Cataluña

El Gobierno espera que el independentismo mueva ficha tras los indultos pero cree que tardará: "Necesitan recolocarse"

El president de la Generalitat, Pere Aragonès, durante la declaración institucional que ha realizado este martes junto a su Govern en pleno.

No fue un Consejo de Ministros cualquiera. Durante más de cuatro horas, el Gobierno en pleno abordó y debatió este martes uno a uno los expedientes de indulto de los nueve políticos catalanes condenados por el procés. Aunque el grueso de la exposición la realizó el titular de Justicia, Juan Carlos Campo, intervinieron todos los ministros. Casi todos para poner en valor la valentía del Ejecutivo y para reafirmarse en el convencimiento de que se está haciendo lo correcto. La sensación en la sala fue la de estar ante una jornada de enorme peso y trascendencia política para el futuro de este país a medio y largo plazo. Y también la de que se ha hecho un buen trabajo explicando la medida durante semanas y recabando, seguramente, más apoyos incluso de los previstos.

La reflexión, una vez adoptada oficialmente la medida de gracia que sacará de la cárcel a los líderes independentistas, es que esos indultos, por sí solos, probablemente no solucionen nada a corto plazo. Pero que con los políticos catalanes en la cárcel ni siquiera se podía empezar a hablar. “Esto abre el camino, pero sabemos que será largo y muy complejo”, explican fuentes del Ejecutivo. Varios ministros coinciden en destacar que ese primer paso era imprescindible y que era a Pedro Sánchez a quien le tocaba darlo aunque se asuman riesgos: “Lo que no se podía era no hacer nada”, apuntan.

A la espera de Cataluña

En Moncloa existe el convencimiento de que los indultos cambiarán el mapa político catalán y abren una oportunidad para explorar una solución pactada a un conflicto enquistado desde hace ya demasiado tiempo. Y creen que la iniciativa de Pedro Sánchez tendrá correspondencia en Cataluña, aunque quizás no pronto. “Ellos también se han acostumbrado al inmovilismo”, razona un alto cargo del Ejecutivo, “pero ahora quien se ha movido es el Gobierno. Es lógico que ellos necesiten un tiempo para recolocarse”, añade.

En su declaración institucional tras el Consejo de Ministros, Pedro Sánchez destacó “la grandeza demostrada por la democracia española” y lanzó una petición explícita: “Es una buena ocasión para que demuestren la suya también aquellos que la cuestionan”. Fuentes gubernamentales interpretan la frase como un llamamiento a la reciprocidad por parte del Govern de Cataluña. Y están convencidos de que el presidente Aragonès acabará haciendo gestos en ese sentido, como hizo Oriol Junqueras con la carta en la que rechazó implícitamente la vía unilateral. “Igual no es inmediato, pero ellos también se tienen que mover”, apuntan.

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Un camino repleto de dificultades

La principal preocupación en Madrid es saber cómo ERC se desenvolverá al frente de un gobierno que comparte con Junts per Catalunya, unos socios cuya hoja de ruta es mucho menos pragmática que la de los republicanos y cuya influencia sobre Aragonés y los suyos podría acabar añadiendo complicaciones. “Sabemos que Esquerra no lo tiene fácil, pero esperamos que consiga escaparse de la trampa de Junts. No tenemos garantías, pero confiamos”, apunta otra fuente del Gobierno. En ese sentido, en Moncloa destacan la importancia de la cita bilateral que tendrá lugar en los próximos días entre Sánchez y Aragonés. Una reunión que debería servir para acordar un calendario de trabajo y para ofrecer garantías mutuas de que ambas partes se toman el nuevo tiempo en serio.

En una comparecencia para valorar los indultos, el president de la Generalitat afirmó este martes que la salida de la cárcel de sus compañeros significa “el reconocimiento de que las condenas fueron injustas”. Y avanzó que, a partir de ahora, llega el tiempo de “la amnistía y la autodeterminación”. Desde el Gobierno central normalizan estas palabras recordando que “el Govern independentista hace lo que hace un Govern independentista”, pero le quitan hierro resaltando que “ pueden pedir la independencia siempre que lo hagan sin saltarse las leyes”. En el Gobierno ahora están pendientes de los próximos pasos del independentismo catalán. Cuentan con que hará falta paciencia. 

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