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Crisis del coronavirus

España vigila el ligero aumento de la transmisión entre jóvenes con el alivio de una letalidad en el 0,2%

El director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES), Fernando Simón

España ha vuelto a superar la barrera de los 100 casos por cada 100.000 habitantes en los últimos 14 días. Este lunes, el Ministerio de Sanidad ha registrado un leve aumento de la transmisión en nuestro país, que lo mantiene en el top de estados con más contagios registrados junto a Reino Unido y Portugal. Sin embargo, el mensaje que se lanza desde el Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES) es claro: se trata de un crecimiento de los positivos en los jóvenes, que se mantendrá en los próximos días vistas las escenas en el archipiélago balear y la relajación tras un año y medio muy duro. Nos debe preocupar, pero no tanto como en otras olas. A misma incidencia, menos hospitalizados gracias a la vacunación. Y la letalidad ha caído hasta mínimos nunca vistos desde que sabemos del SARS-CoV2: un 0,2. Dos fallecimientos por cada 1000 positivos. 

"Son los grupos de no vacunados los que tienen un incremento real en la transmisión", ha asegurado este lunes el director del organismo, Fernando Simón. Tramo etario que empieza a estar mayoritariamente vacunado, tramo etario en el que caen los casos. Probablemente quedan muchos asintomáticos por detectar, pero la evidencia cada vez es más fuerte en el sentido de que los sueros evitan tanto la enfermedad grave como, en buena parte, la transmisión. En los últimos días, los de 50 a 59 años, con una cobertura vacunal del 86% en cuanto a la primera dosis y de un importante 65% de la pauta completa, es la que más ha caído. Los jóvenes de 20 a 29 años siguen liderando la estadística, y en los últimos días se ha detectado una ligera tendencia al alza. Algunos consejeros autonómicos han predicho que el episodio de Mallorca, en el que se ha detectado cerca de un millar de positivos relacionados con fiestas de fin de curso en el archipiélago balear (y escasas medidas de seguridad), reforzará esta tendencia. 

Sin embargo, ninguno ha tenido que ser hospitalizado. El Ministerio de Sanidad trabaja, junto a la Salud Pública balear, en una cuarentena estricta de todos los posibles contactos estrechos del denominado como macrobrote. Lo que se busca evitar es la llamada transmisión secundaria: que estos positivos, además de estropear la estadística, contagien la enfermedad a personas mayores que aún cuentan con una sola dosis, por lo que siguen estando expuestos a un cuadro grave (sobre todo si la variante delta entra en juego). Los análisis genómicos, por el momento, han detectado que la crisis ha sido causada mayoritariamente por la variante alfa o británica, la predominante por ahora en el país, pero no se ha descartado que las mutaciones indias tengan que ver. 

Siempre es mejor prevenir que curar, una máxima que se ha convertido en vital durante la crisis sanitaria del covid. Administraciones y expertos piden cautela porque la transmisión no debe descontrolarse entre los jóvenes, ya que aunque tengan pocas posibilidades de sufrir una hospitalización o un ingreso en críticos, hacen más probable la transmisión a personas vulnerables con una vacunación muy eficaz, pero no invulnerable. En Reino Unido, donde la incidencia ha subido con fuerza en las últimas semanas, ya se percibe un ligero crecimiento de la presión asistencial, aunque aún insuficiente para poner en jaque de nuevo el sistema sanitario británico. La relación entre casos y hospitalizaciones es mucho más endeble gracias a la inmunización: por cada 100 contagios, el número de casos graves es muy inferior al de la primera, la segunda y la tercera ola. Pero sigue existiendo, por lo que la precaución y las medidas de control siguen estando recomendadas. 

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Es un escenario que, por ahora, no se da en España. El ligero aumento de la transmisión entre jóvenes, mucho menor del que algunos podían prever tras el fin del estado de alarma, no se traduce en más ingresos en hospitales y tardará en hacerlo. Como apunta uno de los encargados del rastreo de Cantabria, Adrián Alonso, esto no tiene que dar pie a relajaciones, puesto que un aumento del trabajo para los rastreadores es una mala noticia para todos. Pero, por ahora, los ingresos hospitalarios en el total del país se mantienen en un 2% de pacientes covid con respecto al total de la capacidad, teniendo en cuenta las camas que se pueden habilitar en caso de urgencia. El máximo lo registra Euskadi, con un 3,96%. En cuanto a las camas de las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI), siempre más difíciles de descongestionar, encontramos un 6,92%, con un máximo de 14,53% en la Comunidad de Madrid. 

Andalucía, por el momento, es la comunidad autónoma con la incidencia acumulada más alta. Sus datos permiten comprobar que se cumple la tendencia nacional: no hay aumento de hospitalizados ni de UCI, pero los casos se resisten a bajar y llevan semanas bordeando los 160 por 100.000 habitantes en los últimos 14 días por los contagios en niños y jóvenes hasta 29 años, que no bajan. La comunidad autónoma, después de unas difíciles tercera y cuarta ola, fue de las que más rápido desescaló sus medidas tras el fin del estado de alarma. La Junta de Andalucía se opone al fin de las mascarillas en exteriores, a pesar de la evidencia del escaso peligro al aire libre. 

España vigila de cerca los contagios entre los jóvenes y las autoridades sanitarias no dudarán en imponer cuarentenas y medidas duras si un brote se vuelve a descontrolar. Pero, insiste la Salud Pública, ya no volveremos a escenas de terror vividas durante este año y medio de pandemia. En ese sentido, Sanidad comunicó este lunes que, a partir de ahora, mandará datos desagregados por edad. Porque el indicador de la incidencia ya no vale por sí solo para comprobar la gravedad de la crisis sanitaria. 

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