Salvando la distancia, la aparición de políticos, altos cargos y centros que deciden saltarse el protocolo de vacunación contra el covid-19 se parece a las primeras semanas de transmisión del virus en España. Empezaron siendo casos aislados y, con el paso de los días, los casos fueron acumulándose en todo el territorio. Este viernes ya empieza a ser difícil seguir la cuenta. Los últimos con relevancia nacional han sido el Jefe de Estado Mayor de la Defensa, el general Miguel Ángel Villarroya, y otros cargos de la cúpula militar. La ministra Margarita Robles ya ha pedido un informe. Dos consejeros autonómicos de Salud han sido pillados, el de Murcia y el de Ceuta, junto a técnicos y otros trabajadores de sus departamentos. Según la recopilación de Europa Press, once alcaldes, siete concejales y dos directores de hospital en Euskadi también se han inmunizado antes de su turno. La acumulación de casos sobrepasa la anécdota. ¿Qué está pasando? ¿Qué podemos hacer para evitarlo? Los expertos en Salud Pública coinciden en pedir a las autonomías más supervisión, investigaciones serias de los incidentes y sanciones rápidas y públicas para que cunda el ejemplo. Muchos lo denominan "picaresca española"; para otros es más bien corrupción y abuso de poder.
El Ministerio de Sanidad no va a tomar medidas adicionales para hacer respetar el protocolo aprobado en el Consejo Interterritorial por el propio Gobierno y las autonomías. Así lo aseguran fuentes del departamento de Salvador Illa: la responsabilidad de cumplir un documento también firmado por ellos es de las propias regiones, que son las que ejecutan la estrategia. Son las responsables de garantizar que la priorización se cumple. Las mismas fuentes apuntan a que las autoridades sanitarias autonómicas están obligadas a llevar un registro en el que debe figurar el motivo por el que se vacuna a cada persona que recibe el pinchazo. En declaraciones a El País, responsables de la Comunitat Valenciana, La Rioja, Andalucía y Euskadi aseguran que hay que cruzar dos bases de datos: las de ese registro junto a la lista de personas que deben vacunarse en estos momentos.
El ex secretario general de Sanidad y profesor de la Escuela Andaluza de Salud Pública José Martínez Olmos está de acuerdo con Sanidad: "El protocolo era claro con respecto a los grupos prioritarios". Para el especialista, es clara responsabilidad de las autonomías: ante una "irregularidad administrativa", se debe "abrir un expediente para determinar responsabilidades y sancionar a los altos cargos", un procedimiento habitual y común a todo el territorio nacional. Sin llegar a conclusiones precipitadas ni utilizar el populismo punitivo sobre qué debe hacerse: será labor del instructor de cada expediente, o del comité evaluador, determinar las responsabilidades, teniendo en cuenta que no es lo mismo un consejero que decide vacunarse porque se considera a sí mismo "esencial" que un hospital que reparte la primera dosis entre todos los trabajadores.
Para el epidemiólogo y exdirector de Acción Sanitaria en Situaciones de Crisis de la Organización Mundial de la Salud (OMS) Daniel López Acuña sí que hay margen para afinar el protocolo, aunque la responsabilidad de identificar y reprender a los infractores sigue recayendo en las autonomías. "Deben hacerse protocolos más explícitos de lo que ya es el plan de vacunación para decir qué entra y cómo no debe saltarse el orden. No quiero decir que no estén definidas las prioridades, pero en los ordenamientos jurídicos hay que ser explícitos. Hay espacios para que se mejore la definición, con toda claridad, de quiénes entran y quiénes no entran". Pide más contundencia a las autonomías: "Si no hay una adecuada supervisión, es una responsabilidad administrativa de cada comunidad autónoma. Lo tienen que asumir, y tienen que emitir comunicaciones, instrucciones y normativas que planteen con toda claridad que estas prioridades tienen que ser seguidas a rajatabla y que no hay espacios de excepción que puedan ser válidos".
Cada Comunidad antes de descongelar las vacunas ,tiene que tener una relación de todos los lugares a los que se han de dirigir las vacunas (Residencias, Hospitales etc.) y saber con nombres y apellidos todos los que aquel día se han de vacunar y en caso de surgir algún problema con alguien que no esta disponible para vacunarse( por enfermedad u otra causa justificada) .Tener una relación de RESERVA (importante) con arreglo a la priorización legal establecida
Responder
Denunciar comentario
Lo de la CAM y su Consejero de Sanidad es de vergüenza. Se les avisó, por parte del Ministerio de Sanidad, en Julio, que deberían proveerse de las jeringas adecuadas para suministrar la vacuna y a seis meses -6- no las tienen y se desperdicia el vial. Esto en cualquier orden de prioridades es un SUSPENSO MAYUSCULO y la Oposición a la coalición que gobierna DEBERÍA TOMAR BUENA NOTA y hacer una moción de censura para que los madrileños no les vuelvan a votar en las próximas elecciones. IDA y su tropa se tienen que ir YA!!!
Responder
Denunciar comentario
Es que no hay ni ética uni explicaciones pintorescas que justifiquen esa actuación. Ceses y castigos ejemplares a quienes de han pasado de la raya. No hay otra. A ver si se enteran o escarmientan de una vez todos los que se pasan por el forro las directrices e vacunación. ¡Ya está bien!
Responder
Denunciar comentario
El castigo ejemplar no es no poner la segunda dosis, NO, un buen castigo y muy ejemplar seria 1º, NO PODER JAMAS TRABAJAR EN SERVICIOS PUBLICOS, NI POLITICOS, 2º, REALIZAR TRABAJOS SOCIALES A LA COMUNIDAD.
Responder
Denunciar comentario
Ocultar 2 RespuestasDe acuerdo, pero esos trabajos sociales deberían ser estar al menos un mes en los hospitales cuidando y limpiando a los enfermos de Covid, dado que ellos ya están vacunados e inmunizados, quien mejor que ellos para limpiar y lavar a los enfermos de Covid.
Responder
Denunciar comentario
Ocultar 1 Respuestaswww.infolibre.es ISSN 2445-1592
Dice Chimo Puig que los vacunados por la cara debían de ser castigados a no recibir la segunda dosis cuando toque, yo esto no lo veo bien, mas bien me inclino por pasarles, antes de la segunda dosis, un cargo económico correspondiente a las dos sesiones ”privadas” de las que se han beneficiado por su cara bonita, el citado cargo tendrá en cuenta los costes del producto, transporte, manipulación, embalaje y conservación del mismo, así como el personal y utillaje requeridos para el acto clínico de la vacunación, en una palabra unos mil euros por sesión sería un buen palo para que no puedan jactarse de lo hecho, si no es así, nos harán la pedorreta.
Responder
Denunciar comentario
0
5