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Crisis del coronavirus

El PP cierra filas con Ayuso por temor a que una grieta en Madrid arrastre a todo el partido

El presidente del PP, Pablo Casado, preside una reunión con alcaldes del PP.

El Partido Popular es consciente de que con el fin del estado de alarma el mando único del Gobierno cede el testigo a las comunidades autónomas y que su discurso de apuntar a la responsabilidad exclusiva de Pedro Sánchez en la gestión de la crisis del covid-19 se complica. En este nuevo contexto, que llegará a partir del próximo fin de semana, uno de los puntos más débiles de los conservadores es la Comunidad de Madrid, donde la pandemia ha sacudido con fuerza en las residencias de mayores y la actuación de la Consejería de Sanidad está en el punto de mira por la emisión de unos protocolos de actuación en los peores días del covid-19 con una serie de criterios que impedían el traslado de determinados residentes a los hospitales, tal y como ha destapado infoLibre. De forma paralela, la crisis sanitaria en Madrid ha derivado en una crisis política, con las relaciones entre PP y Cs, que gobiernan en coalición, en la cuerda floja.

Del mismo modo que la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha hecho del Gobierno regional estos meses un frente de oposición a Sánchez, en el PP saben ahora que la situación en este territorio se les puede volver en contra. "Las formaciones de izquierda van a centrar en Madrid sus intentos de desgastar no sólo a Ayuso, sino también a Casado y, por extensión, a todo el partido", subraya un dirigente regional. "Toca cerrar filas y defender el trabajo que se ha hecho desde las comunidades que gobernamos. Y Madrid, por muchos motivos, es clave", añade.

La forma en la que Ayuso se ha relacionado en las últimas semanas con Ciudadanos y también algunos de sus enfrentamientos con el Gobierno central han incomodado a no pocos dirigentes conservadores, que consideraban que lo único que conseguía era dar a PSOE y Unidas Podemos "excusas para desviar sus fallos en la gestión de la crisis del covid-19". Pero ahora, la defensa de la presidenta madrileña se extiende más allá de la dirección nacional del PP. Este lunes, el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, criticó a Pedro Sánchez y al vicepresidente Pablo Iglesias por sus "ataques" a la presidenta de la Comunidad de Madrid. Consideró "absolutamente impropio que un Gobierno central esté contra una presidenta de una comunidad autónoma". Estas declaraciones fueron realizadas en un desayuno informativo virtual organizado por la agencia Europa Press.

Feijóo, en campaña electoral de las autonómicas del próximo 12 de julio, también defendió a Pablo Casado. "Si el PP hubiese estado al mando de la pandemia y hubiese tomado las decisiones con improvisación, con retraso y con ocultación como ha adoptado este Gobierno, no quisiera yo pensar cuál sería la actitud de los partidos que ahora están en el Gobierno".

Horas antes de estas palabras, tras la última conferencia de presidentes telemática, el presidente de la Xunta de Galicia y líder del PP gallego plasmaba en su perfil de Twitter su agradecimiento al Gobierno central por la "colaboración y el diálogo" en este proceso, unas palabras que chocaban con el espíritu de muchas de las actuaciones y declaraciones del PP nacional desde que estalló la pandemia y que se plasmaron en dos votaciones negativas en dos últimos plenos en los que se votaron prórrogas del estado de alarma. 

¿Ha habido alguna consigna de la dirección nacional en este sentido? Las fuentes consultadas por este diario sostienen que no hacen falta este tipo de consignas porque "a nadie se le escapa", porque se ha visto en las sesiones de control al Gobierno en el Congreso, que la izquierda quiere desgastar al principal partido de la oposición empezando por la Comunidad de Madrid. "Día sí y día también [PSOE y Unidas Podemos] animan a Ciudadanos para que deje caer a Ayuso", añaden sobre el permanente rumor de una moción de censura, herramienta que desde el PP madrileño intentarían atajar con la convocatoria de unas elecciones anticipadas.

El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, que fue tándem electoral con Díaz Ayuso en los comicios de hace poco más de un año, también ha sido claro en las últimas horas defendiendo la gestión de su compañera de filas. La disposición al pacto con la oposición del regidor municipal ha sido puesta como ejemplo, incluso desde la izquierda, en contraposición con la actitud de la presidenta.

Almeida, contra el consejero de Políticas Sociales

En una entrevista concedida al diario El Mundo este fin de semana, Martínez-Almeida, consideraba que "el problema es que la Comunidad ha sido blanco del Gobierno para eludir responsabilidades porque no habían hecho los deberes, tenían que buscar en medio de la pandemia un culpable y fueron contra Ayuso". Y, este lunes, en declaraciones a Antena 3, entraba de lleno en la cuestión más polémica de la gestión de Ayuso, la que más preocupa por sus implicaciones jurídicas: las actuaciones en las residencias en los peores días de la crisis del covid-19.

Tras conocerse que el consejero de Políticas Sociales de la Comunidad de Madrid, Alberto Reyero (Ciudadanos), había dejado por escrito, en correos electrónicos, su oposición a los protocolos que excluían el traslado de mayores a hospitales, Martínez-Almeida consideró que "si ese consejero, de verdad, hubiera advertido que se estaban cometiendo una ilegalidad no debería de haberlo puesto en correos electrónicos, y no debería haber sacado esos correos electrónicos en un momento político en el que él cree que a él le conviniera". "Lo que no puedes es enviar correos sin más y después sacar esos correos para tratar de exculparte", añadió.

Ayuso retiró a Reyero las competencias en materia de residencias de mayores a finales de marzo para que estas pasaran a manos de Enrique Ruiz-Escudero, del Partido Popular. En todo caso, una de las líneas de defensa de los conservadores madrileños ha sido la de culpar al "mando único" del vicepresidente Pablo Iglesias.

Alternativas al estado de alarma... y contradicciones

De forma paralela, Pablo Casado se reunió este lunes con alcaldes del PP cuando se cumplía un año de las tomas de posesión posteriores a las autonómicas y municipales de mayo de 2019. 

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Tras el archivo de la causa del 8M, cuestión que ha sido uno de los ejes de la estrategia del PP contra el Gobierno, el jefe de los conservadores puso el acento en que su partido había ofrecido hasta cuatro pactos a Pedro Sánchez y, hasta la fecha, no tiene respuesta. Citó cuatro cuestiones: el Pacto Cajal por la Sanidad, una comisión para la recuperación social en el Senado, la creación de la Oficina de Víctimas del covid-19 y el plan de choque económico.

Además, aprovechó para anunciar que su partido no aceptará un "nuevo estado de alarma en caso de rebrote". Considera el PP que hay legislación suficiente para evitarlo y "tiempo suficiente" buscar un plan B por si fuera necesario.

En los últimos días, el PP está demostrando fisuras en lo que tiene que ver con esta herramienta excepcional a la que los diputados conservadores se opusieron en las dos últimas prórrogas. Hasta la fecha, de las comunidades autónomas gobernadas por los conservadores que estaban en fase 3, sólo Galicia ha solicitado el levantamiento del estado de alarma.

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