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Casado se enfada con Montero por no reconocer la moderación de su discurso

El presidente del PP, Pablo Casado.

Fernando Varela

La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, no logró este miércoles convencer a Pablo Casado para que cambiara de opinión y aceptara facilitar la tramitación en el Congreso del proyecto de Presupuestos para 2021. Pero sí consiguió sacarle de sus casillas. El líder del PP evidenció en su segunda intervención desde la tribuna un indisimulable enfado con la también ministra portavoz después de que esta pusiese en duda su aparente giro al centro tras marcar distancias con la ultraderecha de Vox.

La sesión era para iniciar de la tramitación del proyecto de Presupuestos de 2021. Pero en el toma y daca del debate tanto Montero como Casado se desentendieron de él y prefirieron ajustar cuentas en torno a la supuesta moderación del PP y los pactos del Gobierno con EH Bildu.

Fue en su segundo turno cuando Casado hizo visible su irritación. “¡Qué espectáculo señora ministra!”, comenzó. “Si yo fuera uno de los cuatro millones de parados españoles estaría indignado. ¡Ha sido indignante!”

Previamente la ministra le había acusado de pronunciar un “discurso popurrí” mezclando asuntos ajenos a los Presupuestos, así como de “falta de sinceridad”. Para Montero, la intervención de Casado probó este miércoles que su giro al centro de la moción de censura de Vox no es real.

El líder del PP reprochó a la ministra que le replicase, según él, con notas preparadas y de no molestarse en escuchar su intervención. Un discurso —el suyo— que describió como “respetuoso, en un tono completamente institucional, analizando dónde estábamos, viendo el porqué no se podía aprobar el presupuesto y tendiendo la mano de nuevo en el futuro”. Nada que ver, en su opinión, con el tono intransigente que la ministra aseguró haber escuchado.

El debate entre el líder de la oposición y la portavoz del Gobierno derivó entonces hacia lo personal. Casado la acusó de complicidad con “el mayor fraude de la historia de la democracia española” —en referencia a los ERE de Andalucía— porque se llevó a cabo cuando ella era consejera de la Junta, aunque nunca fuese siquiera investigada por ello. Y Montero le contestó retándole a una competición de títulos, aludiendo así a las dudas incluso judiciales que en su día planteó la licenciatura en Derecho del líder del PP.

Consciente la deriva que había tomado la discusión y en referencia a las cifras de desempleo, de fallecidos y de contagiados, Casado admitió que “no está España para esta tangana”. Pero eso no le impidió abundar en la misma dirección: “Me ha dado vergüenza ajena su tono mitinero, displicente, sin citar ni siquiera el auténtico drama social, económico de empleo y sanitario y de muerte que vive España. ¿Pero usted qué se cree señora ministra? Y viene encima a dar lecciones, con arrogancia, cuando llevamos dos años con la mano tendida”, se quejó.

“No le vamos a tolerar el desprecio la humillación para las víctimas, los parados, los autónomos y las empresas quebradas que usted ha destilado en esta tribuna. Pídales perdón”, exigió.

Cuando Montero tomo la palabra para darle réplica, el ambiente estaba tan caldeado que tuvo que la ministra tuvo que callar varias veces, interrumpida por gritos e improperios procedentes de los escaños del PP con especial protagonismo de Víctor Píriz, Mario Garcés, José Ignacio Echániz y el secretario general del partido, Teodoro García Egea.

“Lo que está claro es que no sabe a dónde va”, hurgó una vez más Montero en la herida. “Intenta un tono moderado con un discurso fuerte y no se aclara con el espacio político que tiene que ocupar. El principal partido de la oposición no sabe a dónde se tiene que mover. Cuando es incendiario, su bancada le aplaude más”.

Crispación frente a diálogo

La ministra, que lleva desde antes del verano pidiendo al PP que acepte negociar los Presupuestos, no se movió ni un milímetro de su línea de ataque. “Cuando a usted se le ofrece acuerdo, usted ofrece crispación. Nunca ha sido leal a la mano tendida del señor Sánchez. Nunca”. Han preferido politizar la pandemia” e “inocular el virus de la crispación política”.

Montero remató su intervención cuestionando de nuevo la supuesta moderación del PP. “Si compiten con la ultraderecha nunca serán capaces de igualar a la ultraderecha. En ese terreno ustedes nunca ganan. No pueden. Diríjanse a un espacio más moderado”, le recomendó.

Casado y Montero acabaron por desentenderse de los Presupuestos y Vox no desaprovechó la ocasión. Su portavoz en el debate, Iván Espinosa de los Monteros, no dejó pasar la oportunidad de subrayar el extremo intercambio de reproches que le precedió en el uso de la palabra y arrimó el ascua a su sardina. “Qué espectáculo tan bochornoso al que nos están acostumbrando uno y otro partido”, lamentó en referencia al PP y PSOE. “Espero”, añadió, que los diputados de Vox nunca caigan “en ese comportamiento tan execrable”.

Perdida la votación por parte de los partidarios de dinamitar el proyecto presupuestario, y más allá de duelo Casado-Montero, PP y Vox se concentraron en competir entre sí por el liderazgo de la derecha. El líder conservador lo hizo con un discurso en el que se remontó a José Luis Rodríguez Zapatero (presidente de España entre los años 2004 y 2011), al primer Gobierno de Pedro Sánchez y en el que cargó las tintas a cuenta de la reforma educativa que tramita el Congreso y de la voluntad de EH Bildu de apoyar la cuentas de 2021.

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No son unos “presupuestos de país” porque llevan “el sello de Bildu, de Esquerra Republicana y del partido más radical que forma parte de un Gobierno en la UE, como es Podemos”, acusó.

Iván Espinosa de los Monteros (Vox) usó su turno para reivindicar la voz de los “invisibles”, como llamó a “los españoles golpeados por la crisis. El proyecto de Presupuestos, aseguró, sólo beneficia a los “directivos del IBEX”, a quienes definió como “las elites que dependen del BIE”. Sin olvidar, como Casado, un repaso a asuntos tales como la reforma educativa o la posición de Bildu. Aunque en su caso añadió referencia en contra de los migrantes que llegan a España.

Casado, que habló primero, optó por ignorar a Vox. Espinosa de los Monteros, en cambio, extendió al PP en varias ocasiones los reproches que dirigió al PSOE. Son igualmente “responsables” de la deuda y del gasto, subrayó.

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