Moción de censura en Murcia

Quiénes son los tres exdiputados díscolos de Vox en Murcia de los que depende la moción y que ya se han reunido con el PP

El portavoz del Grupo Parlamentario Vox en la Región de Murcia, Juan José Liarte, acompañado de los diputados Mabel Campuzano y Francisco Carrera.

Cofundador de la asociación ultraconservadora Abogados Cristianos, que, por ejemplo, sentó en el banquillo a Willy Toledo"por hacer escarnio de Dios y de la Virgen María". Autor de la ya célebre frase con la que llamó "conejos" a los hijos de madres solteras. El primero es Juan José Liarte. El segundo, Francisco Carreras. Junto a Isabel Campuzano, de un perfil con menos aristas de ultraderecha, son ahora los propietarios de los tres votos decisivos para que el jueves triunfe o fracase la moción de censura de Murcia una vez confirmado el papel que en favor del PP jugarán los tres tránsfugas de Ciudadanos. Si dos de estos diputados que mantuvieron el escaño tras su expulsión de Vox en junio de 2020 apoyasen la moción, el presidente regional, Fernando López Miras, quedaría fulminado. En principio, no parece probable.

Fue Juan José Liarte, portavoz del grupo, quien dejó este lunes en el aire cuál será su posición y la de sus dos compañeros. Pero nada más terminar la rueda de prensa donde mantuvo la incógnita se vio en privado con el jefe del grupo parlamentario del PP, Juan José Segado. El partido que tras 26 años en el poder se juega su futuro en Murcia asegura que fue Segado quien acudió al despacho de Liarte y no al revés, que es lo que sostiene otra fuente. 

Los portavoces de Segado añaden que el encuentro apenas duró "poco más de media hora". Y que el objetivo del jefe de filas del grupo parlamentario del PP solo fue tener "una toma de contacto para conocer su posicionamiento". Es decir, el de Liarte, cuyas palabras en su comparecencia previa ante los periodistas ya conocían y estaban difundiendo en detalle los distintos medios de comunicación. ¿Está ofreciéndoles el PP algo distinto y de mayor envergadura que el pin parental que al cuarto diputado electo de Vox, el único que permanece en el partido, ya había prometido financiar con los presupuestos de 2021? No se sabe.

En su rueda de prensa, Liarte, cuya capacidad oratoria remarcan incluso miembros de la oposición, había lanzado un dardo al PP en varias fases: "No puedo responder quién será el presidente de la Comunidad", dijo. Y se hizo una pregunta: "¿Tenemos que apoyar el proyecto del PP a pesar de que desprecien a nuestros votantes?". No fue todo, porque agregó algo más con ribetes de aviso al partido de Pablo Casado y Teodoro García Egea, muñidor de la deserción de los tres tránsfugas de Ciudadanos en lo que ya se conoce como el tamayazo murciano: si se es "honesto -inquirió Liarte– ¿en qué se diferencian PSOE y PP?".

Expulsado como Carreras y Campuzano de Vox al quitar como autorizados en las cuentas bancarias del partido en Murcia a varios dirigentes nacionales, Liarte niega también que fuese él quien se desplazara a las dependencias que ocupa el PP. Pero declinó ofrecer cualquier otro dato sobre el encuentro: "Nos toca guardar silencio un poco más", fue su respuesta al mensaje enviado por infoLibre. Ante una segunda pregunta sobre de qué se habló en esa reunión, el diputado cumplió lo que acababa de remarcar que haría: no decir nada.

Dedicado a la fiscal general: "De una p*** solo se pueden esperar putadas"

Pero antes de la expulsión y de que en febrero de 2020 formase parte del núcleo constituyente de la Fundación Abogados Cristianos, que mantiene una frenética interposición de denuncias y querellas cuyo coste no demasiados bufetes pueden permitirse a menos que algún cliente pague, Liarte ya había saltado a la fama. "De una p*** solo se pueden esperar putadas", escribió en su cuenta de Facebook en junio de 2019. El mensaje, donde los asteriscos poco pueden ocultar sobre el significado de la palabra, iba dirigido a la fiscal general de Estado, Dolores Delgado. 

Minutos después de su publicación, el diputado y abogado lo borró. En el post de la p***, publicado en respuesta a un tuit del portavoz de Bildu en el Congreso, Oskar Matute, el representante de Vox acusaba a Delgado de mentir: "Sus socios proetarras así lo proclaman". Acto seguido, aseguraba que "un inspector de policía" que conoció le dijo hace muchos años que "de una p*** solo se pueden esperar putadas". El escándalo estalló. Y Liarte lanzó un segundo mensaje en Facebook donde aseguraba lamentar "el malentendido": no se refería –así lo dijo– a Delgado, sino a Bildu: "La frase lo que significa es que no puedes confiar nunca en quien no se puede confiar, y evidentemente me refería a Bildu, que es un partido que no oculta sus simpatías (y el Tribunal Supremo apreció sus conexiones) con ETA".

En el polo opuesto en lo que a rectificaciones concierne se sitúa su compañero Francisco Carreras. Secretario primero de la Mesa de la Asamblea de Murcia, el órgano que en todas las cámaras parlamentarias proyecta una imagen institucional integrado por parlamentarios austeros en sus expresiones, Carreras no creyó conveniente retirar nada cuando en un programa de televisión [puedes ver aquí ese momento de su intervención] llamó "conejos" a los hijos de familias monoparentales. O lo que suele ser lo mismo, hijos de madres solteras. Una vez que la conductora del programa se percató de lo que el político de ultraderecha acababa de soltar y le invitó a retirar sus palabras, Carreras respondió así: "No retiro nunca nada porque lo que digo es lo que pienso. Solamente en el confesionario cuando eso a lo mejor".

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Ocurrió en diciembre de 2019. Y el portavoz de Vox en el Congreso, Iván Espinosa de los Monteros, salió en auxilio de Carreras. Es “difícil saber exactamente lo que quería decir”, dijo. Y añadió un mensaje usual: que Vox da “el máximo apoyo para la maternidad”. 

Con un perfil que miembros de la oposición define como más moderado, la tercera expulsada de Vox es María Isabel Campuzano. Licenciada en Historia del Arte y a la vez técnico en Medicina Nuclear, Campuzano fue vicepresidenta de Vox en Murcia. Entre sus intervenciones más relevantes figuran las relacionadas con el ya clásico pin parental, que permite a los progenitores autorizar o vetar la participación de sus hijos en actividades complementarias sobre cualquier materia que afecte a puntos relativo a la identidad de género, el feminismo o la diversidad LGTBI. Hace un año, Vox destacó en su web unas declaraciones de Campuzano donde sostenía que que gracias al pin parental, "en Murcia gozamos de un espacio de libertad"

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