David Erguido, primera víctima de 'Púnica' dentro del círculo de máxima confianza de Casado

Primero, en segundo plano. Detrás de todos los focos. Y después, con algo más de protagonismo, el dirigente del Partido Popular David Erguido (Madrid, 1975) ha vivido todos los grandes momentos políticos de Pablo Casado. Cuentan en la formación conservadora que fue uno de los hombres que animó al presidente del principal partido de la oposición a subirse a la carrera por la sucesión de Mariano Rajoy. Que fue clave para la recogida de avales y a la hora de movilizar de cara a las primarias y al congreso extraordinario al todopoderoso PP madrileño, la formación regional en la que él y Casado se conocieron. En la que crecieron políticamente de la mano de Esperanza Aguirre. Porque, dentro de las corrientes internas que han existido en este partido en los últimos años, ellos han sido claros referentes del aguirrismo. Este lunes, tras conocerse que el 23 de octubre ha sido citado a declarar por el juez de la Audiencia Nacional que instruye Púnica, fuentes conservadoras informaban de su renuncia al acta de senador. Su puesto en la Cámara Alta lo ocupaba en representación de la Asamblea de Madrid, donde es diputado electo. A este escaño no ha renunciado.

En el partido explican que lo ha hecho de forma "voluntaria" y recuerdan que ya la semana pasada comunicó también que acudiría voluntariamente a declarar tras ser citado como investigado en la pieza que investiga los contratos de distintos ayuntamientos madrileños con la empresa de eventos Waiter Music. Insistían en la voluntariedad puesto que, al ser aforado ante el Supremo, no tenía la obligación de acudir a la Audiencia. Los hechos datan de la etapa en la que fue concejal del ayuntamiento madrileño de Algete (2007-2011).

Los estatutos del Partido Popular no establecen que un cargo público se aparte hasta el momento de la apertura del juicio oral. Con las normas internas de la formación conservadora en la mano, en el partido destacan que Erguido renuncia de forma voluntaria al aforamiento con la voluntad de que todo se aclare "cuanto antes". Él, destacan, no va a utilizar el Supremo como escudo y, además, pretende que su caso no sirva para erosionar más a un partido que estos días está siendo fuertemente golpeado por otro escándalo de corrupción que afecta de lleno a la etapa de Mariano Rajoy y, concretamente, a la de Jorge Fernández Díaz como ministro del Interior.

Los conservadores destacan que la renuncia al escaño de senador por parte de Erguido es una forma de quitar presión a la dirección nacional en un momento en el que se espera que Fernández Díaz renuncie de forma voluntaria a su militancia por la operación Kitchen. "Es un hombre de partido y no quiere hacer daño al partido", dice un cargo del PP de Madrid. Por ahora, el PP ha abierto un expediente informativo al exministro.

"Quita presión" a Casado

"Son dos casos diferentes, con implicaciones diferentes y en los que la galería de delitos que se investigan nada tienen que ver. Pero el hecho de que Erguido salga del Senado, con la relación tan estrecha que siempre ha tenido con el jefe [Pablo Casado], quita presión a la dirección nacional del partido y refuerza esa tesis de Casado de tolerancia cero con la corrupción", reflexiona un diputado en conversación con infoLibre.

Erguido se podía haber librado de la imputación de no ser porque el juez Manuel García Castellón dejó sin efecto a finales de agosto el fin de la larguísima instrucción del caso Púnica, previsto para esos mismos días, en virtud de la última reforma de la Ley de Enjuiciamiento Criminal (LECrim), aprobada in extremis el pasado julio.

El ya exsenador está citado en la Audiencia Nacional por un supuesto delito continuado de prevaricación por la contratación de Waiter Music en Algete, una imputación que se ha visto muy suavizada por el paso del tiempo, ya que otros delitos apuntados por la Fiscalía Anticorrupción, malversación y cohecho, ya han prescrito.

Según el informe del Ministerio Público en el que el magistrado basa su imputación, Waiter Music obtuvo un "elevado grado de facturación" con los contratos suscritos con varios ayuntamientos de la Comunidad de Madrid, entre ellos Algete, gracias a la intermediación de Francisco Granados, principal investigado en Púnica.

La facturación global de Waiter Music, propiedad del empresario José Luis Huerta Valbuena, con el Ayuntamiento de Algete entre los ejercicios 2007-2014 ascendió a 1,9 millones de euros. La entonces alcaldesa. Inmaculada Juárez Menéndez, habría encargado a Erguido, pese a que no era concejal de Cultura, que se responsabilizara de las contrataciones para las fiestas de la localidad junto a otro hombre de confianza, Lorenzo del Triunfo Calleja. "La idea preconcebida es que se debía utilizar el procedimiento negociado sin publicidad para que el adjudicatario de las mismas fuese Waiter Music", dice el informe de Anticorrupción.

Este mismo lunes, horas antes de que se hiciese pública la decisión de Erguido de dejar su acta en la Cámara Alta, el presidente del PP concedía una entrevista a Telecinco en la que presumía de celeridad a la hora de reaccionar a la imputación del exministro Fernández Díaz. "A los dos minutos de conocer la imputación se presentó un expediente informativo ante el Comité de Derechos y Garantías del PP como marcan los Estatutos", destacó.

"No voy a pasar ni una. Si soy presidente del PP es porque tengo un compromiso con la regeneración que los afiliados nos encargaron en el último congreso del PP", subrayó al tiempo que añadía que si alguien ha hecho algo mal "lo pagará". Pero también quiso dejar claro que en su opinión, en ocasiones, se hacen "juicios paralelos" y las personas de las que "se dice que han podido hacer algo que es incorrecto luego salen absueltas".

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En este sentido, se comprometió a que esas personas también vean "su prestigio y su honorabilidad restañado". 

Si durante los años de Esperanza Aguirre al frente del PP madrileño, Erguido se labró un hueco en el partido echando una mano a la lideresa a la hora de definir estrategias, pulir discursos y movilizar a la organización territorial, con Casado al frente de la dirección nacional, el dirigente madrileño se había convertido en uno de los rostros habituales de la séptima planta de Génova, 13, la que alberga el despacho del líder. 

El gesto de Erguido supone un paréntesis en la carrera política nacional de un hombre que, tras pasar por el Ayuntamiento de Algete, dio el salto al Ayuntamiento de Madrid, donde también fue concejal. Que Casado le ubicara como senador por designación de la Asamblea de Madrid fue interpretado en su día como un "premio a su lealtad".