El reto de los Presupuestos

Casado y Arrimadas acuden a Moncloa con dos estrategias enfrentadas sobre los Presupuestos de la recuperación

Inés Arrimadas y Pablo Casado durante el mitin conjunto de la coalición PP+Cs.

Fernando Varela

PP y Ciudadanos escenificarán este miércoles en el Palacio de la Moncloa dos maneras opuestas de afrontar la situación creada por la pandemia de coronavirus. El llamamiento del presidente Pedro Sánchez a los partidos para cambiar el clima político y dar una respuesta unitaria a la situación crítica de la economía y el empleo no obtendrá la misma respuesta por parte Inés Arrimadas y Pablo Casado. La primera asume que “la pandemia es una situación excepcional y hay que hacer cosas excepcionales”. El segundo no ve motivo alguno para cambiar de estrategia y exige como condición previa para hablar de Presupuestos, como ya hizo en febrero, antes del estallido del virus, que Sánchez expulse a Unidas Podemos del Gobierno.

Algo que Sánchez no está dispuesto a hacer. Lo dijo lunes y lo reiteró el Gobierno, con hechos, este martes, cuando PSOE y Unidas Podemos comenzaron a preparar de común acuerdo las cuentas de 2021 en una reunión en la que participaron la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, y el secretario de Estado de Derechos Sociales, Nacho Álvarez. Ellos serán los responsables de dibujar las prioridades del Ejecutivo de coalición para el próximo año, así como de redactar las líneas generales del anteproyecto de Presupuestos y de negociarlo con otros partidos —con todos los que estén dispuestos a ello, también con ERC y EH Bildu— en busca de una mayoría en el Congreso que, según Pablo Casado, Sánchez ya tiene gracias a Ciudadanos, lo que según él hace innecesaria la participación de del PP. Hacer otra cosa, sostuvo, sería tanto como “pedir que el PP desaparezca como oposición”.

Y es que Casado no ha cambiado un ápice su estrategia de enfrentamiento con el Gobierno a pesar de la pandemia. Lo confirmó este martes en una entrevista en Antena 3 en la que justificó su negativa no sólo a negociar los Presupuestos de la recuperación que le propone Sánchez sino la renovación de los órganos constitucionales que en algunos casos llevan años en situación de provisionalidad con un único argumento: no acordará nada con el Gobierno mientras en él sigan sentándose representantes de Unidas Podemos, un partido al que considera “comunista”, partidario de la independencia de Cataluña y promotor de la tercera república.

El líder del PP ni siquiera se ha dado por aludido por el aplauso unánime con el que grandes empresarios, sindicatos y banqueros mostraron su coincidencia con el llamamiento a la unidad política que hizo el lunes el presidente del Gobierno. “Quien piense que al PP se le puede presionar está muy equivocado,” proclamó. “A mí no me presiona nadie” y menos con “una hora de propaganda” como la que según él protagonizó el presidente en su conferencia y que contrapuso al buen hacer, dijo, del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, justo ahora que el líder norteamericano más envuelto está en la polémica por su respaldo a la ultraderecha blanca y su desprecio al movimiento Black lives matters. Sólo “si [Sánchez] rompe con Podemos podremos hablar de Presupuestos”, zanjó.

Arrimadas sí

Todo lo contrario que Inés Arrimadas, la presidenta de Ciudadanos, cuya entrevista con Sánchez tendrá lugar por la tarde. La sucesora de Albert Rivera sigue combinando mensajes muy críticos con la gestión del Gobierno y ataques directos a Unidas Podemos con la política de mano tendida que inició en los debates parlamentarios sobre el estado de alarma, lo que le ha permitido construir un discurso sobre la utilidad de sus diez diputados.

“Si hay un partido que ha buscado la unidad ha sido Ciudadanos”, subrayó este martes en una entrevista en Onda Cero. “Si hay un partido que ha estado dispuesto a sentarse, que ha tendido la mano, que a pesar de lo que pensamos de este Gobierno sabe de la importancia de la unidad en un momento como este”, es Ciudadanos. Y “la gente quiere unidad política, eso es evidente, más todavía en una situación como esta”, añadió repitiendo casi textualmente el planteamiento de Sánchez.

Aunque “muchos políticos hablan de unidad” y “muy pocos la practican”, añadió. Para inmediatamente reprochar al presidente que, según ella, eche la culpa de lo que ocurre a las comunidades autónomas cuando son de un color político que no es el suyo o no consiga unidad dentro del Gobierno.

Arrimadas dejó claro que para los naranjas es la hora de llegar a acuerdos. Aunque Unidas Podemos forme parte del Gobierno. “Yo entiendo que es un momento excepcional. La situación es extraordinaria, la gente está haciendo cosas extraordinarias y la política tiene que hacer cosas extraordinarias. Y eso para mí empieza por tragarnos un poquito lo que pensamos los políticos unos de los otros y llegar a acuerdos”.

La líder de Ciudadanos quiere “ser es útil a los españoles”. “Y me parece que estamos en una situación excepcional. En circunstancias normales”, admitió, “sería muy complicado que Ciudadanos, que es un partido liberal y de centro, se pusiese a negociar unos Presupuestos con un Gobierno donde está Podemos”.

“¿Qué pasa ahora?”, se preguntó. Pues “que no estamos ante una situación normal” porque estamos en medio de una grave pandemia y hacen falta unos Presupuestos para gestionar 140.000 millones que tienen que llegar de Europa.

Esta excepcionalidad, destacó Arrimadas, es lo que hace que estos ya no vayan “a ser los Presupuestos que quería Pablo Iglesias. Porque no va a poder, gracias a Dios”.

España, añadió, “necesita unos Presupuestos”, pero “no los que quiere negociar Iglesias con Otegi [EH Bildu] y con Rufián [ERC]” sino “sensatos y moderados, que den una imagen de seriedad a Europa” y permitan que “esa ayuda europea llegue, se gestione y se ejecute de la mejor manera posible”.

La líder naranja evitó poner líneas rojas en esa negociación. Obvió que el proyecto del Gobierno tendrá el aval de Unidad Podemos y que los morados se sentarán a la mesa de negociaciones con los partidos y se limitó a decir que ella con quien va a hablar es con el Ministerio de Hacienda, “que es del PSOE”, remarcó. “A nadie le sorprenderá saber que nos sentimos más cómodos con el PSOE que con la otra parte del Gobierno”. “Lo que voy a intentar”, zanjó el asunto, “es que tengan la menor ideología de Podemos posible”.

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Lo que sí tiene claro es lo que no quiere ver en el proyecto del Gobierno: impuestos a los que generan puestos de trabajo, a las familias, no reducir duplicidades y tomar medidas que ahuyenten la creación de empleo y la inversión.

“No va a ser fácil”, admitió. “Yo me voy a sentar con un Gobierno que intenté que no se formara”. “Vamos a hacer cosas que no son cómodas. No es fácil, pero es mi obligación moral. La pandemia es una situación excepcional y hay que hacer cosas excepcionales”, repitió.

Donde la presidenta de Cs no va a dar tampoco margen para negociar es en relación con la renovación pendiente del Consejo General del Poder Judicial, aunque sí está dispuesta a abordar la situación de otros órganos bloqueados. Pero en este caso Arrimadas no pasará por ninguna otra cosa que no sea impulsar una reforma legal para que el CGPJ deje de ser elegido, al menos mayoritariamente, por el legislativo.

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