondió este domingo el presidente del Ejecutivo, Pedro Sánchez, pidiendo una “desescalada” que deje paso “a la unidad, al diálogo y al acuerdo”: “La mejor noticia que podrían recibir los españoles al salir de sus casas es saber que sus representantes políticos han sido capaces de superar sus diferencias”.

La encuesta sobre la crisis sanitaria refleja el rechazo mayoritario de la ciudadanía a la dura confrontación política en estos momentos. Con un coronavirus convertido en problema capital, muy por delante de la economía y el paro, el 87,8% de los ciudadanos consideran que en la situación actual es necesario apoyar al Gobierno y dejar las críticas para más adelante. Están por la labor más del 95% de los electores de PSOE y Unidas Podemos. Pero es algo en lo que también se insiste desde la derecha. Así, por ejemplo, el 74% de los votantes del PP en las pasadas generales considera que hay que priorizar esta unidad, una cifra que se reduce hasta el 68,7% en el caso de los de Vox. Más importante es el apoyo si se presta atención al electorado de Ciudadanos en noviembre: el 81,5% cree que no es momento guerra política. De hecho, la formación naranja ha decidido durante esta crisis distanciarse de conservadores y ultraderecha. Su estrategia se ha centrado en la mano tendida al Ejecutivo y en los llamamientos a un pacto de reconstrucción.

La inmensa mayoría de los encuestados por el organismo, de hecho, se muestra favorable a grandes acuerdos una vez superada la pandemia. En concreto, algo más de nueve de cada diez españoles. De nuevo, el respaldo deja a un lado la ideología política. Abrazan esta idea el 95,9% de los electores socialistas, el 92,9% de los que votaron a Ciudadanos y el 90% de los que metieron en las urnas las papeletas de la formación liderada por Pablo Iglesias. En el caso de conservadores y ultras, más de ocho de cada diez votantes quieren que se explore esta vía: el 89,9% en el caso del PP y el 83,1% en el caso de Vox. El Gobierno ya se ha propuesto poner en marcha las negociaciones organizando contactos con las diferentes formaciones políticas. Los de Casado buscan fecha para el encuentro “la próxima semana”, aunque no ven creíble la “voluntad” de Sánchez. Los de Abascal, por su parte, se niegan a participar y prefieren mantener vivo el clima de crispación política, en el que se mueven a la perfección.

Desaprueban la gestión y piden más información

Pero la posición que mantienen los votantes más escorados a la derecha en el espectro político en relación con estas dos cuestiones no les impide mostrarse duros con la gestión que el Ejecutivo ha hecho de la crisis sanitaria. Así, cuando se les pregunta por la política seguida para hacer frente al covid19, el 48,6% de los encuestados expresa que les merece “poca” o “ninguna” confianza, frente al 46,5% que apunta hacia el “mucha” o “bastante”. Entre los más críticos, el 78,2% de los electores conservadores y el 87,5% de los que en las pasadas generales optaron por la extrema derecha, una cifra que en el caso de Ciudadanos cae hasta el 68,2%. Algo similar sucede cuando se les pregunta por la cantidad de información recibida durante la crisis. A nivel general, al 54,5% de los preguntados por el CIS les gustaría que las autoridades aportaran más datos respecto a la emergencia sanitaria. De nuevo, los más exigentes en este sentido son, por este orden, ultras, conservadores y naranjas: 81,6%, 75,6% y 70,1% de sus votantes, respectivamente, consideran que la información facilitada ha sido insuficiente.

Al politólogo Eduardo Bayón le resulta “interesante” cómo los electorados de PP y Vox se muestran duros con la gestión que está haciendo el Ejecutivo al mismo tiempo que evidencian que “no es momento para la crítica”. Sobre todo en el caso de la formación ultra, que ha seguido una estrategia “radical”. Sin embargo, no espera que estos datos alteren el rumbo de ambos partidos en la crisis. En el caso de los de Abascal, porque siempre han apostado por el “cuanto peor mejor”. Y en el de los conservadores, porque aunque el CIS ponga sobre la mesa la necesidad de llegar a acuerdos también refleja que sus votantes avalan la gestión que están haciendo. “Habría que irse como mínimo a 2018 para conseguir un mejor dato de intención directa de voto”, apunta. La encuesta, además, muestra que los conservadores están sabiendo picar a derecha e izquierda. Un 10,4% de los electores de Vox en las generales meterían mañana mismo la papeleta del PP –en marzo eran el 7,1%–, una cifra que sube hasta el 15,2% en el caso de Ciudadanos –5,8% en el anterior–.

PP, Vox y Ciudadanos cargaron duramente contra la encuesta. El secretario tercero de la Mesa del Senado, Rafael Hernando, criticó que el Ejecutivo de Pedro Sánchez vea como un “traidor” a quien no apoya y defiende su “desastrosa y negligente” actuación en la crisis sanitaria. La ultraderecha, por su parte, acusó al organismo que dirige José Félix Tezanos a un supuesto “golpe institucional” contra “el pluralismo político, el control al Gobierno y la libertad de prensa y expresión”. En cuanto a la formación naranja, afeó que el CIS sea utilizado para “desacreditar las críticas”. Todos ellos pusieron el foco, sobre todo, en la pregunta lanzada en la encuesta en relación con la desinformación: “¿Cree Ud. que en estos momentos habría que prohibir la difusión de bulos e informaciones engañosas […] remitiendo toda la información sobre la pandemia a fuentes oficiales, o cree que hay que mantener libertad total para la difusión de noticias e informaciones?”. El 66,7% de los que respondieron se inclinó por la primera de las opciones planteadas.

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Aplastante respaldo al confinamiento

El barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas también refleja un fuerte respaldo a las durísimas medidas de confinamiento impuestas, que el 76,5% de los encuestados llevan “bien” o “razonablemente bien”. Así, el 97,3% consideran que son “muy necesarias” o “necesarias”. Y casi seis de cada diez creen que son suficientes. Sin embargo, un 39,1% se muestra a favor de tomar decisiones más estrictas. En esta línea se posicionan más de la mitad de los electorados de Vox, ERC, JxCat, las CUP o Més Compromís. Los españoles también lo tienen claro cuando se les pregunta por el papel que deben jugar comunidades autónomas o los expertos. En el primer caso, el 73,3% de los preguntados considera que las medidas las debe tomar el Ejecutivo central. Y lo tiene que hacer, dice el 88,5%, ateniéndose a lo que digan y propongan los especialistas en la materia. Creen que es la única forma de ganar la batalla. Algo en lo que confían nueve de cada diez.

La encuesta, sin embargo, también ha encontrado alguna crítica más allá de las formaciones políticas. “Será un error de tabulación, pero según el CIS entre marzo y abril los que consideran que la situación económica es buena pasan del 8,2% al 52,8%”, avisaba en Twitter el politólogo Lluís Orriols, que pedía al organismo que repasase las tabulaciones porque “las respuestas de las preguntas que hacen referencia a la situación económica carecen de sentido si se comparan con enero o marzo”.

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