4M | Elecciones en la Comunidad de Madrid

El PP teme una movilización masiva de la izquierda contra Ayuso por su dependencia de un Vox fuera de control

Isabel Díaz Ayuso, al término del acto con motivo de la celebración del Día del Libro en Alcalá de Henares (Madrid).

José Enrique Monrosi | Yolanda González

Si en algo coincidieron este viernes el grueso de los partidos que concurren a las elecciones a la Asamblea de Madrid del próximo 4 de mayo es que lo sucedido en los estudios de la Cadena Ser Cadena Serdespués de que Rocío Monasterio (Vox) se negase a condenar las amenazas de muerte a Pablo Iglesias –con carta y balas de por medio– supone un punto de inflexión en una campaña, hasta la fecha, dominada de forma clarísima por el Partido Popular de Isabel Díaz Ayuso.

Este debate, al que acudieron todos los candidatos menos la conservadora, arrancó con Pablo Iglesias abandonándolo y terminó de forma abrupta cuando Mónica García (Más País) y Ángel Gabilondo (PSOE) decidieron levantarse de la silla al ver que el líder de Unidas Podemos no regresaba y Monasterio, lejos de rectificar, seguía con sus provocaciones. Y ya es complicado que vuelva a celebrarse un nuevo debate. De hecho, laSexta ha anunciado que suspende el duelo previsto para el 26 de mayo.

Convencida de que cuantos más debates aceptase, más posibilidades de patinar, Ayuso sólo se comprometió a ir al de Telemadrid del pasado miércoles. Pero, aun sin estar, lo ocurrido en el frustrado debate de este viernes se le ha vuelto en contra y añade una serie de interrogantes e inestabilidad a su campaña. Porque a nadie se le escapa que, de momento, ningún sondeo la ubica con posibilidades de gobernar si no es con el apoyo de la extrema derecha de Vox.

Dirigentes del PP consultados por infoLibre no ocultan su preocupación por el hecho de que la actitud de Monasterio y los mensajes de los partidos de izquierdas al respecto acaben movilizando de forma muy significativa a este electorado y lo que ahora reflejan los sondeos quede en papel mojado en las urnas. "Lo que ha ocurrido en la Ser no creo que perjudique al electorado de Vox. Es más, les reafirma. Quien más tiene que perder es el Partido Popular", reflexiona en conversación telefónica con infoLibre un dirigente conservador curtido en campañas electorales. Y prosigue: "Hay votantes del PP, los más ubicados al centro, a los que les puede hacer muy poca gracia que en lo que queda de campaña se les vaya a asociar tanto con Vox. A los que no les va a gustar nada que cale la idea de que si el PP gobierna va a ser gracias a la extrema derecha y haciendo cesiones a un partido que se niega a condenar algo tan básico".

¿Oxígeno para Edmundo Bal?

El líder del PP, Pablo Casado, rechazó este viernes "sin matices" las cartas amenazantes al tiempo que señalaba que "no condenar este tipo de agresiones es muy grave". Un mensaje que llegaba después de que el PP de Madrid dejara por escrito en su perfil de Twitter el siguiente mensaje: "Iglesias, cierra al salir", en clara alusión al debate de la Ser. Poco duró en la red. Fue borrado.

Desde fuera de la Comunidad de Madrid, dirigentes territoriales del PP ponen el foco en que si la izquierda consigue que cale bien el mensaje de la dependencia de Ayuso respecto a Monasterio, solo ganan dos bloques: el de los convencidos de Vox y el de la izquierda. Otro efecto colateral de lo ocurrido este viernes en el que parece el último debate de campaña puede ser, según señalan dirigentes conservadores, que Ciudadanos logre algo de oxígeno.

El último sondeo del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) ubica a Edmundo Bal en el 4,6% de los votos y, por tanto, sin opciones de lograr escaños en la Cámara de Vallecas. "Cs tiene posibilidades de emerger. No estamos hablando de que vaya a haber un giro radical, pero si Ayuso no es cuidadosa e inteligente y no intenta parar los pies a Monasterio dejando claro que PP y Vox no son lo mismo, los electores más de centro que pensaban votar al PP pueden ahora replanteárselo. Cuanto más se diluya el voto, peor para nosotros”, explican.

Ya en Madrid, en el entorno más próximo a la candidata del PP, intentan rebajar los temores. "Ayudar no ayuda nada lo que ha ocurrido este viernes, pero no hay campaña sin obstáculos", dice una exdiputada que tuvo su escaño hasta la disolución de la Asamblea para esta convocatoria electoral. "Los extremos se necesitan –sostiene en alusión a Vox y Unidas Podemos– y esta es la mejor prueba de que Ayuso acertó no yendo al debate", añade.

En el PP madrileño no descartan que la actuación de Monasterio en este segundo debate haga que algunos electores que estaban decididos a votar a Vox cambien a la papeleta de Ayuso por ser una opción "más sensata". "Nosotros, a lo nuestro. Que no nos despisten", repiten.

Cs se ofrece como socio alternativo a Vox

En Ciudadanos ven clara la jugada y ponen el foco en la "retroalimentación" Vox-Unidas Podemos. "Aquí nos encontramos esa guerra de bandos. Lo que pretenden es pugnar el uno con el otro faltándose al respeto, no reconociendo derechos al otro", señaló el candidato Edmundo Bal a la salida del debate. De paso, se reivindicó como socio fiable en contraposición a la extrema derecha: "Hace falta concordia, sensatez, que en el gobierno de Madrid esté Cs y no Vox. Y que los madrileños no resulten condicionados por Podemos y Gabilondo. Por eso me presento, no quiero extremos".

El cambio de estrategia de la izquierda frente a la ultraderecha en esta campaña ha quedado plasmado este viernes. Durante el debate de Telemadrid llamó la atención que, salvo excepciones contadas, ninguno de los tres candidatos progresistas quiso entrar al cuerpo a cuerpo con la candidata de Vox. "No me interrumpa, señora", le salió al paso varias veces Pablo Iglesias antes de denunciar sus "mensajes filofascistas". Ni Gabilondo ni García le dieron foco a Monasterio.

Pero las amenazas de muerte al líder de Podemos marcan un claro punto de inflexión. El propio Iglesias se levantó del debate de la Ser de este viernes. "Si permitís que se ponga en cuestión la veracidad de unas amenazas de muerte tan graves, nosotros nos vamos", advirtió el candidato, a lo que la representante de extrema derecha le contestó con una nueva provocación: "Levántese y lárguese, que le va a dar una alegría a muchos españoles".

Mientras Iglesias abandonaba el estudio de radio, la candidata de Más Madrid reprendió a Rocío Monasterio: "Señora Monasterio, ¿puede hacer algo digno en su vida? No solo es usted mala gente, es usted una aberración", denunció Mónica García. También Ángel Gabilondo amonestó a la número uno de Vox: "¿Pero a qué viene usted? ¿A provocar? ¿Viene a provocar?", le interpeló el socialista.

"Antifascismo sin complejos"

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Precisamente ahora el PSOE defiende que lo ocurrido este viernes les da la razón en sus planteamientos de campaña y en los mensajes de su candidato, aunque reconocen que lo que ha pasado "marca un antes y un después", en palabras de Gabilondo. Los socialistas incluso han lanzado el lema No es solo Madrid, es la democracia, y admiten haber entrado en una nueva fase de su estrategia de campaña consistente en movilizar a los votantes de izquierdas tras haber centrado sus primeros mensajes en intentar conquistar a quienes en 2019 apostaron por Ciudadanos.

Desde Más Madrid explican que se han esforzado durante toda la campaña "en no ser instrumentales para las estrategias de provocación de la extrema derecha" pero que hoy "han cruzado la línea" y por eso "había que responder", añaden. "Desde ahora tenemos que ser más conscientes aún de lo que está en juego el 4M. Todas las fuerzas progresistas tenemos como objetivo número 1 evitar un Gobierno de Ayuso con Monasterio". Verbalizar ese antagonismo con la ultraderecha ya supone un cierto cambio de discurso, pues hasta ahora los de Mónica García se regían por el principio de que lo más eficaz contra los ultras no era "la alerta antifascista sino defender lo público y no caer en su lenguaje guerracivilista".

Mientras, en Podemos hacen bandera "de un antifascismo sin complejos" y recuerdan que la salida de Pablo Iglesias del Gobierno para dar la batalla en Madrid tiene mucho que ver con eso. "Que sea Pablo el candidato da buena muestra de la relevancia que tiene para nosotros lo que se juega en estas elecciones. No son unas autonómicas. Están en juego nuestras libertades y la democracia", subrayan.

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