Crisis del coronavirus

"Ya estamos peor que a principios de marzo": la presión crece en varios hospitales de Madrid que temen un septiembre crítico

Fachada del Hospital Universitario de Móstoles, en Madrid.

"A día de hoy la presión asistencial no es comparable con la de finales de marzo, pero estamos mucho peor que a principios de marzo". Son palabras de Carmen Alonso, trabajadora del Hospital Universitario de Móstoles y delegada sindical de CCOO en el centro. Su relato no es único, aunque sí el más pesimista: su hospital es, junto al 12 de Octubre, el que más camas ocupadas por positivos de covid-19 tiene. Sin embargo, todos los centros madrileños están viendo cómo el goteo de ingresos por coronavirus no solo no cesa, sino que aumenta. "Empieza a haber un crecimiento diario de pacientes ingresados. También se está volviendo a ingresar en las unidades de cuidados intensivos (UCI), que se estaban quedando vacías", asegura Julián Ezquerra, secretario general de la Asociación de Médicos y Titulados Superiores de Madrid (Amyts). "No son cifras que asusten, pero si seguimos a este ritmo empezaremos a tener otra vez problemas en septiembre u octubre", alerta. 

Cada tarde, cuando el Ministerio de Sanidad ofrece el balance diario de nuevos positivos por coronavirus, se confirma: la curva de contagios es cada vez más alta. Y la Comunidad de Madrid es la región que ha vuelto a colgarse el sambenito de epicentro de la enfermedad, como ya hizo a finales de marzo. Este viernes, la Consejería de Sanidad, liderada por el conservador Enrique Ruiz Escudero, informó de 890 nuevos positivos registrados en tan solo 24 horas. El jueves, de 842. El miércoles, de 654. Hace una semana, de 567. Y a finales de julio, de menos de 400. La incidencia acumulada, que mide el número de positivos en comparación a la población, ya ha superado a la de Cataluña —que hace unos días era la comunidad que peores cifras registraba— y se sitúa, en esta última actualización, en 171,19 casos por cada 100.000 habitantes, en relación con los casos diagnosticados en las últimas dos semanas. En la semana del 27 de julio al 2 de agosto estaba en 62,18. 

Pero el problema mayor llega cuando tras los positivos comienzan los ingresos en los hospitales. Y más aún cuando tras ellos llegan los traslados a las UCI. En estos momentos, Madrid también es la comunidad que más camas tiene ocupadas: 650 en planta y 90 en las unidades de cuidados intensivos. En todo caso, los facultativos evitan hablar de colapso. Al menos por ahora. "La situación de marzo fue muchísimo más bestial porque los casos crecieron muchísimo más exponencialmente que ahora, aunque el aumento de la curva de ingresos empieza a ser preocupante", expresa Luis Mancera, secretario general de la sección sindical de CCOO en el Hospital Ramón y Cajal, en el que, dice, la situación todavía no es como la que había en marzo. "Están creciendo los casos exponencialmente en todos los hospitales, aunque no se ha llegado a colapsar", añade Rubén Herrera, enfermero del Hospital de Príncipe de Asturias de Alcalá de Henares —que este viernes ya tenía 15 positivos y cuatro en UCI— y delegado sindical de MATS. La peor situación, coinciden todos, está en el Hospital de Móstoles y en el 12 de Octubre. 

El primero se sitúa en el municipio madrileño, junto a Torrejón de Ardoz, con más casos positivos: entre el 27 de julio y el 9 de agosto su incidencia acumulada se situaba en 193,6 casos por cada 100.000 habitantes. A fecha de este viernes, según informó CCOO a infoLibre, había 42 pacientes en planta (cinco de los cuales eran sospechas), cuatro en urgencias y cuatro ingresados en la UCI. Pero la previsión es que estas cifras aumenten. "Ya hemos empezado a habilitar una segunda UCI con capacidad para otras 20 personas", asegura en conversación telefónica. Además, como una planta ya está al completo, han preparado otra. Y al personal que tendrá que atenderla, también. Lo han sacado de media planta del servicio de pediatría que han cerrado, precisamente para tener más efectivos, y de las cirugías menores ambulatorias que ya han suspendido. "Había que sacar personal de algún sitio", dice Alonso. Las vacaciones, este año con más motivos que nunca, eran intocables. 

En el 12 de Octubre —situado en el distrito de Usera, uno de los más afectados por coronavirus con 326 casos por cada 100.000 habitantes— se ha optado por algo parecido. El pasado martes el centro madrileño puso en marcha su plan de elasticidad con la reprogramación de algunas operaciones quirúrgicas no urgentes. Lo hizo porque, tal y como denunció Amyts, el hospital había empezado a registrar "una situación como la de marzo". "La situación está empezando a ser un poco complicada porque el número de pacientes ingresados va aumentando sensiblemente a diario. Estamos en una situación como la que estábamos en el mes de marzo", lamentó la médico anestesista y delegada del sindicato en el centro, Isabel Rosique.

El hospital, sin embargo, aseguró que todavía hay camas y las urgencias tienen una afluencia "incluso menor" que en fechas similares. Según una trabajadora del centro, este viernes había 93 personas ingresadas positivas en covid-19 y otras nueve se encuentran en la UCI.

Tanto Móstoles como Usera han sido incluidas en el nuevo plan de la Consejería de Sanidad. Según informó Escudero este viernes, la Comunidad de Madrid realizará a partir del lunes 17 de agosto pruebas PCR aleatorias a ciudadanos de entre 15 y 49 años que vivan en esas zonas, además de en los distritos de Carabanchel, Villaverde y Vallecas, todas zonas con rentas bajas dentro de la ciudad. También se realizarán en el municipio de Alcobendas

Planes de elasticidad y zonas reconvertidas: mayor prevención

De momento sólo han sido estos dos, pero el resto de hospitales de la región también tienen su plan de elasticidad que, en función de la situación, podrán aplicar. Así lo explica la Consejería de Sanidad a infoLibre, que informa que no marca los tiempos a los que deben ir los centros, sino que son ellos mismos los que deciden cómo adaptarse a la situación epidemiológica concreta de cada momento. "Son ellos los que se adaptan a las distintas situaciones", explican fuentes del organismo. El objetivo, añaden, es que no se ocupen más camas de las ya destinadas a algún paciente y así estar a punto para hacer frente a un posible aumento significativo de los ingresos. 

Sin embargo, y aunque no hayan comenzado a aplicar ese protocolo concreto, ya están todos preparados. En el Ramón y Cajal, por ejemplo, mantuvieron una planta dedicada a posibles pacientes de covid-19 durante toda la desescalada. Tiene, dice Mancera, 24 camas, ahora todas ocupadas. "También tenemos espacios reservados para un posible repunte, como el de cirugía ambulatoria, que nunca se abrió", afirma. Según CCOO, este viernes ese hospital, situado en el distrito de Fuencarral-El Pardo, tenía 37 ingresados y ocho pacientes esperando resultados, además de tres en UCI

En el Gregorio Marañón ya han comenzado también a ver el incremento de hospitalizados. "Hasta esta semana venían pacientes, pero no había muchos ingresados. Ahora han empezado a aumentar exponencialmente, aunque no estamos en las cifras de finales de marzo y abril, cuando estábamos completamente colapsados", recuerda Jesús López, delegado de la sección sindical de CCOO en el centro. Este jueves, según los datos de su organización, tenían 54 pacientes ingresados y seis en la unidad de cuidados intensivos. Por si estos números crecen, el hospital ya tiene habilitados los gimnasios. Y la biblioteca, que fue una UCI provisional, ya ha sido reformada con mejores materiales. "En marzo la enfermedad nos pilló desprevenidos, no sabíamos cómo actuar, qué circuitos usar en el hospital, qué zonas reconvertir... Ahora ya tenemos esa experiencia y podemos prepararnos con otra forma de trabajar", explica. 

En eso coincide con el resto de profesionales sanitarios consultados. Los casos aumentan, sí, pero al menos los hospitales están mejor preparados. "Ya no sería como antes, ahora tenemos cosas que ya dejamos listas. Nosotros, por ejemplo, hicimos tomas de oxígeno en los hall de las consultas, ahora ya solo tendríamos que colocar camas, no volver a empezar", recalca Mancera, que cuenta que el gimnasio también está preparado para asistir a críticos. "Ahora todo el mundo sabe qué ha pasado y cómo reaccionar si se repite", añade Ezquerra. 

En La Paz también se están preparando. Según una trabajadora del centro, que prefiere no dar su nombre, no están desbordados, pero no descartan un aumento elevado que pueda complicar el trabajo. Este viernes ya tenían tres plantas, de alrededor de 20 pacientes cada una, completas, además de otras tres preparadas; dos UCI listas, una de ellas ya con pacientes; y un gimnasio con tomas de oxígeno preparadas. 

Gripes, 'vuelta al cole' y atención primaria mermada: el mayor problema llegaría en septiembre

El temor, no obstante, está en el mes de septiembre. Hasta ahora, salvo en el 12 de Octubre y en Móstoles, la situación es "asumible", dice, en la misma línea que los trabajadores consultados, el secretario de Sanidad en UGT Madrid, Julián Ordóñez. Su perspectiva no es demasiado optimista. "Todo indica que esta tranquilidad no va a durar mucho tiempo y tampoco se han puesto todas las medidas necesarias para frenar el golpe", critica. Sobre todo, añade, teniendo en cuenta que el "gran problema sigue estando en la Atención Primaria". 

En eso, precisamente, coinciden todos. Y ponen la lupa, sobre todo, en la falta de rastreadores, una de las grandes polémicas de la gestión del Gobierno autonómico de Isabel Díaz Ayuso. "Aquí lo que falta es prevención. Lo ideal sería que se tomaran medidas a través de la Atención Primaria con los famosos rastreadores. Si eso falla, aquí puede fallar cualquier cosa", señala Mancera. 

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La historia viene de lejos. La Comunidad de Madrid se comprometió a contratar rastreadores de contactos de positivos para que el Ministerio de Sanidad permitiera a la autonomía avanzar en las fases de la desescalada. Sin embargo, dijo tener unas capacidades que luego resultaron ser falsas. Tal y como admitió el propio vicepresidente, Ignacio Aguado (Cs), Madrid tenía a finales de julio 182 rastreadores, una cifra muy inferior a la necesaria para una población como la de la región (6,7 millones de habitantes), estimada en una horquilla de entre 800 y 1.000, según los epidemiólogos. En ese momento recurren a los ayuntamientos y a voluntarios de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) para aumentar el número de profesionales encargados de esta labor, revelada como imprescindible desde hace meses. La siguiente noticia llega el pasado viernes 7 de agosto, cuando la Comunidad adjudicó un contrato a la empresa Quirón Prevención por el que 22 personas –20 auxiliares de enfermería y dos médicos– asumirán la labor de realizar encuestas "para seguimiento de casos e identificación de contactos covid-19".

A comienzos de esta semana el Ejecutivo aseguró tener más de 400 rastreadores. El jueves, Escudero afirmó superar los 500, una cifra todavía demasiado baja y que llevó al consejero de Sanidad a asegurar que las decisiones sobre el número de rastreadores se van a adoptar en función de la estrategia asistencial y echando mano de medios públicos, privados y mecanismos de colaboración público-privada

El problema es que no se ha llegado al número necesario de rastreadores y la Comunidad ya está registrando un aumento imparable de los contagios. Y esos profesionales son vitales porque actuarían como barrera de defensa para evitar el colapso de los hospitales. "Me preocupa que no se ponga el refuerzo necesario en los rastreadores, que es donde hay que frenar los contagios. Si se desborda ese escalón, tendremos las urgencias colapsadas y, por tanto, más ingresos", advierte Ezquerra. Más si, como recuerda López, en septiembre los niños y niñas vuelven a su actividad escolar, llegan las gripes y regresan quienes en agosto han salido fuera de Madrid a disfrutar de sus vacaciones. 

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