la estrategia de la derecha

Abascal quiere convertir Madrid en el laboratorio que anticipe la colaboración PP-Vox en el Gobierno de España

Rocío Monasterio (Vox) en una entrevista con la presidenta en funciones de Madrid, Isabel Díaz Ayuso (PP).

Fernando Varela

Que en las próximas elecciones generales PP y Vox sumen votos suficientes para “desalojar” a la izquierda del Gobierno depende en gran medida de cómo ambos partidos se entiendan en los dos próximos años en la Comunidad de Madrid. El líder de la derecha radical española, Santiago Abascal, tiene claro que el éxito en la estrategia de la derecha a escala nacional va a deber mucho a la capacidad de entendimiento que demuestren la candidata a la presidencia del PP, Isabel Díaz Ayuso, y la líder de Vox en la comunidad, Rocío Monasterio.

Los dos partidos sumaron el 4 de mayo casi el 54% de los votos emitidos. Juntos representan una sólida mayoría absoluta de 78 escaños en una cámara de 136 diputados.

Lo que más va a influir en un cambio político en toda España, defendió este viernes Abascal en una entrevista emitida por la Cope, la emisora propiedad de la Iglesia católica, es “cómo nos comportemos en Madrid”. “Desalojar al frente popular que representa el Gobierno de Pedro Sánchez, con comunistas, con separatistas y con los herederos de ETA va a depender de cómo seamos capaces de llegar a acuerdos y de entendernos entre dos fuerzas que tenemos posiciones políticas muy diferentes, pero que debemos estar de acuerdo” en echar a la izquierda de la Moncloa.

Abascal pretende que Madrid se convierta en el escaparate del entendimiento entre PP y Vox y por eso no oculta en absoluto la satisfacción que le merece la victoria de Isabel Díaz Ayuso. Madrid “es un reducto de libertad, de legalidad y de convivencia” y “es una noticia excelente que PP y Vox hayan podido sumar una mayoría tan holgada”. Entre otras cosas, subrayó, porque “da esperanza a las personas” al “dibujar la posibilidad de una alternativa al Gobierno de Sánchez” cuando se convoquen elecciones generales. Una alternativa que, a diferencia de lo que pretende el líder del PP, Pablo Casado, cuyo objetivo es absorber el voto de Vox como ya está haciendo con el electorado de Ciudadanos, pasa en opinión de Abascal por la coexistencia de los dos partidos de la derecha.

La tesis de Abascal es muy simple. Si el PSOE perdió el control de la Junta de Andalucía fue precisamente porque tres opciones políticas diferentes fueron capaces de movilizar y sumar a otros tantos sectores del electorado. El PP “fue incapaz durante muchas décadas de dar una alternativa al socialismo” cuando era la única alternativa en Andalucía, remarcó. “La eficacia del PP, de Vox y de Cs” en aquellas elecciones, celebradas en diciembre de 2018, “está fuera de toda duda y tiene un carácter histórico”.

Hace dos años en Madrid “tres fuerzas políticas lograron lo mismo” y “en esta ocasión dos [PP y Vox] lo han conseguido de una manera mucho más amplia y rotunda”. Y esto ha ocurrido en gran medida, destacó, por la “diferenciación” de sus mensajes. “El PP defiende unos planteamientos que nosotros vemos demasiado equidistantes respecto al Partido Socialista”.

Si hace apenas unos días Casado afirmaba que las diferencias entre ambos partido representan apenas “matices”, Abascal sostiene en cambio que sus mensajes son “claramente distintos en estos momentos”. Y eso lo considera una ventaja, porque “probablemente por eso sumamos más”. “Hay gente que quiere la contundencia y la claridad en la política”, que según él es lo que representa Vox, “y otros tienen otra posición”.

Una alternativa política formada por los dos partidos, PP y Vox, “va a sumar muchos más votos” y va a ser más “eficaz” que lo que pretende Casado, que no es otra cosa que hacerse con todo el espacio político a la derecha del PSOE, como sucedía antes de 2016. “No tengo ninguna duda de que si en estos momentos se convocasen elecciones generales lograríamos entre todos expulsar a Partido Socialista del Gobierno”.

La agenda de Vox

¿Cuáles son esas diferencias entre los dos partidos? Vox se va a ocupar de remarcarlas para que sus electores no se confundan con los cantos de sirena de Casado. La derecha radical de Abascal está en contra del Estado de las Autonomías (aseguran que es “un despilfarro político”) y exige el fin de las subvenciones públicas a partidos políticos, sindicatos y organizaciones de empresarios (aunque ellos siempre se han negado a renunciar a la parte millonaria que les toca de esos fondos).

También, recordó Abascal en la misma entrevista tratando de subrayar sus diferencias con el PP de Pablo Casado, exigen “un control mucho más severo de la inmigración” y una vigilancia reforzada de las fronteras. Rechaza leyes que considera “ideológicas”, como las que tratan de poner fin a la violencia machista o reparar la memoria democrática reconociendo a las víctimas del franquismo y exhumando los restos de las decenas de miles de personas asesinadas durante la guerra y la dictadura.

Se opone a que en las escuelas se enseñen valores de igualdad y respeto a las personas de diferente orientación sexual o de género (lo tachan de “adoctrinamiento” y quieren crear mecanismos que dejen el temario educativo en manos de los padres). Quieren poner fin a la utilización de las lenguas cooficiales en las aulas, porque según ellos están “postergando” el uso del español (en realidad todos los indicadores lingüísticos sostienen lo contrario).

Rechazan las leyes que tratan de frenar la crisis climática que sufre el planeta y que según Abascal, se ha convertido en una “religión” a pesar de las pruebas científicas que demuestran el desastre que se avecina. Y, si llegan al poder o tienen influencia sobre él, intentarán derogar la ley del aborto y la recién aprobada para regular la eutanasia.

El grueso de esas diferencias tiene poco recorrido en la Comunidad del Madrid, de manera que el laboratorio de ensayo para una alianza después de las elecciones generales no es previsible que sufra grandes sobresaltos. De momento Vox mantiene su generosa oferta: apoyará de la investidura de Ayuso en la primera votación sin pedir nada a cambio. Si bien, admitió Abascal, espera “generosidad” por parte del PP.

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“Durante la campaña dijimos que nuestra función política y social era evitar el asalto comunista a la Comunidad de Madrid” y por eso “en la misma noche electoral anunciamos que nuestros votos iban a ser favorables a la investidura a cambio de nada”. Y aunque Abascal lo considera “un acto de responsabilidad y de patriotismo”, sí espera “que el PP pueda actuar de una manera recíproca”.

¿Qué espera a cambio de sus votos? De momento, la Presidencia de la Asamblea, confirmó en la Cope. “Es un lugar muy importante que nosotros aceptaríamos”, admitió.

Pero no habrá obstáculos. La simpatía de Vox hacia Ayuso y el deseo de que la Comunidad sea el escaparate que anticipe el regreso de la derecha al Gobierno de España pesan mucho. “No tengo ninguna duda de que llegaremos a un acuerdo” también en relación con los presupuestos autonómicos (Madrid vive con la prórroga de los de 2019, porque en dos años la presidenta madrileña fue incapaz de tejer una mayoría capaz de sacarlos adelante). “Toda España está pendiente de cómo funciona el acuerdo entre el PP”, admite Abascal. “Y Vox en la Comunidad de Madrid. Y vamos a saber estar a la altura de las circunstancias”.

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