Política

El cese de la delegada del Gobierno aviva la batalla por el poder en el PSOE andaluz

Sandra García, delegada del Gobierno en Andalucía.

El Gobierno ha decidido relevar a su delegada en Andalucía, Sandra García, afín a Susana Díaz, un movimiento que recrudece la batalla por el control del PSOE en la comunidad del sur. García fue nombrada hace algo más de un año gracias a un acuerdo entre Ferraz y San Vicente, sede del PSOE andaluz. Su llegada fue interpretada como una tregua entre Díaz y Pedro Sánchez. Si realmente llegó a haber tregua, ya se ha terminado. 

La operación cobra importancia analizada en el contexto de un partido que vive en Andalucía un tenso compás de espera. Díaz asegura que volverá a presentarse a los procesos internos para ser secretaria general y candidata a la presidencia de la Junta, mientras la dirección federal, que ha intentado en vano disuadirla, y los críticos trabajan en una alternativa, para la que el mejor situado es el alcalde de Sevilla, Juan Espadas. Toda esta pugna, que todavía se desarrolla en buena medida de forma soterrada, aflora cada vez más a la superficie. Y ahí hay que inscribir el cese de García. Es una exteriorización clara de la lucha de poder en el seno del partido, con el Gobierno de Pedro Sánchez moviendo ficha y lanzando un mensaje claro de apuesta por el cambio.

El relevo de la delegada del Gobierno era reclamado desde círculos críticos del PSOE Andalucía, cada vez más inquietos por la actividad de Díaz por toda Andalucía, que interpretan como un inicio en la práctica de su campaña. La posibilidad del cese era manejada desde hace meses en el partido, pero sin fecha. Este lunes la decisión fue comunicada a García telefónicamente por la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, que la enmarcó en una serie de cambios en diversas delegaciones, según fuentes gubernamentales. El relevo se concretará previsiblemente en el Consejo de Ministros de este martes, según adelantó El Confidencial y confirmaron fuentes socialistas. El PSOE andaluz no realizará ninguna valoración hasta que el cese sea firme. Tampoco García quiso hacer declaraciones.

La delegada tomó posesión el en febrero de 2020. Lleva en el cargo algo más de 13 meses y no parece que de ahí vaya a pasar. Su elección fue presentada como fruto de un acuerdo –circunstancial y táctico para ambas partes, pero acuerdo– entre Pedro Sánchez, secretario general del PSOE y presidente del Gobierno, y Susana Díaz, líder del partido en Andalucía, que perdió la jefatura del Ejecutivo regional tras las elecciones de diciembre de 2018. García había manifestado públicamente que “el mejor cartel” del PSOE andaluz era Susana Díaz, si bien solía ser cauta en cuestiones orgánicas. La lectura del cese es ahora inevitablemente la contraria a la que se hizo cuando fue nombrada: se ha producido ruptura de ese acuerdo circunstancial de 2020 entre los líderes del partido en España y Andalucía.

Ferraz ha venido maniobrando desde que el PSOE perdió el poder en Andalucía para forzar que Díaz dé un paso al lado, pero la expresidenta se ha resistido. Quiere intentar recuperar la presidencia de la Junta. Con Díaz convencida de quedarse y Ferraz trabajando para su relevo, la relación entre San Vicente y la dirección federal ha atravesado picos de tensión y episodios de mayor entendimiento. El nombramiento de García fue leído en el PSOE como uno de estos últimos. No obstante, su figura estaba lejos de concitar un unánime apoyo en el agitado PSOE andaluz. Es más, la hipótesis de un cese de García era citada frecuentemente, siempre ligada a un posible recrudecimiento de la guerra de posiciones que libran los críticos y la dirección federal, por un lado, y Susana Díaz y sus apoyos, por otro. Ese escenario ya ha llegado.

El sustituto de García será Pedro Fernández, alcalde de Baza (Granada). El que sea granadino tiene su importancia, ya que esta provincia sigue manteniendo el cargo, con lo que se respeta el equilibrio territorial. En la pugna por el poder interno no hay que descuidar ningún detalle. Fernández es miembro de la dirección regional de Díaz, concretamente secretario de Organización del Territorio y Vivienda, pero no está considerado como un dirigente alineado con la secretaria general.

Críticos y afines a Susana Díaz

"La Delegación del Gobierno se había convertido en un centro de campaña de Díaz", señala un miembro de la corriente crítica en Andalucía, que alude tanto a García como a sus colaboradores, a los que –asegura– había elegido con un criterio más orgánico que institucional. Había, añade, una utilización de recursos institucionales para impulsar a Susana Díaz, que viaja incansablemente por Andalucía, reuniéndose con las agrupaciones socialistas. Otro integrante de la corriente crítica añade que no era aceptable que la delegación se hubiera convertido en "cuartel general de Díaz", que García era "muy cuestionada" entre los alcaldes y que el cese es un "aviso a navegantes". ¿Qué significa eso del “aviso a navegantes”? Que Sánchez toma partido sin ambages. El congreso federal en el que Sánchez revalidará su liderazgo se celebrará en octubre. Antes, habrá que elegir a los delegados. Será una primera meta volante de la lucha por el liderazgo andaluz.

Un dirigente andaluz, muy próximo a Díaz, lamentaba el cese “en plena pandemia” de una delegada que ha estado volcada en la gestión de la crisis sanitaria, un movimiento que si era leído en clave interna podía resultar “frívolo” para una ciudadanía que ahora quiere que los partidos “se centren en sus problemas”. Otro próximo a la presidenta subrayaba el contraste entre la actitud de los críticos y la de Díaz, que evita entrar en cuestiones orgánicas y polemizar con compañeros de partido. Desde el sector afín a Susana Díaz niegan cualquier instrumentalización del cargo a favor de la expresidenta, recalcan que ha mantenido a los subdelegados que había antes de ella y que ha trabajado siempre siguiendo la línea marcada por Moncloa. Añaden que García no había protagonizado polémicas ni escándalos que justifiquen su cese.

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A la espera de Espadas

Los críticos llevan desde la pérdida de poder de Díaz organizándose y acumulando fuerzas, pero sin lanzar una candidatura, a la espera de que Ferraz diese su apoyo a un posible candidato. Ahora el mejor situado es el alcalde Sevilla, Juan Espadas, que cuenta con el aval de la dirección federal, si bien todavía no ha anunciado oficialmente su candidatura. Cuándo lo hará es la gran incógnita ahora en el partido. No es un movimiento fácil para el alcalde. Espadas es el primer edil de la mayor ciudad gobernada por el PSOE y tiene que medir los tiempos.

Este compás de espera no ha impedido que se produzca un movimiento institucional, el cese de García, que tendrá una fuerte repercusión en clave orgánica. La figura institucional que respalda a Díaz con mayor poder institucional es Fernando Rodríguez Villalobos, presidente de la Diputación de Sevilla.

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