Caso Serrano

Una "confesión" por Twitter y 2,4 millones de euros sin devolver: así terminó el juez estrella de Vox bajo el foco de la Justicia

Francisco Serrano, en el Parlamento andaluz.

La noche del 2 de diciembre de 2018, Santiago Abascal levantaba al cielo el brazo de otro hombre, su hombre en Andalucía, el juez en excedencia Francisco de Asís Serrano Castro (Madrid, 1965). Ambos estaban sobre el escenario montado en el hotel Ayre, celebrando los resultados de Vox. Pero era el jefe el que aceptaba un momento de segundo plano. Serrano acababa de convertirse en el candidato con el que la ultraderecha española regresaba en tropel a las instituciones, logrando nada menos que 12 parlamentarios en Andalucía, lo que permitía al partido ser decisivo para echar al PSOE del poder tras 37 años. Serrano, que ya había cumplido su plazo de inhabilitación como juez, que ponía al servicio de su conocido despacho de abogados un aura de adalid de las causas de toda la vida, vivía ahora además un momento de gloria política. Un prometedor panorama se abría ante él: tras años cultivando en Sevilla la imagen de mártir sacrificado en el altar de la "dictadura de lo políticamente correcto", al fin tendría la plataforma óptima para ejercer su cruzada política contra las "feminazis", los "progres" y el "lobby Lgtbi". Atrás quedaba la vergüenza por la condena por prevaricación de 2011. Además, seguiría ejerciendo como abogado al frente de su despacho. Política y derecho, sus dos grandes pasiones. La empresa se le ha dado, en cambio, algo peor.

De su actividad empresarial proviene la sombra que ahora lo persigue, y que ha convertido aquella alegre noche sevillana en una lejana historia para Serrano, cuyos problemas se han agravado –paradójicamente– por un hecho llamativo en un hombre al que se le supone un profundo conocimiento del derecho: un relato no exento de detalle, publicado en Twitter y que pretendía ser exculpatorio, de las supuestas irregularidades cometidas.

"Paco no tiene ni idea de empresa. No es su mundo, lo que le gusta es figurar, ser importante. No sé si sabía dónde se metía, pero ahora está en un buen lío, porque la ayuda la pidió él. Y no sólo está la parte penal, sino también la económica", señala una persona que conoce a Serrano, cuya trayectoria política está golpeada y tambaleante. Hay en marcha una investigación de la Fiscalía por un presunto delito contra la hacienda pública mediante un fraude en la solicitud de subvenciones públicas, que Serrano niega [ver aquí el dosier del caso].

Se trata de una ayuda de casi 2,5 millones del Ministerio de Industria a la empresa Bio Wood Niebla para construir una fábrica de pellets, combustible a base de madera, en Niebla (Huelva), que fue obtenida en 2016 por esta sociedad recién creada mediante un falseamiento del capital de la compañía. El dinero no ha sido devuelto, confirma el propio ministerio. La fábrica no ha sido terminada ni de lejos. Serrano, presidente del grupo de Vox en Andalucía, y al menos dos exsocios, Enrique Pelegrín y Javier López, están en problemas. No sólo son los posibles problemas penales, también los económicos. El Ministerio de Industria está empeñado en recuperar el dinero y, tras agotar la vía administrativa, ha presentado una denuncia, confirman fuentes del departamento que dirige Reyes Maroto. Los tres exsocios son "sospechosos", señalan fuentes de la investigación, que también indican que el ratio de las pesquisas no se ha limitado a ellos tres.

Silencio y declaración de Serrano

Serrano calla. Desde que, este lunes, la Fiscalía de Sevilla elevó el caso a la Fiscalía Superior por ser Serrano aforado, ha guardado silencio. Apenas cuatro retuits en su cuenta de Twitter, uno de ellos al periodista Javier Negre y otro a un compañero que felicitaba el Corpus Christi. Usualmente locuaz, estos días el juez prefiere no dar la nota. El caso lo golpea donde más duele, ya que ha construido su fama como azote de las "paguitas" y político justiciero, llamado a "limpiar" la corrupción de Andalucía. Ahora la oposición se pone las botas contra él.

El juez no responde a las preguntas de este periódico. Lleva meses sin hacerlo. Deja sin contestar cuestiones clave para saber por qué constituyó junto a un socio una empresa declarando que aportaba una maquinaria que no tenía y gracias a ello obtuvo un préstamo público de 2,48 millones que no ha sido devuelto para una fábrica sin terminar. Tampoco aclara el uso y el destino del dinero. ¿Fue parte del mismo a parar a Pellex Energía SL, la sociedad extremeña constituida por una compañía del propio Serrano con un millón de euros cuyo origen se niega a desvelar? No hay respuesta, ni suya ni de sus exsocios. Serrano ha afirmado desconocer el paradero de los fondos, más allá de los invertidos para el desarrollo parcial de la fábrica sin terminar, señalan fuentes de la investigación.

El juez ha intentado explicarse ante los investigadores. Aunque la Fiscalía de Sevilla no lo podía investigar, y en rigor él no era objeto de las pesquisas por ser aforado, pidió declarar. Tenía prisa por dar su versión. Finalmente, logró hacerlo, aunque no en calidad de investigado. Según fuentes de la investigación, su relato se basa en que fue manipulado, manejado. Que él no sabía y que no se ha quedado un euro, resumen las fuentes. Serrano ha insistido en que presentó incluso una denuncia contra sus exsocios, de la que no ha dado detalle. Fuentes judiciales confirman que se trata de una querella por un presunto delito de estafa, investigada por el juzgado de instrucción 1 de Sevilla. El caso está en fase de diligencias testificales.

La declaración voluntaria de Serrano no ha frenado la investigación, ahora en manos de la Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA), que debe decidir si archiva o denuncia. Si denuncia, se abriría la vía para que el TSJA pueda pedir el suplicatorio al Parlamento para levantarle el aforamiento e imputarlo.

Un hilo de Twitter

Varias personas, tanto vinculadas al caso como conocedores de la trayectoria de Serrano, muestran asombro ante la forma de proceder del juez. Sobre todo, en un punto: un hilo de Twitter que equivalió a una "confesión", según fuentes del caso. El asombro viene sobre todo por la condición de juez de Serrano.

Veamos cómo ocurrió. El 14 de octubre de 2019 infoLibre publicó la primera información sobre el caso: "Un proyecto empresarial fallido del juez Serrano le cuesta al Estado 2,4 millones" [ver aquí]. Esa misma mañana, reaccionó publicando en Twitter sus mensajes, claves para el caso. "Mi falta de confianza en este proyecto empresarial comenzó cuando me di cuenta de que las máquinas que se habían aportado mediante facturas proforma no habían acabado en poder de mi socio, lo que dificultaba que el proyecto de la fábrica pudiera culminarse", escribía el juez. Un bombazo en su propia línea de flotación.

La supuesta aclaración del juez le complicaba las cosas porque daba la pista, luego contrastada documentalmente por este periódico, de que había declarado la aportación a Bio Wood Niebla SL de un secadero para biomasa valorado en 742.800 euros, que en realidad no fue adquirido jamás y que sirvió para obtener irregularmente la ayuda de 2,48 millones. Esa es la base del caso.

A raíz de la segunda información de este periódico [ver aquí], saltaron las alarmas en el grupo de Blanqueo de Capitales y Anticorrupción de la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) de la Policía Nacional, que ya conocía antecedentes de posible fraude con los fondos de reindustrialización para empresas del programa Reindus. Rubén Sánchez, vicepresidente de Facua, denunció los hechos el 21 de octubre ante la Policía, aportando los artículos de infoLibre. Y el caso cogió vuelo.

Abogacía, política, un periódico, biomasa...

Para entender el caso hay que ir a marzo de 2016. Serrano –a través de su despacho Serrano Abogados de Familia SLP– y el empresario Enrique Pelegrín constituyeron Bio Wood Niebla SL, iniciativa de la que también formaba parte un tercer socio en la sombra, Javier López, que según Serrano fue el impulsor. El juez estaba en un momento delicado. Inhabilitado desde 2011 como juez por una condena por prevaricación por favorecer injustamente al padre en un régimen de visitas, candidato fallido de Vox en la Junta en 2015, Serrano trataba de rehacerse como abogado y empresario, mirando de reojo a la política. Una persona que lo conoce destaca que el mayor empeño de Serrano era "limpiar su nombre" por la condena. Es paradójico cómo han ocurrido las cosas.

Serrano no sólo monta Bio Wood Niebla. Antes se implica en un proyecto similar, Bio Wood Andalucía, aunque los socios deciden crear una sociedad expresamente para pedir la ayuda para la fábrica en Niebla. También se implica en un diario digital, XYZ, a cuyo frente se sitúa al periodista Eusebio Pérez, ex de la Cope, hoy en Vox. El periódico le sirve a Serrano como altavoz. El juez, que se mueve en círculos de la derecha más conservadora y tradicionalista de Sevilla –en la que tienen relieve espacios como La Revuelta o Voceando por ti Sevilla–, intenta no caer en el olvido y no dar la impresión de estar ya fuera del candelero tras su fracaso político y su inhabilitación como juez.

Asociado con López –a quien Serrano identifica como "el gerente" de su despacho, un hombre que venía de una convulsa etapa como directivo del club de fútbol Xerez Deportivo– y con Enrique Pelegrín –supuesto conocedor del sector de la biomasa–, Serrano forma una empresa, Bio Wood Niebla SL, con la que los tres pretenden montar una fábrica de pellets –combustible a base de biomasa– en Niebla (Huelva, 4.103 habitantes). Serrano y Pelegrín la constituyen ante un notario sevillano el 30 de marzo de 2016. La empresa está en una planta cuarta de los números 23-25 de la Avenida de la Constitución de Sevilla, pleno centro, junto a la catedral. Comparte sede con el bufete de Serrano. Las complicaciones de la sociedad están en los detalles.

Capital social, maquinaria, facturas

El capital social inicial es de 1.245.000 euros, dividido en el mismo número de participaciones, de un euro cada una. El juez se queda con un 60%. Pelegrín, con un 40%. El quid reside en la aportación del capital. Serrano no la realiza de forma directa, sino a través de su despacho, Serrano Abogados de Familia SLP [Sociedad Limitada Profesional]. ¿Pero qué aporta este despacho? Pues aporta 4.200 euros en efectivo y un "secadero rotativo con caldera de biomasa" valorado en 742.800 euros, según la información recogida en el Registro Mercantil. En total, la contribución de Serrano tiene un valor de 747.000 euros (60% de la empresa). Pelegrín aporta tres "granuladoras" valoradas en 495.200 euros y 2.800 euros en efectivo. En total, 498.000 participaciones (40%).

Serrano manifiesta en escritura pública que es dueño, "por justo y legítimo título, no adeudando nada por su adquisición", del secadero. También "por justo y legítimo título" afirma Pelegrín ser dueño de las tres granuladoras. Pero no es verdad, según acabaría desvelando el propio Serrano en Twitter. No había secadero ni granuladoras. La aportación ante el notario se limita a unas "facturas proforma", unas facturas provisionales previas a la adquisición del bien. Así lo reconocía en su hilo el propio Serrano. "Ya en notaría, Enrique Pelegrín aportó facturas proforma referentes a esa maquinaria". Ni Pelegrín ni López atienden los requerimientos informativos de este periódico.

De modo que con 7.000 euros y unas facturas proforma, Serrano y su socio estaban creando una sociedad con un capital aparente de 1.245.000 euros. Una sociedad lista para pedir una ayuda. Las fechas indican que era una iniciativa pensada para un proyecto y para una ayuda pública. Bio Wood Niebla nace un 30 de marzo de 2016, 21 días después de la convocatoria de las ayudas a la industrialización del Ministerio de Industria, el conocido como programa Reindus. 18 días después del nacimiento de la empresa, Industria abre el plazo para la solicitud. En los papeles, la empresa que la solicitaba era una sociedad con maquinaria industrial para producir combustible ecológico a partir de madera secada y granulada. En la realidad, era una empresa casi hueca. Industria firma la concesión de las ayudas el 24 de noviembre de 2016. Bio Wood Niebla logra un préstamo de 2.489.000 euros para el proyecto "nueva industria para la fabricación de pellets en Niebla". Firman la resolución el entonces director general de Industria y de la Pequeña y Mediana Empresa, Mario Fernández, y la secretaria general del mismo departamento, Begoña Cristeto.

Bio Wood Niebla había sorteado la normativa que regula las ayudas. La orden que establece las bases introduce una limitación para las empresas creadas en el mismo año de la convocatoria, como Bio Wood. Dichas empresas no pueden recibir más de tres veces los fondos de la compañía. En el caso de Bio Wood Niebla SL, los fondos propios se correspondían íntegramente con el capital social. No existía cantidad alguna por prima de emisión, reservas o resultados de ejercicios anteriores. La empresa era en suma la maquinaria. Pero la maquinaria, en realidad, eran unas facturas. Es decir, la aportación en falso de la maquinaria permitió a Bio Wood Niebla, siendo Serrano su administrador, sortear una norma establecida para limitar las ayudas a empresas recién constituidas y sin medios técnicos. No se olvide: el caso afecta a Serrano, que ha hecho su carrera política cargando contra el despilfarro en "paguitas".

La salida de Serrano

Los movimientos continuaron. Poco más de un mes después, a las puertas del final del año, el 30 de diciembre de 2016, la empresa se reduce drásticamente. ¿Cómo? Los socios acuerdan una reducción al mínimo del capital mediante la devolución de la supuesta maquinaria. Esa maquinaria que no existía. El despacho de Serrano recupera el secadero. Pelegrín recupera las tres granuladoras. Los bienes devueltos a los socios fundadores suman un valor de 1.238.000 euros. Es decir, el 99,43% del valor de la empresa. Tras quedarse en el 0,57% de lo que era al nacer, Bio Wood Niebla cierra el año al día siguiente, 31 de diciembre, con los números de una micropyme.

El patrimonio neto y los fondos ascienden a 6.994,9 euros, resultado de restarle al capital, 7.000 euros, unas pérdidas de 5,1 euros. En su famoso hilo de Twitter, Serano afirmaría que la reducción de capital se hizo para "ajustarnos a la legalidad". Pero, claro, ese "ajuste a la legalidad" se produce una vez concedida la ayuda de 2,48 millones. Serrano no salió de Bio Wood Niebla hasta el 4 de octubre de 2017. Antes de hacerlo, en junio, otra empresa sevillana administrada por Serrano, Proyectos e Inversiones Serralba SL, destinó a una sociedad extremeña de nueva creación, Pellex, un millón de euros cuyo origen se niega a aclarar. Todo eso está en manos de la Fiscalía. Ni Serrano ni sus exsocios responden a este periódico.

También en octubre de 2017 se disolvió la sociedad que ostentaba el –fallido– periódico XYZ, liquidado después en un proceso traumático. Serrano se centró desde entonces en su despacho de abogados sin perder de vista a Vox, que por entonces no prometía todavía el éxito que le deparó un año y dos meses después. En enero de 2018 salió de otra sociedad de la que formó parte junto a Pelegrín, Bio Wood Andalucía. Su aventura empresarial iba quedando atrás. Serrano llegó a tomar una plaza de juez en Badalona, pero sólo 40 días entre abril y mayo de 2018. Sevilla le esperaba.

Una cuestión de fechas lo pudo haber cambiado todo. El Constitucional anuló en octubre de 2016 la sentencia del Supremo que lo castigaba a diez años de inhabilitación. El resultado fue que la inhabilitación volvía a ser de dos años, que ya habían transcurrido. Podría haberse vuelto a poner la toga. Pero para entonces ya estaba inmerso en Bio Wood Niebla y en XYZ. Si esa sentencia hubiera llegado antes de sus intentonas empresariales, señala una persona que lo conoce, es muy probable que el juez hubiera vuelto a ejercer como juez.

Un proyecto fallido

La empresa siguió adelante sin Serrano. De mal en peor. Fue incumpliendo todos los plazos a los que le obligaba la ayuda de Industria. La fábrica se quedó a medio hacer. El dinero, sin devolver. El 24 de agosto de 2018 se acabó el plazo de justificación de la inversión. Poco más de tres meses después, Abascal levantaba al cielo el brazo de Serrano. Mientras el juez dejaba atrás el asunto, Industria ha estado intentando recuperar el dinero. Hasta ahora, sin éxito. La deuda figura en las cuentas de 2018 de Bio Wood Niebla, las últimas presentadas, ya con Serrano fuera de la compañía.

En Niebla no hay fábrica terminada. Ni tampoco se la espera. Cuando infoLibre ha visitado el lugar, siempre ha estado todo vacío, sin terminar, sin urbanizar y sin funcionar. Cuando termina el polígono industrial Los Bermejales, a las afueras de Niebla, el fin de las vías asfaltadas conduce a un camino de tierra que lleva hacia una mole grisácea y lo que parece una caseta de ladrillo. Nada más. La alcaldesa de Niebla, Laura Pichardo, lo confirma: "Está todo parado". Y eso que, en su día, la anunciada fábrica había generado expectativas. Bio Wood Niebla y el Ayuntamiento anunciaron el 3 de marzo 2017 un contrato de arrendamiento de 6,7 hectáreas de terreno por un periodo de 30 años para construir la fábrica, que debía tener capacidad para fabricar más de 75.000 toneladas de pellets al año. El proyecto iba a generar al menos 12 empleos directos y cientos de empleos indirectos. La previsión era poner en funcionamiento la fábrica "a finales de 2017". Todo esto ocurría mientras –recordemos–, la maquinaria no había sido adquirida.

La que fue web de Bio Wood Niebla está caída. Su página de Facebook, casi inactiva. En Twitter hay una cuenta, llamada Bio Bluff Niebla, que fue creada en marzo de 2017. "Fabricamos humo bien subvencionado", dice la cuenta. Y lleva a una web que en realidad no lo es: mangazogordo.com. Alguien se ha querido reír con crueldad del proyecto precisamente en la red social en la que el juez dio las pistas clave del caso.

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