Partido Popular

Casado instruye a los suyos para que incluyan en la agenda del PP los temas de Vox: inseguridad, inmigración y ETA

El líder del PP, Pablo Casado, sonríe a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, en una reunión de la dirección del partido.

Fernando Varela

Pablo Casado no quiere gobernar con Vox, pero ansía los votos de Vox. Por eso esta semana reunió a la dirección del Partido Popular para señalarles el camino. Nominalmente, la hoja de ruta sigue siendo centrista, pero a partir de ahora, y al menos hasta las elecciones de la Comunidad de Madrid del próximo 4 de mayo, el temario de la ultraderecha ganará peso en los mensajes del PP.

En la reunión con los líderes del partido, celebrada de forma telemática, Casado repasó las grandes ideas en las que asegura que se basa su proyecto desde que asumió la presidencia del PP en el verano de 2018. Pero esta vez, en el contexto de las elecciones a la Comunidad de Madrid, y con Isabel Díaz Ayuso sentada a su lado, subrayó algunas ideas que no suele citar entre las prioridades de los mensajes del partido: la pervivencia de ETA, la “creciente” inseguridad ciudadana”, y la “inmigración ilegal”. Tres asuntos que están en el núcleo del discurso político de la ultraderecha de Vox y que ahora Casado ha pedido a los dirigentes del partido que incorporen a sus respectivas agendas.

“Hay que hablar” de terrorismo, subrayó a los presidentes, alcaldes, diputados. Y de ETA. “Hay que hablar del terrorismo y de la derrota de ETA”, insistió a los demás miembros de la dirección del PP. “Porque el Gobierno acerca seis etarras todas las semanas a cárceles del País Vasco” y “lo hace porque Bildu ha salvado su investidura y sus presupuestos”. “La derrota efectiva de ETA”, proclamó, lo “será cuando no haya ninguna contraprestación a aquellos que no condenan el terrorismo”.

Hay que hablar también, pidió a los dirigentes del PP, de “seguridad ciudadana”. “Se empiezan a ver ya más delitos, más delincuencia” en las calles “por la crisis económica”. Así que se propone añadir este asunto a la lista de “pactos de Estado” que periódicamente plantea a Sánchez. Para resolver de paso la “ocupación y usurpación de viviendas” y, añadió en este contexto, la “inmigración ilegal”.

Son tres asuntos que dominan el discurso de los de Santiago Abascaldiscurso y que en las recientes elecciones catalanas resultaron ser muy fructíferos para sus candidaturas: la identificación de EH Bildu con ETA, que les ha llevado incluso a pedir la ilegalización de los abertzales a pesar de que la organización terrorista desapareció hace años; la denuncia de una creciente inseguridad en las calles, especialmente en los barrios más alejados del centro; y el señalamiento de los migrantes como sospechosos, siempre en un contexto de criminalidad y supuesta amenaza islamista.

Son ideas en las que Ayuso se siente especialmente cómoda. Igual que cuando antepone el mantenimiento de la actividad económica, especialmente la de la hostelería, a las restricciones que los epidemiólogos consideran indispensables para contener los contagios. Un terreno en el que la candidata del PP juega con ventaja frente a la ultraderecha de Vox. Y que se suman al resto de ideas que PP y Vox comparten: menos Estado, menos impuestos y la defensa de la propiedad privada —que consideran amenazada— y de la familia. “Vamos a hablar de familia todo el tiempo; vamos a hablar de la cultura de la vida”, anticipó Casado a su equipo apenas unos días después de oponerse, junto a los ultras, a la aprobación de la Ley de Eutanasia en el Congreso de los Diputados.

Contra “el multipartidismo”

No obstante, y pese a dar su bendición a estos mensajes, en su intervención ante la dirección del PP Casado insistió en que su hoja de ruta sigue siendo centrista. Y que es ahí donde piensa reconstruir la unidad de los partidos a la derecha del PSOE. “El multipartidismo ha sido una de las peores noticias que ha sufrido España en la última década”, señaló a los miembros de la dirección conservadora. “Ha traído inestabilidad, una España a garrotazos, luchas por el poder e ingobernabilidad absoluta”. Y de ahí solo se sale, subrayó, reuniendo todo el voto de centroderecha en el PP a costa de Cs y de Vox.

Casado está convencido de que Isabel Díaz Ayuso no sólo va a ganar las elecciones, sino que se quedará muy cerca de la mayoría absoluta. Y no teme, según fuentes de la dirección del PP, que Vox les obligue a formar un gobierno de coalición, lo que daría al traste con cualquier intento de construir un perfil centrista e incluso puede poner en dificultades las relaciones del partido con sus socios del Partido Popular Europeo, radicalmente contrarios a la extrema derecha. Llegado el caso, el líder del PP está seguro de que Ayuso podrá gobernar en solitario porque Vox no tiene más alternativa que votar a favor de su investidura.

Lo que queda de ETA

Lo que queda de ETA

El equipo de Casado se esfuerza estos días en sacar réditos de la crisis abierta en su relación con Ciudadanos. Y en apuntalar la idea de que el PP lo único que ha hecho es “defenderse”. Por eso niegan, contra toda evidencia, que si hoy conservan el poder en Murcia es gracias a la ayuda de diputados tránsfugas que traicionaron a su partido a cambio de entrar en el gobierno autonómico. O que si el 4 de mayo habrá elecciones autonómicas en Madrid es por decisión de la presidenta de la Comunidad, Isabel Díaz Ayuso, y no porque Ciudadanos y el PSOE planeasen presentarle una moción de censura.

Casado cree que después de lo ocurrido en Murcia, del fracaso de la moción de censura en Castilla y León y de lo que va a pasar en Madrid —dan por descontada la victoria de Ayuso— Pedro Sánchez está “más débil” que nunca. Así que quiere aprovechar para poner distancia con el reciente fracaso electoral en Cataluña y con las dudas que ha sembrado sobre su proyecto entre los barones del partido.

Por eso aprovechó la reunión de la junta directiva del partido para tratar de tranquilizarles. “Nuestro proyecto es de largo recorrido. No os preocupéis por el teletipo, por el tuit, porque dice no sé qué una columna. Porque nos dicen que si tenemos proyecto o no tenemos proyecto, si tenemos equipo o no tenemos equipo, si son buenos los candidatos o no son buenos. No podemos morir cada atardecer”, enfatizó citando a Ortega. “Las velas las tenemos orientadas. Llegarán vientos de cambio. Muy pronto”, prometió.

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