Casado fracasa en su intento de que la UE amoneste a Sánchez y atribuye el pacto al PP

A primera hora de este martes, cuando el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ya había comparecido para informar del acuerdo sobre el fondo europeo para la reconstrucción tras cuatro días de intenso debate, el líder del PP se encontraba en El Escorial (Madrid), donde presentaba una nueva jornada de los cursos de verano en los que uno de los platos fuertes iba a ser la presencia de la exministra de Empleo Fátima Báñez. Pablo Casado dedicó gran parte de su intervención a comentar la noticia del día. Se declaró "muy satisfecho" con el acuerdo alcanzado, pero no pudo evitar lanzar un dardo contra el Gobierno asegurando que lo ocurrido en Bruselas es una "enmienda" al pacto de coalición de Sánchez con Unidas Podemos y a otros acuerdos con fuerzas independentistas. Citó a EH Bildu. Se refería el líder del principal partido de la oposición a que este acuerdo conllevaba el mantenimiento de reformas, como la laboral, uno de los grandes caballos de batalla de Pablo Iglesias. Pero nada de esto figura en el texto acordado. Ya de paso, Casado aprovechó también para ubicar el pacto en la cuenta de resultados del PP Europeo, citando a la canciller Angela Merkel y a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, integrantes de esta familia política.

"El Partido Popular ha hecho más por España incluso que los socios del PSOE", añadió cargando las tintas de nuevo contra la formación liderada por Pablo Iglesias al tiempo que se comprometía a apoyar las reformas que sean necesarias para cumplir con Europa si estas son "responsables". Ellos, resumen en el partido, "siempre han estado respaldando un fondo de apoyo para la reconstrucción" que ha sido liderado por los líderes del Partido Popular Europeo y Casado, añaden, ha mantenido reuniones para impulsarlo.

Independientemente de las familias políticas de los gobiernos de turno, en estas negociaciones España, Alemania, Francia e Italia, las cuatro principales economías de la UE, han ido de la mano.

Por mucho que los conservadores celebrasen este "buen acuerdo para España", lo ocurrido estos cuatro días en Bruselas deja algo fuera de foco al Partido Popular. Baste un ejemplo. Y no muy lejano. Sólo 24 horas antes de que Casado se declarase "muy satisfecho" por este acuerdo, en los mismos cursos de verano de la Universidad Complutense lamentaba que Sánchez hubiese llegado a esta decisiva cumbre europea "sin los deberes hechos" y exigía reformas ante la "grave recesión".

Las reformas pasaban, mencionó, por las "recetas del Partido Popular". Lo decía en presencia de Luis de Guindos, exministro de Economía de Mariano Rajoy y vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE).

La batalla de la condicionalidad

Casado lamentaba que Sánchez no hubiese llamado al PP en este proceso de negociación en el seno de la Unión Europea para pedir "ayuda" teniendo en cuenta que su partido es una formación "influyente" en Europa. Y se quejaba, además, de que las declaraciones del vicepresidente Pablo Iglesias "acusando a los 'países frugales' de los ataques contra España" no habían "ayudado".

Obviaba, no obstante, que su propio partido en las últimas semanas había hecho batalla política de la condicionalidad de los fondos, trasladando a terreno europeo el ambiente de confrontación vivido en los últimos meses en el Congreso de los Diputados.

Hace más de un mes, el pasado 2 de junio, la portavoz del PP en el Parlamento Europeo, Dolors Montserrat, sostenía que "la solidaridad de Europa no es un cheque en blanco ni para el gobernante de turno ni para los caprichos comunistas de Iglesias". Unas palabras a las que se habían ido sumando otros dirigentes conservadores apuntando a la condicionalidad y la necesidad de control de los fondos que España recibiese de Bruselas. Como principal línea roja citaban la no derogación de la reforma laboral. 

"Todo el grupo apoya la idea de que la solidaridad va acompañada de responsabilidad. También los colegas españoles como Dolors [Montserrat], Esteban [González Pons] o Pablo Casado, tienen muy claro que debemos insistir en que el dinero se invierta en el futuro del país para ayudar a crear oportunidades de trabajo y perspectivas para los jóvenes y en que eso debe quedar claro", declaraba el alemán Manfred Weber, líder del Partido Popular Europeo a El País.

Por aquellas fechas, en el PP negaban las acusaciones de "antipatriotas" que les llegaban desde la izquierda. Y subrayan que ellos en ningún momento estaban hablando de recortes, sino de que hubiese un plan, un control.

La propia Dolors Montserrat se quejaba de que se dirigiesen al PP con el calificativo de "antipatriotas" aquellos que justamente han pactado con los partidos más antipatrióticos que hay en España, como es Bildu, para derogar la reforma laboral". Un argumentario calcado al desplegado este martes por su jefe de filas.

Esta estrategia no fue compartida por todos los sectores del PP. Los más veteranos consideraban un error desgastarse en estas cuestiones de la "condicionalidad" al considerar que iba a ser imposible que desde las instituciones no se pusiesen condiciones para el acceso a los fondos. "Parece que atacamos a los intereses de España y la izquierda lo aprovecha para atacarnos a nosotros", se quejaba un dirigente territorial a mediados del pasado junio.

En los próximos años España recibirá aproximadamente 140.000 millones de euros de los que 72.700 serán en transferencias y el resto en préstamos. La condicionalidad se limitará a que los fondos se dediquen a la transformación digital, a la transición ecológica y a la educación. Son objetivos que ya estaban en el programa de la coalición de g0bierno.

"Políticas reformistas"

Los conservadores consideran que a Sánchez le toca ahora responder con "políticas reformistas y creíbles" que "alienten el crecimiento que necesita nuestro país", resumen las fuentes consultadas. Algo que, añaden, no debe pasar "por medidas impositivas y populistas que penalicen a los ciudadanos y al sistema productivo". 

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El acuerdo europeo allana el camino a los Presupuestos Generales del Estado. La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, estaba a la espera del resultado de la cumbre para avanzar en el borrador de esas cuentas que son especialmente relevantes porque sobre ellas deberá edificarse la recuperación económica post covid-19. Y, al mismo tiempo, se aleja del escenario más optimista que en los últimos meses han barajado dirigentes del PP, algunos muy próximos a Pablo Casado.

La tesis que sostenían se armaba precisamente sobre la base de las condiciones que Europa iba a imponer a España por el acceso a las ayudas. Estas, insistían, iban a poner en tales aprietos a la coalición PSOE-Unidas Podemos que la alianza iba a saltar por los aires y Sánchez no iba a tener más remedio que disolver las Cortes y convocar elecciones.

Hasta la fecha, cualquier intento del PP de erosionar o de señalar las debilidades de la coalición de Gobierno ha venido seguido de la defensa cerrada por parte de Sánchez e Iglesias de la buena salud de su alianza.