El reto de los presupuestos

Iglesias explora con EH Bildu una mayoría que con ayuda del PDeCAT haga innecesario el apoyo de ERC y Cs a los Presupuestos

Oskar Matute y Mertxe Aizpurua (EH Bildu) durante su reunión con el vicepresidente Pablo Iglesias.

Fernando Varela

El vicepresidente segundo y líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, tiene una prioridad: conseguir que el proyecto de Presupuestos Generales de 2021 salga adelante sin necesidad de hacer concesiones a Ciudadanos. En ese empeño, el líder morado no sólo se está empleando a fondo para intentar convencer a Esquerra Republicana, que con 13 escaños —bien votando a favor bien absteniéndose— facilitaría mucho las cosas al Ejecutivo, sino que tiene fundadas esperanzas, según fuentes próximas al vicepresidente, de negociar y cerrar acuerdos con EH Bildu (cinco diputados) e incluso con los cuatro representantes del PDeCAT, los miembros del grupo de Junts per Catalunya más permeables a una negociación.

Atraer a EH Bildu y al PDeCAT es crucial, de acuerdo con las cuentas que hacen los morados, porque sobre el papel haría irrelevante el dilema entre los postulados neoliberales de Ciudadanos y las demandas independentistas de Esquerra.

Las negociaciones todavía no han comenzado, pero el Gobierno da por seguro que será capaz de amarrar el voto favorable de PNV (6 diputados), Más País (2), Compromís (1), BNG (1), Nueva Canarias (1) y Teruel Existe (1). Con los 155 del bloque gubernamental (120 del PSOE y 35 de Unidas Podemos) la suma alcanzaría los 167 diputados, a sólo nueve votos de la mayoría absoluta. Una diferencia que, calculan los morados, se puede salvar con la ayuda de EH Bildu (5) y el PDeCAT (4). Eso si a los ‘síes’ no terminan sumándose los regionalistas cántabros del PRC (1) y los nacionalistas canarios de CC (1), lo que abarataría las negociaciones.

Son, por el momento, sólo cábalas. Pero Unidas Podemos da una gran importancia a la actitud constructiva y sin “líneas rojas” con las que tanto EH Bildu como el PDeCAT han planteado la negociación. Entre los morados no ha pasado desapercibido que los abertzales llevan toda la legislatura haciendo gala de un talante constructivo en todos los debates, especialmente en aquellos que se mueven en el eje derecha-izquierda. La estrategia de EH Bildu busca no sólo su normalización como fuerza política en la arena estatal —PP, Vox, Ciudadanos, UPN y Foro todavía discuten su legitimidad como operador político porque no creen que se haya distanciado lo suficiente de ETA, la organización terrorista desaparecida en 2018— sino también consolidarse como un interlocutor alternativo al PNV, que en los últimos 40 años ha sido el principal árbitro de la política española.

El PDeCAT, por su parte, que controla cuatro de los ocho escaños de Junts en el Congreso, ya dejó clara su disposición a negociar. Algo a lo que ha acabado sumándose el resto del grupo, los cuatro parlamentarios afines a Carles Puigdemont, para no dividir el peso de la organización en la Cámara Baja. El PDeCAT, forzado por Junts a marcar perfil propio, quiere aprovechar la oportunidad para negociar con el Gobierno y, si puede, sustituir a Esquerra como el partido independentista con más influencia en el Ejecutivo español desde que Sánchez está en la Moncloa.

Es en este juego cruzado de oportunidades es donde Pablo Iglesias ve la posibilidad de que el Gobierno se salga de la disyuntiva Ciudadanos-Esquerra en la que vive atrapado desde que empezó a preparar el borrador de Presupuestos. Unidas Podemos no quiere saber nada de los de Inés Arrimadas y Sánchez desconfía de los republicanos catalanes. EH Bildu —y tal vez el PDeCAT— representan una gran ocasión, en opinión de los morados, de que los Presupuestos no dependan ni de los naranjas ni de ERC. Ambos partidos, calculan, tendrían así que decidir entre el ‘no’, que les acercaría al maximalismo del PP y de Vox, y la abstención.

Iglesias cree que esta solución reflejaría además “un cambio de época” y daría carta de naturaleza al “carácter plural” de la política española. Certificaría, según los morados, el final definitivo del bipartidismo.

Vetos cruzados

Los vetos cruzados entre Cs y ERC, de los que ambas organizaciones han hecho gala esta semana —más explícitamente los republicanos— espolean a Unidas Podemos a tomar en serio la vía Bildu cuando llegue el momento de empezar las negociaciones. Estos días, PSOE y UP están cerrando los últimos detalles del borrador de Presupuestos que Pedro Sánchez y Pablo Iglesias presentarán la semana que viene y que serán la base de la negociación con los demás grupos parlamentarios.

Será en ese momento cuando todos, incluidos PNV, Esquerra y Ciudadanos, además de EH Bildu y el PDeCAT, así como los partidos más pequeños, podrán concretar su afinidad con un proyecto que, de partida, ya cuenta con la oposición cerrada de cuatro grupos: PP (88 escaños), Vox (52), UPN (2) y Foro Asturias (1), a los que con toda probabilidad se sumará la CUP (2). Un total de 145 votos en contra, diez menos que los que ya tiene a favor: 120 del PSOE y 35 de UP.

Unidas Podemos confía en que la mecánica de la negociación, cerrada por Iglesias y Sánchez, juegue a su favor porque obligará al Gobierno a buscar primero el apoyo de los partidos que apoyaron la investidura (PNV, Más País, Compromís, BNG, Nueva Canarias y Teruel Existe) o que la favorecieron con su abstención (ERC y EH-Bildu). Así que cuando el Gobierno, representado por la ministra de Hacienda, María Jesús Montero (PSOE) y por el secretario de Estado de Derechos Sociales, Nacho Álvarez (UP), se siente con Ciudadanos —que se opuso a la investidura— ya sabrá si tiene una mayoría suficiente para sacar adelante los Presupuestos o si, por el contrario, no tiene más remedio que buscar el respaldo de los de Arrimadas como sostienen desde el lado socialista de la coalición de gobierno.

Del proyecto se saben apenas algunos detalles. Que serán expansivos, con un notable incremento de las inversiones gracias entre otras cosas a los fondos europeos de reconstrucción, y que incluirán subidas de impuestos a las rentas de capital y a los grandes patrimonios. También, como ha podido confirmar infoLibre, una subida del impuesto de sociedades, aunque por debajo del objetivo fijado en el programa de coalición, que busca garantizar, en el horizonte de la legislatura, “que las grandes empresas y corporaciones tributen como mínimo un 15% —un 18% en el caso de las entidades financieras y empresas de hidrocarburos—”.

Los morados suscriben íntegramente la tesis de Sánchez: los Presupuestos son una prioridad. Pero pactar con Ciudadanos se ha convertido en una línea roja que, aparentemente, no están dispuestos a cruzar. ¿Hasta el punto de romper el Gobierno? En el PSOE están convencidos de que llegado el caso, si la aritmética obliga a buscar el respaldo de Cs, Iglesias no pondrá en peligro la coalición. Pero lo cierto es que de nada serviría sumar diez votos de Cs si suponen perder los 35 de UP.

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En cualquier caso, Unidas Podemos no se pone siquiera en ese escenario. Están convencidos de que serán capaces de tejer una alianza con Esquerra o, en todo caso, una con EH Bildu y tal vez el PDeCAT que a la postre será más que suficiente para cerrar el paso a un pacto con Ciudadanos. Son “la derecha”, parte de la “foto de Colón” y gobiernan comunidades y ayuntamientos con el PP y el apoyo de Vox, argumentos más que suficientes para rechazar cualquier acercamiento, subrayan fuentes de la formación morada. Así que el líder de UP se niega a “dar pábulo” a quienes, sobre todo desde el PSOE, dan credibilidad a la negociación con Cs y va a continuar en las próximas semanas haciendo gestiones para conseguir su propósito.

Este mismo sábado, ante el Consejo Ciudadano Estatal de Podemos, defendió que los Presupuestos trazarán las "claves fundamentales de la dirección de Estado para los próximos años y décadas", rechazó al bloque de derechas PP-Cs por gobernar con Vox y hacer políticas de "intereses de la élite corrupta y la destrucción de lo público", algo que va "en contra" de los Presupuestos de 2020. "El ejemplo lo tiene todo el mundo, no hay más que ver lo que significa el gobierno del PP y Aguado en Madrid", añadió según Europa Press.

Hay otra razón, más de fondo, que mueve a Iglesias para oponerse a un pacto con Ciudadanos. La verbalizó esta semana Gabriel Rufián, el líder de los republicanos en el Congreso. Unidas Podemos cree que los puentes que el PSOE está tendiendo con Cs buscan, en última instancia, abrir una vía alternativa a los propios morados con la vista puesta en el futuro. Sobre todo si un día, cuando vuelvan a celebrarse las elecciones, PSOE y Cs suman mayoría suficiente, lo que brindaría a los socialistas la oportunidad de cambiar de pareja de baile.

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