Corrupción política

Villarejo, un 'encantador de serpientes' en el Congreso

El excomisario José Manuel Villarejo, en la comisión parlamentaria 'Kitchen'.

Los diputados han ido a hablar de su libro y José Manuel Villarejo así lo ha entendido y ha entrado en el juego. La comparecencia del comisario jubilado en el Congreso de los Diputados tenía una considerable expectación política y mediática y, como era de esperar, ha ido más allá del objeto de la comisión de investigación en la que ha declarado, la referida a la llamada operación Kitchen, el operativo parapolicial dirigido a espiar a Luis Bárcenas para robarle documentación que se habría llevado del partido cuando fue despedido. Al PP le ha servido para desprestigiar a los gobiernos socialistas para los que también trabajó el expolicía e incluso para poner dudas sobre la investigación del caso Gürtel; a ERC y Junts les ha hablado de la operación Cataluña; a Podemos le ha contestado a preguntas sobre el informe PISA; a Vox y al PSOE les ha dado más datos sobre un posible implicación de Mariano Rajoy en los seguimientos al extesorero del PP...

Como el propio Villarejo ha dicho, ha estado en la Policía desde la Transición, tiempo en el que ha ido apuntando todas las operaciones policiales y de inteligencia en las que, según su versión, ha participado o de las que ha tenido conocimiento. "En mi archivo personal está la Atapuerca de los últimos 50 años de EspañaAtapuerca… la verdad de lo que ha ocurrido en este país. Desde el 23F, el primer agente infiltrado en ETA... desde aquella época", ha presumido. "Desde la dictadura hay estructuras opacas en el Gobierno; otra cosa es que quieran utilizarme a mí para arreglar el tema", ha añadido también. Aunque otra cosa son las pruebas de todo lo que dice, las cuales, ha denunciado, le han "secuestrado". Pero Villarejo no la ha contado todo. Ha dicho que su labor a partir de 1993, cuando reingresó en la Policía Nacional, fue de "agente de inteligencia" y que hay ciertas operaciones sobre las que no puede hablar ante las cámaras del Congreso. Y tampoco ha querido comentar nada sobre la Corona, aunque siempre ha dejado claro que lo que le está pasando a Juan Carlos I es "absolutamente injusto" por todo lo que ha hecho por los españoles.

A lo largo de casi cuatro horas de comisión, ha habido tiempo para todo. Chascarrillos, bromas, asuntos más serios, lamentos porque le han dejado de pagar la pensión de policía, lecciones sobre cómo funcionan los servicios de inteligencia, elogios a los diputados, información sobre su estado de salud, clases de historia... Una tarde de lo más entretenida en la que más de un diputado ha agradecido a Villarejo sus prolijas explicaciones, como Edmundo Bal, de Ciudadanos, que ha valorado que "al menos ha venido a contar cosas porque aquí nadie cuenta nada ni dice la verdad". Incluso, el comisario jubilado, de 70 años, ha llegado a decir que le intentaron "eliminar" en prisión, de lo que hace responsable al Centro Nacional de Inteligencia (CNI) y a su exdirector Félix Sanz Roldán, su enemigo declarado y a quien culpa de casi todos los males que le han pasado.

Villarejo ha empezado prudente su intervención en la comisión, pero poco a poco ha ido sintiéndose cómodo. A Felipe Sicilia, portavoz socialista, el primero en intervenir y que sí se ha centrado en la operación Kitchen, no le ha dado mucho detalle y se ha limitado a contestar, a la pregunta de si Rajoy pudo no haber tenido conocimiento del operativo, que duda que lo "desconociera". Era el calentamiento: Villarejo ha preferido esperar a la intervención de la portavoz de Vox, Macarena Olona –que también se ha centrado en el operativo parapolicial–, para decir que se mensajeaba con el expresidente y que altos cargos de su Gobierno y de su partido estuvieron al tanto del espionaje a Bárcenas. Con Olona, el expolicía ha desplegado una complicidad evidente, hasta el punto de bromear con que se le "apareció la Macarena" cuando le pusieron en libertad, hecho que tuvo lugar poco después de que la portavoz fuera a visitarle a prisión.

Ha tenido que llegar el final de la comisión, en la intervención del portavoz de EH Bildu, Jon Iñarritu, para admitir que no dispone de las pruebas sobre Rajoy porque están entre la documentación que le tienen, según él, "secuestrada", por lo que ha animado a los diputados a que sean ellos quienes los reclamen. Pero también ha lanzado una advertencia: lo contará todo en el juicio que empezará en octubre en la Audiencia Nacional, el tribunal que le investiga en casi una treintena de piezas separadas por sus actividades supuestamente ilegales.

Estrategia del PP, desprestigiar al PSOE

Con el PP, la intervención del comisario jubilado ha ido por otros derroteros, pues el ponente conservador no ha mencionado ni una vez la operación Kitchen y ha desplegado una batería de preguntas sobre episodios pasados de los gobiernos socialistasoperación Kitchen de Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero sobre las que Villarejo ha ido dando cumplida cuenta, dejando al ponente conservador satisfecho con las respuestas, incluso cuando el expolicía decía que no le podía hablar de un tema o de otro. 

Ha dicho que el caso Gürtel fue una "operación política", que se reunió con el juez Baltasar Garzón, el primer instructor de la causa, antes de que estallara la operación, que daba cuentas de ello al ex secretario de Estado de Seguridad Antonio Camacho, que la operación se montó en un restaurante... Han sido tales las dudas que ha sembrado sobre el caso, que el portavoz de Ciudadanos le ha repreguntado, pero a él sí le ha aclarado que "en ningún momento" ha dicho que el caso se sustentara en pruebas falsas.

En el turno del PP, el esquema ha sido casi todo el tiempo el mismo: el portavoz conservador le hacía una pregunta sobre un asunto sospechoso ocurrido durante los gobiernos socialistas o sobre Podemos y el comisario jubilado le iba dando la razón. Le ha dado tiempo a hablar del caso Faisán, de la actuación de la ex secretaria de Estado de Interior y actual ministra de Defensa, Margarita Robles, en el caso Roldán, acusándola también de encargarle el informe Veritás contra Garzón. "Espero que no se querelle, pero fue así", ha dicho. Ha sembrado la duda sobre un posible encuentro con el exdirigente socialista Óscar López "sobre las saunas" del suegro del presidente Pedro Sánchez, sobre si se llegó a reunir con el líder de Podemos, Pablo Iglesias, o sobre una supuesta operación para recuperar de un país africano una importante suma de dinero para repatriarla a España e ingresarla en la caja del partido morado. Con quien sí se reunió, ha asegurado, fue con la vicepresidenta primera, Carmen Calvo: "Es falso que diga que no nos hemos visto".

Al PP le ha dicho que este partido siempre ha sido "más blandito que el PSOE, más institucional", afirmación que ha dejado complacido al portavoz conservador. Un rato después, ha manifestado que su "experiencia con el PSOE ha sido mejor que con el PP" porque cree que el exministro del Interior Alfredo Pérez Rubalcaba "no habría permitido" que el exdirector del CNI "hubiese montado" unos servicios de inteligencia tan centralizados, copando todo el "poder".

La operación Cataluña, la Coca Cola en Uruguay y las cloacasoperación Cataluñacloacas

El siguiente turno ha sido de Unidas Podemos. Informe PISA y periodistas a los que el partido morado relaciona con las llamadas cloacas han sido los puntos fuertes del interrogatorio de Pablo Echenique. Villarejo le ha confirmado que el PP le "boicoteó" los trabajos que realizó sobre el partido morado porque pensaba que potenciar la formación haría "daño" al PSOE, y que siguió las "relaciones preocupantes" para España de Podemos con el entorno de ETA y los servicios secretos cubano y venezolano. Y también que conoce al presidente de La Razón, Mauricio Casals; al director de OKdiario, Eduardo Inda; y a la presentadora Ana Rosa Quintana. No le ha debido gustar mucho al expolicía la deriva de las preguntas de Echenique, porque cuando éste le ha dicho que "ha trabajado durante años para intentar acabar con Podemos" sin conseguirlo, su respuesta ha sido que no tiene "mala predisposición" y "prueba de ello" es que se ha "reunido con sus responsables", a pesar de que anteriormente había indicado que no podía hablar de ese asunto porque no lo recordaba exactamente.

Los cargos políticos del PP en Interior dicen no saber lo que tramaban sus policías en la 'operación Kitchen'

Los cargos políticos del PP en Interior dicen no saber lo que tramaban sus policías en la 'operación Kitchen'

Los partidos catalanes, ERC y Junts, y los vascos, PNV y EH Bildu, también han preguntado por Kitchen, pero ha habido momentos para querer saber más sobre la operación Cataluña o los operativos contra ETA. A ellos les ha dicho que efectivamente estuvo implicado en la operación Cataluña, que se puso en marcha cuando el clan Pujol perdió la "impunidad absoluta" que habían sostenido "los gobiernos centrales de turno" y que el objetivo era determinar el "embrión" de la estructura que promovía la separación de España, algo que suponía "un ataque a la unidad nacional". No ha parado aquí, sino que ha vertido más gasolina afirmando que un Estado "debe defenderse de quien intenta agredirlo" y que, por tanto, el operativo era "una política de Estado".

En el caso de la lucha contra ETA, Villarejo no ha dado muchos detalles –ya llevaba tres horas y media de comisión–, pero sí ha comentado que le encomendaron "montar una estructura en Sudamérica para desmontar la estructura" de la banda terrorista en ese continente. "Yo era el que servía la Coca Cola a los restaurantes de ETA en Uruguay", ha llegado a decir en tono jocoso. El portavoz de EH Bildu no le ha dado mucha más cancha y ha pasado a Kitchen, preguntándole sobre la grabación en la que se le escucha hablar de Rajoy como "el Barbas" y las "maldades" que ha hecho por él. Lejos de ponerse serio, el comisario jubilado ha enmarcado esa conversación en una charla de bar, preguntando a Iñarritu cómo está él cuando se toma unos "txacolís".

Y para finalizar, un discurso a medida para la CUP cuando la portavoz de este partido le ha preguntado si la democracia española está sustentada sobre prácticas poco democráticas. "De lo que yo he vivido, España es un estado garantista de Derecho que tiene estructuras opacas como prácticamente todos los países del mundo y sería anómalo que salieran a la luz porque difícilmente se podría defender como país soberano. Cuando ha ocurrido que alguien lo ha usado para sus fines particulares, lo he denunciado y así he acabado". "Entonces, ¿quién rinde cuentas en España?", ha preguntado la diputada. "No lo sé, pero jefes de esas estructuras están tentados de ser ellos el Estado y sus señorías –en alusión a los diputados– podrían remediarlo. Tienen la capacidad de arreglarlo. Pero esto no es la Comisión de Secretos, no puedo extenderme mucho más".

Más sobre este tema
stats