Crisis del coronavirus

"Nos quieren en las catacumbas a golpe de BOE": el lobby integrista agita la revuelta derechista contra el estado de alarma

Vecinos del madrileño barrio de Salamanca participan en una protesta contra el Gobierno por su gestión en la crisis del coronavirus, este miércoles en Madrid.

Es una letanía. Gobierno socialcomunista. Liberticidio. Frente Popular. No todas las organizaciones lo dicen a la vez, ni todas dicen lo mismo, pero en conjunto lanzan un mensaje compacto. Totalitarismo. Caos. El discurso no es nuevo, pero se ha renovado y reforzado con la pandemia, añadiendo tintes dramáticos. Persecución religiosa. Eutanasia. Aborto. Es la voz del movimiento ultracatólico español, avanzadilla de la revuelta derechista contra el confinamiento.

Ahora se oye la cacerolada contra el Gobierno en el acomodado barrio de Salamanca, bajo el grito de "libertad". Es la misma palabra, "libertad", que gritan en Estados Unidos los más exaltados trumpistas para pedir la reapertura de la economía, y también la palabra con la que Vox convoca sus manifestaciones de este sábado en pleno estado de alarma. Pero tanto Vox, que incluso ha llevado el estado de alarma al Constitucional, como el barrio Salamanca parecen en este concierto más los ecos que las voces. Las voces las llevan poniendo, desde el principio de la crisis y con intensidad creciente, entidades como Hazte-Oír, la Asociación Española de Abogados Cristianos, E-Cristians... Y muchas más.

Es interesante qué dicen y cómo lo dicen. En paralelo a las resonancias nacionalcatólicas que le son propias, asoma en el movimiento integrista una veta neoliberal, característica de la derecha católica española en su vertiente más radical, exaltada por la prolongación del confinamiento y alarmada ante la supuesta estrategia del Gobierno de aprovechar la crisis sanitaria para imponer una dictadura encubierta haciendo cautiva del voto a una mayoría subsidiada.

Izquierda "totalitaria"

Este movimiento integrista –cuyos rasgos dominantes son el rechazo frontal al aborto, la "ideología de género" y el "lobby Lgtbi" en el marco de una "guerra cultural" contra los valores de la izquierda– forma una malla tupida. Mejor armada y organizada que lo que conocemos como ultraderecha pura y dura. Tres de estas organizaciones, la Asociación Católica de Propagandistas, la Fundación Valores y Sociedad y la Fundación Villacisneros, que suelen celebran sus actos en el auditorio de la Mutua Madrileña, desplazaron el 6 de mayo su debate a Internet, esta vez bajo el título ¿El fin de nuestro modelo de sociedad? Un debate tras el covid-19. Fue un debate vivo y elocuente. Con el resultado bien podría componerse el acta de convocatoria de la revuelta del barrio de Salamanca.

Oigamos lo que allí se dijo. Alfonso Bullón de Mendoza, presidente de la Asociación Católica de Propagandistas, traza una florida explicación histórica, desde la Revolución Francesa hasta los soviets, para terminar en Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, con un proyecto de la misma "matriz", según el cual "la salvación no viene de Dios". "Jacobinismo político", lo llama. "Una hidra de múltiples cabezas". Después recuerda que la Revolución Francesa tuvo como órgano revolucionario al "comité de salud pública", que es lo que le parece este Gobierno. "Una crisis sanitaria como la actual será un estímulo muy poderoso a la actuación de esta ideología, al tiempo que parecerá justificarla", advierte. Jaime Mayor Oreja asiente muy serio en su recuadro de la pantalla. Bullón de Mendoza alerta contra el estatalismo de la izquierda. "Si queremos evitar el triunfo de una izquierda totalitaria que nos lleve al desastre, sólo cabe mirar a la derecha", añade. Y que la derecha impulse "el retorno del buen español al sentido religioso de nuestros mayores".

Frente Popular y voto cautivo

La conductora del encuentro, la exdirigente del PP vasco María San Gil, acoge con agrado la exposición de Bullón de Mendoza (que es, por cierto, un orador preciosista). Vicepresidenta de la Fundación Villacisneros, San Gil da la palabra a su presidente, Íñigo Gómez-Pineda, que arranca lamentando "tener que aguantar a este personaje que tenemos como presidente del gobierno y a este insufrible gobierno socialcomunista de Frente Popular". Le preocupan "los estados de alarma sucesivos e ilimitados en el tiempo en los que se faculta al gobierno para coartar las libertades individuales". También cómo los partidos gobernantes "aprovechan la letal expansión de un virus para acabar con nuestra democracia". Pone énfasis en una idea: el Gobierno "puede salir beneficiado de esta crisis". ¿Por qué? Porque crecerán los subsidios y habrá "una conversión directa entre la población con ingreso público al voto a la izquierda". Así que deja "una iniciativa en el aire". Atención. "¿No se podría pensar en que todo aquel que está subvencionado por el Estado pierde el derecho a voto? Ahí lo dejo".

Gómez-Pineda habla sin tapujos: "No creo que la función del Estado sea ayudar a los más débiles. Los tenemos que ayudar la iniciativa privada, las empresas, las personas, las familias, la Iglesia, la caridad. ¿Desde cuándo el Estado tiene que ser el papá y la mamá? El Estado debe marcar el terreno de juego y los ciudadanos, dentro de ese terreno de juego, cumplir el compromiso de solidaridad, de caridad de valores cristianos con el prójimo".

Riesgo de "caos"

Los tres participantes coinciden en la necesidad de una alternativa política, pero es Gómez-Pineda el más insistente en la urgencia de una "moción de censura". Jaime Mayor Oreja, presidente de la Fundación Valores y Sociedad y exministro del Interior con el PP, es el más moral en su exposición. Reivindica la "ilusión de vivir", llama a la introspección en estos tiempos oscuros... Pero la desembocadura es similar.

Hace falta una "alternativa cultural" ante la izquierda. Alerta del "desorden y el caos", pero también de la "polarización extrema, recordando los peores años de nuestra sociedad". El recuerdo de la República y la Guerra Civil siempre está ahí, implícito o explícito. Mayor Oreja también pone el foco en "el riesgo del colectivismo y de una España tan subsidiada que no haya iniciativa" y cree "una base social que pueda ser aprovechada por el Gobierno del Frente Popular".

Una malla densa

La figura de Mayor Oreja es relevante. Además de presidente de Valores y Sociedad, aparece como presidente de One of Us, una federación antiabortista de ámbito europeo que aglutina a 48 organizaciones –en ocasiones, también federaciones, lo que le da al conjunto la forma de una muñeca rusa de entidades–. España es el país que más organizaciones aporta, con un total de 17 de las 48. Entre ellas hay puntales del movimiento como Hazte Oír y el Foro Español de la Familia.

Este conglomerado es uno de los puntos de contacto del movimiento integrista español con Vox, a través –pero no exclusivamente– de la diputada Lourdes Méndez Monasterio [ver aquí información en detalle]. También ha habido nexos con Vox, a través de perfiles como los de Rocío Monasterio, en la llamada Plataforma por las Libertades, que ha sido un actor destacado en la emergencia de este fenómeno. La red ultracatólica tiene muchas capas. E influencia, cada vez mayor, en el ámbito político.

Abortos y eutanasia

Es un mundo que no ha dejado de emitir durante la pandemia. Con volumen e intensidad crecientes. Dejando claras sus preferencias. One of Us alaba estos días, en un mensaje de difusión europea, la tarea de la Comunidad de Madrid, presidida por Isabel Díaz Ayuso (PP), en el "reconocimiento y protección del no nacido". Esto conecta con una de las preocupaciones de estas organizaciones en la pandemia: que pueda haber abortos. También que el Gobierno aproveche para impulsar la eutanasia. La diputada de Vox Macarena Olona llegó a acusar al "Gobierno socialcomunista" de "aplicar" la eutanasia durante la pandemia por la vía de los hechos y "de la manera más feroz".

La asociación Derecho a Vivir difunde estos días dos campañas: "Stop aborto en casa" y "Eutanasia: matarte por 'compasión'" (esta última, anterior al estado de alarma). Para ambas recogen firmas Hazte Oír y su brazo internacional CitizenGo. Se trata de uno de los terminales más activos del movimiento. Durante la crisis sanitaria tienen abiertos varios frentes en forma de campañas. Una de ellas exige a Pablo Casado, líder del PP, que "diga No al estado de alarma". "Casado vuelve a defraudar a los españoles de centroderecha aceptando el chantaje social-comunista y convirtiéndose él mismo, y por ende su partido, en una figura irrelevante…", dice la campaña. "Si no podemos contar con el Partido Popular para derrocar a Sánchez, lo haremos los ciudadanos", añade. Hazte Oír recorre todo el muestrario de temas del movimiento ultracatólico, obsesionado con que el Gobierno impulsa una agenda oculta que incluye "una ley educativa totalitaria". Además, "el Gobierno amordaza la libertad de pensamiento".

Hazte Oír acusa a la izquierda de perseguir la libertad religiosa y "criminalizar" al cardenal Antonio Cañizares, erigido en una especie de mártir de la causa a raíz de una polémica aglomeración de devotos. La organización presidida por Ignacio Arsuaga completa su catálogo de campañas con una que pide que Podemos salga del Gobierno y otra que reclama para el premio Príncipe de Asturias para Amancio Ortega.

A las "catacumbas"

"Este Gobierno totalitario está aprovechando este momento de debilidad para impulsar su agenda de odio laicista". "Nos quieren meter otra vez en las catacumbas a golpe de BOE". "Intentan aprovechar nuestra prudencia para cerrar iglesias". "El objetivo del Gobierno está claro: aprovechar la crisis del coronavirus para restringir la libertad religiosa". "Quieren imponer su ideología laicista por la puerta de atrás". Todo esto lo proclama la Asociación Española de Abogados Cristianos, una de las organizaciones más conspicuas –y menos conectados con las grandes organizaciones matrices– del panorama ultracatólico. Presidida por la abogada Polonia Castellanos, la Asociación Española de Abogados Cristianos se dedica a la "defensa jurídica de los valores cristianos". Antiabortista, tradicionalista y defensora de la tesis de que el catolicismo se ejerce en España bajo el asedio de radicales izquierdistas, la asociación ha ganado fama con decenas de denuncias de gran impacto mediático.

Ahora va directa contra el Gobierno, al que acusa de vulnerar los derechos de los católicos aprovechando la pandemia. Ha anunciado querellas contra Pedro Sánchez y contra Grande Marlaska. La asociación, que pide un aplazamiento de la tramitación de la ley de eutanasia, ha solicitado al Supremo la anulación parcial del plan del desescalada por no permitir las misas en el exterior, "una decisión arbitraria que atenta contra la libertad religiosa y de culto y que incluso podría suponer incurrir en un delito". En su web es posible descargarse un documento para mostrar a la Policía en caso de ser parado camino de la iglesia. El anhelo de vida litúrgica pese al estado de alarma conecta con una reciente campaña, "Dadnos la misa", amplificada por los medios más afines al movimiento ultracatólico –o parte de los mismos, en realidad– y que llama a los "pastores" a volver cuanto antes a la eucaristía.

"Una ley para matar"

E-Cristians, organización que tiene por objetivo incrementar la influencia sociopolítica del catolicismo, difunde artículos de ForumLibertas. "El estado de alarma ha tenido un contenido desviado por la ideología del gobierno. No ha sido pensado desde la totalidad de los españoles, sino desde la visión ideológica en el sentido más peyorativo del término [...]", señala en Un estado que nos alarma. Y añade: "En una pandemia que nos ha llenado de muertos quieren aprobar una ley para matar". El presidente de E-Cristians, Josep Miró i Ardèvol, escribe en La pandemia, la sociedad desvinculada y el estado autoritario: "El crecimiento del autoritarismo gubernamental, revestido de una retórica cotidiana que poco resuelve, crece en la medida que crecen los registros de la incompetencia [...]". Sánchez es un "césar augusto", a la cabeza del gobierno que "menos ha definido cómo y cuándo va a ser el desconfinamiento". ForumLibertas, el foro de referencia de E-Cristians, sigue la teoría de la agenda oculta: "Irene Montero está aprovechando [...] para intentar colar la legalización de la prostitución", en referencia a la posible extensión a las prostitutas del ingreso mínimo. Los pequeños periódicos digitales más próximos a Vox también alientan día a día el rechazo al confinamiento.

Con motivo de la pandemia, la Federación Española de Asociaciones Provida alerta contra la "cultura de la muerte" y protesta por la apertura de las clínicas abortistas, "como si fueran servicios de primera necesidad". "Debemos tomar buena nota de lo que está pasando [...] para cuando ejerzamos nuestro derecho al voto", señala la federación.

Más. Profesionales por la Ética ha hecho pública durante la pandemia una encuesta que desvela "la mentira de la demanda social de eutanasia". El Foro de la Familia alerta de que, en plena pandemia, "se nos cuelan, con cuentagotas, noticias acerca de un proyecto de ley y un proposición de ley que merecerían estar en boca de todos y una mayor respuesta social". Se trata de las leyes de eutanasia y educativa. "A pesar de todas las pandemias, o precisamente por ellas, la nueva ley [educativa] tiene un carácter fundamental en los planes del gobierno [...] Si la ley se pone en marcha y el gobierno cambia, un nuevo ejecutivo no tendrá como prioridad un cambio en la ley, sino salvar a España del colapso económico al que nos han conducido. Y entonces la ley estará en marcha y sus planes de modificación de conciencias se habrán cumplido", señala el Foro de la Familia. Y añade: "El componente ideológico [de la ley de eutanasia] es mayor, no habiendo otros planes de futuro que el deshacerse de aquellas personas que son 'un carga' para la sociedad". El Centro Jurídico Tomás Moro también ha lanzado un pronunciamiento contra la ley de eutanasia: "A pesar de los miles de fallecidos por la deficiente gestión del covid-19, tanto el PSOE como Unidas Podemos, mantienen su agenda ideológica y siguen con su intención de despenalizar en España la eutanasia".

Cruz del Valle de los Caídos, renta mínima...

Enraizados muestra otra preocupación. "No a la demolición de la cruz de los Caídos", proclama en su web. "Ahora, en medio de esta crisis sanitaria por el covid-19, están decididos a demolerla. Sí, quieren acabar con todo el conjunto arquitectónico. La persecución hacia nuestra fe cristiana está servida. No lo permitas", señala. "La persecución hacia el cristianismo, incluidos sus símbolos, es cada vez más visible. Quieren apartarnos de la esfera pública". Enraizados es una de las tres organizaciones españolas –las otras dos son la Asociación Española de Abogados Cristianos y Enraizados– que realizan tareas de lobby ultracatólico en Bruselas, de un total de 21 en toda Europa, según publicó infoLibre junto con otros medios del proyecto periodístico European Investigative Collaboration (EIC) [ver las informaciones aquí y aquí].

Organizaciones teóricamente dedicadas al combate político en el campo moral y familiar desvelan también, en este contexto, un sesgo claro en el campo económico. Es el caso de la Asociación Libertas, contraria a la adopción de niños por parte de homosexuales y la "ideología de género", que ahora difunde con motivo de la pandemia un vídeo exponiendo una preocupación a priori alejada de sus propósitos fundacionales: la renta mínima. "Espero que sea transitoria o circunstancial [...]. Me genera una gran desconfianza que [...] pase a ser un subsidio permanente que acabe fomentando la pasividad [...]. Pablo Iglesias lo llevaba en su programa electoral y es el reflejo del modelo de sociedad en la que le gustaría vivir, la que siempre ha admirado [...]". El orador se refiere a Venezuela. Y también expresa su preocupación por el "énfasis" del Gobierno "en su propaganda, en el control de los trabajadores, en saber qué pensamos y qué decimos".

"Trumpismo" y "venezuelización"

El sociólogo Guillermo Fernández observa con interés los acontecimientos. Detecta dos fenómenos. Uno, un "paralelismo" con el campo de expresión del "trumpismo". Y otro, más relevante, una incorporación a la derecha española del acervo más radical, exaltado y mesiánico, el que subliman las organizaciones ultracatólicas. Fernández lo llama "venezuelización" y lo observa "en la forma de hablar, en el comportamiento, en las manifestaciones, en la comunicación en redes..." de la derecha. "Es llamativo, después de tanto hablar de Venezuela, que sea la derecha la que al final se ha venezuelizado". El sociólogo, autor de Qué hacer con la extrema derecha en Europa. El caso del Frente Nacional (Lengua de Trapo, 2019), señala cómo la crítica al Gobierno se va nutriendo de términos como "comunista, gulag, dictador, Stalin..". Llama la atención el activismo de los grupos ultracatólicos, cuando "el Gobierno no ha tomado ninguna decisión particular contra la Iglesia". "La movilización de estos grupos, muy próximos a Vox y al ala Ayuso del PP", se debe según Fernández a que comparten una "estrategia destituyente" que sube en Vox y sectores del PP.

"Hay contradicciones", señala Fernández, en el discurso de los grupos ultracatólicos, como su teórica defensa de la vida junto al deseo de salir cuanto antes de casa por la "libertad", pese a los riesgos sanitarios. La protesta del barrio de Salamanca le parece una expresión de la "venezuelización" y del "recalentamiento" de la derecha.

Ecos de la era Zapatero

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Lo que ocurre le recuerda al "ciclo 2004-2008": "Toda aquella ola de indignación, de la que surgieron lo que se conoció como TDT Party y finalmente Vox, recuerda mucho a lo que vemos ahora", dice. Tiene interés que Fernández evoque la primera legislatura de Zapatero. Porque las resonancias apocalípticas del discurso ultracatólico de hoy comenzaron a oírse entonces. La fecha de su eclosión podría situarse en torno a 2005, con las movilizaciones contra la ley del matrimonio gay. Más tarde, las protestas se extendieron a la asignatura de Ciudadanía. Una miríada de grupos e intereses se conjugaron entonces. Algunos nombres mantienen hoy un perfil significativo: Foro Español de la Familia, E-Cristians, Hazte Oír... Fue la legislatura de las manifestaciones contra el matrimonio gay, con la participación de líderes del PP junto al cardenal Rouco Varela, apoyadas en movimientos católicos de corte integrista como Comunión y Liberación, Camino Neocatecumenal (los kikos). Lo que entonces se dio en llamar la "Iglesia Teocón".

La historia reciente demuestra que es un error tomar la agitación de movimientos a la derecha del PP como un fenómeno friqui o marginal. Rouco sonaba al principio milenarista cuando alertaba contra los demonios del "relativismo" y la "ideología de género". También Hazte Oír, a tumba abierta contra el "adoctrinamiento" en las aulas. Pero habrá que recordar que, con el tiempo, temas como el "pin parental" han llegado al centro del debate político. Y no sólo por Vox, que había vuelto a colocar el aborto en el punto de mira. También por el PP, que ha reabierto el debate existencial entre sus ramas liberal-conservadora y nacionalista-tradicionalista. El propio Mayor Oreja lo señalaba en el debate: la "sociedad civil" no puede obsesionarse con lo que hacen los partidos en el día a día, sino marcar su camino y acabar determinándolos con un activismo cultural. En eso están. Y no les va mal.

El sociólogo Javier Álvarez-Gálvez –que ha desarrollado una amplia investigación sobre desigualdades sociales en salud, incluyendo aquellas vinculadas a formas sociales de discriminación y rechazo de la alteridad–, señala que desde el punto de vista de la ciencia social la agitación del catolicismo más aguerrido es un fenómeno "natural", dadas las circunstancias. "Si te remontas a la gripe de 1918, ocurrió algo parecido. Cuando no hay soluciones racionales que se puedan aportar desde la política y la ciencia, ¿qué es lo que te queda?". A ello se suma un "rechazo ideológico" de estos grupos de a las políticas progresistas que, en este contexto, "son percibidas como erróneas o contrarias" a sus intereses. Y, como colofón, la búsqueda de "chivos expiatorios". "Cuando las cosas no van bien y se dan situaciones incontrolables como esta, siempre se buscan culpables a los que señalar. Trump culpa a los chinos. Abascal, a la izquierda. Y no pasa sólo en la derecha. También la izquierda pone el foco en Díaz Ayuso. La cuestión es que nadie quiere ser visto como el responsable del desastre, sin embargo, a veces se olvida que el problema actual es el SARS-CoV-2, no las políticas".

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