Ayuntamiento de Madrid

Así se desgajó la izquierda madrileña (por enésima vez) ante la atenta mirada de Almeida

La portavoz de Más Madrid en el Ayuntamiento, Rita Maestre.
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El ruido de sables en el seno del grupo municipal de Más Madrid en el Palacio de Cibeles llevaba ya tantos meses sonando que incluso llegó a normalizarse. Todos sabían que la tensión con la denominada sección carmenista no dejaba de ir en aumento. Que el riesgo de ruptura era real. Tanto es así que se intentó buscar una salida negociada para evitar que todo saltara por los aires. Pero no se logró. Y este jueves, en una reunión convocada en uno de los salones del Ayuntamiento de Madrid, el abandono de los cuatro concejales críticos –Marta Higueras, José Manuel Calvo, Luis Cueto y Felipe Llamas– se convirtió en una realidad. "Era una cosa que estaba prevista", explica una fuente de peso dentro del grupo municipal. Un final anunciado tras casi un año de tiras y aflojas, de acuerdos de "convivencia" y de negociaciones in extremis fracasadas que vuelve a colocar la clásica fragmentación de la izquierda de nuevo en el primer plano político y mediático. Y lo hace justo en un momento en el que las fuerzas de la derecha empiezan a subir como la espuma.

Hay dos cosas que siempre han caracterizado al Ayuntamiento de Madrid. En primer lugar, la construcción de gran cantidad de liderazgos fuertes. Y, en segundo lugar, el histórico dominio conservador. Una sequía progresista que, tras Enrique Tierno Galván, se mantuvo durante casi tres décadas. Se rompió en 2015. Por aquel entonces, el monopolio de la izquierda había dejado de estar, prácticamente en su totalidad, en manos del PSOE. Al calor del descontento social derivado de una crisis económica durísima, en la capital, al igual que en otras tantas ciudades españolas, cristalizó una candidatura que ilusionó a buena parte de los sectores progresistas y que consiguió aglutinar a Podemos, IU, Equo y colectivos sociales organizados alrededor de la iniciativa municipalista Ganemos Madrid. La izquierda abandonaba la atomización, juntaba fuerzas alrededor de un proyecto común y aupaba a Manuela Carmena al frente del consistorio de la capital.

La unión duró apenas una legislatura. A la nueva cita electoral se volvió con tres papeletas diferentes. La socialista, la de Más Madrid y la de Izquierda Unida Madrid En Pie. Podemos, por su parte, acabó por no concurrir a los comicios. Desde entonces, la izquierda de la capital vuelve a ser una sopa de siglas a la que este jueves se ha sumado Recupera Madrid. Según los cuatro concejales díscolos, el proyecto trata de recuperar las esencias de aquella candidatura de 2015 que consiguió poner fin a varias décadas de control conservador en Cibeles. No es un partido político como tal. Ni siquiera, dicen, una candidatura. Lo definen como una suerte de "estrategia" con la que buscan aglutinar de nuevo a todas las fuerzas progresistas de cara a los comicios de 2023. Son conscientes del impacto que este movimiento puede tener ahora sobre el electorado de izquierdas. "Pero asumimos ese trauma para luego intentar recomponer. Por eso lo hacemos ahora. Si diéramos este paso a cuatro meses de las elecciones, sería catastrófico", sostienen fuentes del sector carmenista.

Durante la presentación de la iniciativa no se ha puesto sobre la mesa ningún proyecto concreto. Ni hay, por el momento, nombres propios. Todo está en una fase incipiente. "Hemos matenido conversaciones con gente de Podemos y el PSOE a título individual", dicen. Pero, ¿con gente de peso? "Con gente con un peso relevante en la organización o con influencia en la ciudad", se limitan a señalar apelando a una discreción que impida que este "diálogo" pueda saltar por los aires. Desde el partido morado evitan entrar en el tema alegando que es una cuestión interna. Sin embargo, fuentes de Más Madrid les sitúan tras la decisión de los ediles. "Creo que están buscando una salida hacia Podemos. Y creo que desde ese partido les están utilizando contra nosotros", sostienen las mismas fuentes, quienes señalan que el "impacto político y mediático" que obviamente tiene el movimiento "interesa" tanto a la "derecha" como a la "izquierda verdadera". 

La izquierda rota mientras Almeida se consolida

El estallido se produce en un momento en el que la izquierda madrileña empieza a pensar en posibles liderazgos de cara a la próxima cita con las urnas. En el PSOE, Pepu Hernández no tuvo el impacto esperado en los anteriores comicios, colocando a los socialistas ante el peor resultado de su historia en la capital. En Más Madrid, todas las miradas apuntan hacia Rita Maestre. Y en Podemos, no han sido pocas las voces que han situado a Juan Carlos Monedero con la vista puesta en la Alcaldía. "Siempre digo que no tiene sentido estar acompañando y que cuando te digan que tienes que asumir una responsabilidad digas que no quieres... Mi tarea no es, creo, tener cargos de representación, me siento útil haciendo lo que hago, pero sería hipócrita decir 'de este agua no beberé'", decía a comienzos de febrero en una entrevista en Efe el cofundador de Podemos, quien en ese momento aseguraba estar trabajando en "tender puentes" con los "carmenistas". Pablo Iglesias, sin embargo, ya ha deslizado que no ve a Monedero como candidato al consistorio de la capital.

Mientras tanto, la derecha sigue subiendo. La figura del actual alcalde, José Luis Martínez Almeida, va cogiendo cada vez más fuerza gracias a la proyección que le da el bastón de mando y la portavocía del principal partido de la oposición a nivel nacional. De hecho, algunas encuestas que se realizaron hace ya algunos meses le daban una subida importante respecto a 2019 y le situaban como el político más reconocido a nivel municipal. "Estar en el gobierno es una enorme responsabilidad, pero para que haya un buen gobierno tiene que haber una buena oposición. Los madrileños nos exigen dar lo mejor de nosotros mismos. Respeto esa decisión particular, pero es muy importante que hagan su labor política", se ha encargado de apuntar Almeida al ser preguntado por la salida de los cuatro ediles. La extrema derecha, que desde las elecciones catalanas está escalando en los sondeos, ha evitado pronunciarse sobre esta cuestión.

"Impacto organizativo, ninguno"

El sector carmenista se agarra a este impulso de las derechas en la ciudad para vender su proyecto de candidatura progresista. "O se hace o el futuro pinta negro, Almeida se va a pasear con Vox", dicen. Pero desde el grupo municipal de Más Madrid aseguran que "esta idea de una candidatura unitaria es una entelequia". "El PSOE no va a estar en eso", aseguran. No lo creen los ediles díscolos, que esperan que los socialistas reflexionen profundamente sobre esta cuestión. "Ojalá se produzca esa reflexión y se abra el marco", apuntan. De hecho, se muestran convencidos de que si la propuesta va cristalizando más compañeros del grupo municipal se irán sumando al barco. En Más Madrid no se muestran para nada preocupados por posibles movimientos adicionales dentro de sus filas tras el paso dado por los cuatro concejales. "El anuncio tiene un impacto mediático, eso no se puede negar. Pero organizativo, ninguno", coinciden las fuentes pulsadas. 

La guerra en el seno del grupo municipal estalló a finales de mayo. Por aquel entonces, Marta Higueras, quien fuera primera teniente de alcalde durante la etapa de Manuela Carmena, anunció que no participaría y no se sumaría a la constitución de Más Madrid como partido. A ella se sumaron Calvo, Cueto y Llamas. Decidieron no sumarse al proyecto, según dicen, porque la canalización a través de un partido suponía acabar con la esencia de la iniciativa puesta en marcha por primera vez en 2015. "Si creamos una formación fue, precisamente, para poder canalizar una participación ciudadana. Hasta ese momento, las decisiones las tomaba el grupo político", explican fuentes del partido liderado por Rita Maestre, quienes apuntan que lo que a estos ediles no les interesaba era "ceder parte de su sueldo a la organización, como hacen todos los trabajadores".

Tras desvincularse de la formación, Higueras trató de continuar como portavoz del grupo municipal. Sin embargo, el cargo terminó cayendo en manos de Maestre tras negociaciones intensas y una votación interna. Aquel mes de julio, con la intención de evitar una ruptura, se alcanzó con los ediles díscolos una suerte de acuerdo de convivencia para que pudieran tener cierta autonomía. "Se nos permitía tener una acción política propia, capacidad para llevar a los Plenos nuestras iniciativas y capacidad con recursos y equipo para poder trabajar. Todo eso se incumplió", aseguran desde el sector carmenista. Los de Maestre, sin embargo, niegan la mayor: "Se les cedieron las comisiones de Seguridad y Urbanismo, que no es poca cosa. Han intervenido en todos los plenos y han hecho todo lo que han querido".

De hecho, fuentes del grupo municipal aseguran que estas tensiones que se producían "solían ser más por temas materiales que políticos". De hecho, la brecha se fue abriendo más y más a medida que pasaban los meses. A fin de intentar salvar una ruptura, en las últimas semanas se han producido reuniones entre las dos partes. "Tuvimos dos encuentros tras las navidades. Sin embargo, la voluntad de acuerdo era nula", dice uno de los ediles carmenistas que estuvieron en las negociaciones, quien añade que ellos lo que buscaban era poder llevar a cabo este acercamiento con otras fuerzas progresistas desde dentro del propio grupo parlamentario a través de esa autonomía que reclamaban. "Era difícil llegar a un acuerdo. Si al final todo pasaba por golpear la labor de oposición que hace Más Madrid, nosotros no lo íbamos a facilitar", dice otra fuente que se sentaba, justamente, al otro lado de la mesa. Al final, terminó sucediendo lo inevitable. Y todo saltó por los aires.

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