Crisis del coronavirus

Sánchez pide a la derecha que deje de usar la bandera como arma arrojadiza: “Digamos no al veneno del odio”

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se coloca su mascarilla durante la sesión en la que se tratará la sexta prórroga del estado de alarma.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, solicitó este miércoles al Congreso para decretar una sexta y última prórroga del estado de alarma hasta las cero horas del domingo 21 de junio. Un apoyo que ya tiene garantizado gracias al acuerdo que el Ejecutivo ha negociado con ERC, Ciudadanos y PNV.

La nueva prórroga cambia el plan de desescalada aprobado inicialmente por el Gobierno gracias a la evolución, más positiva de lo previsto, de la pandemia, de manera que el estado de alarma dejará de estar en vigor en las comunidades que entren en Fase III, una situación en la que previsiblemente se adentrarán muchas de ellas a partir del lunes. Desde ese momento, las decisiones sobre la desescalada, incluido el levantamiento de las restricciones a la movilidad, dependerán de lo que decidan los presidente autonómicos. Serán ellos los que pondrán fecha al inicio de la llamada nueva normalidad en sus respectivos territorios.

Precisamente para regular esa nueva fase, recopilando en un documento único las normas dictadas durante las últimas semanas y que seguirán en vigor para proteger la salud pública hasta que existan herramientas terapéuticas eficaces contra el virus, e presidente anunció que el Gobierno se dispone a aprobar un real decreto en el Consejo de Ministros del próximo martes.

En su primera intervención ante el Pleno, Sánchez agradeció el apoyo de los grupos que han hecho posible mantener el estado de alarma, un instrumento que ha resultado clave para poner bajo control la epidemia. Que haya grupos que inicialmente respaldaron la medida y ahora no lo hagan Sánchez lo calificó de “misterio” sin explicación, anticipándose a los argumentos que estos días han utilizado PP y Vox para oponerse al estado de alarma, recordó que medida no ha restringido ninguna libertad en España más allá de la “libertad para contagiar”.

El presidente reservó para el final su principal mensaje político haciendo un llamamiento a la derecha para que deje de utilizar la bandera como arma política.“Es la bandera de todos” , revindicó, y nadie “tiene derecho a usarla contra otros”. “Digamos no al odio”, reivindicó. “Demostremos la utilidad de la política” añadió antes de culminar su intervención haciendo una reivindicación expresa del 8 de marzo, la principal cita del calendario feminista, puesto en cuestión estos días por la derecha mediática y política, que trata de relacionar la celebración con la multiplicación de la pandemia.

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“No hay buenos españoles y malos españoles. No hay buenos ciudadanos y malos ciudadanos. No usemos, por lo tanto, la bandera como si fuera un arma o como si fuera una frontera que separa. No usemos el nombre de España en vano. No empleemos para dividir ninguno de los símbolos que fueron creados, precisamente, para representar lo que nos une, que es mucho, mucho más que lo que nos separa”, razonó Sánchez.

“El veneno es el odio”, añadió. “El veneno del odio es el veneno más dañino porque corroe las sociedades y aniquila las comunidades. Señorías, digamos ‘no’ al veneno del odio, no a la violencia física ni a la violencia verbal. No al insulto. Y no a la provocación”. “Demostremos a la ciudadanía”, pidió, “la utilidad de la política, lo imprescindible del servicio público. Demostremos que servimos para algo más que para llenar titulares de crispación, de provocación y de insultos. Nuestra labor no es fácil; siempre se podrá hacer mejor, señorías. Pues hagámoslo mejor”.

Sánchez concluyó su primera intervención pidiendo a la oposición que mostrase “sus discrepancias con el Gobierno con altura parlamentaria”, “sin descalificaciones ni insultos, sin presunciones de culpabilidad, sin acusaciones gruesas de mala fe y también conspiraciones inverosímiles”. Por eso, anunció que en su réplica no usaría sus turnos de palabra “para responder a provocaciones, si las hay. No subrayaré nuestras diferencias, sino nuestros puntos de acuerdo. Porque necesitamos concordia, señorías. Concordia para transformar definitivamente España”.

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