Extrema derecha

Wikileaks revela cómo HazteOir intentó aprovecharse del 15M y copiar las tácticas de Greenpeace y Oxfam para expandirse

Manifestantes conmemoran en Madrid el quinto aniversario del 15-M.

Diana Cariboni (openDemocracy)

Es sabido que los manifestantes del 15M español inspiraron las protestas Occupy desde Nueva York hasta Londres. Pero, además, la extrema derecha intentó explotar esa coyuntura y la indignación popular con el fin de crear sus propios movimientos, según revelan documentos recién publicados por WikiLeaks y por el medio de comunicación independiente con sede en Londres openDemocracy.

En uno de ellos, fechado en 2012, se asegura que España se enfrentaba entonces “al momento más delicado, peligroso, angustioso y preocupante de las últimas tres generaciones” y se recomienda a los ultraderechistas lanzar una campaña “de carácter fuertemente político” e “incorporar de manera muy activa la crisis nacional” a su “agenda” contra el aborto y los derechos LGBT. Otros documentos indican que estos activistas ultras buscaron una alianza con figuras progresistas que participaban del debate público durante las manifestaciones masivas del 15M, y que también intentaron copiar tácticas de ONG como Oxfam y Greenpeace.

Estos archivos, parte de los 17.000 documentos internos de grupos ultracatólicos españoles que fueron publicados este mes por WikiLeaks bajo el título La red de intolerancia, ofrecen una visión inédita de las operaciones y estrategias de estos sectores. También arrojan luz sobre los hechos inmediatamente anteriores al ascenso de la extrema derecha en España.

En 2013, dos años después de que las manifestaciones contra la austeridad ocuparan las plazas españolas e inspiraran al mundo, los ultraderechistas que buscaban aprovechar el momento crearon una plataforma de peticiones en línea, CitizenGo, copiada de organizaciones progresistas como Avaaz y Change.orgVox se fundó ese mismo año.

Antes de las elecciones al Parlamento Europeo de 2019, una investigación encubierta de openDemocracy reveló que CitizenGo estaba operando efectivamente como un supercomité de acción política  no regulado y al estilo de EEUU, para atraer votantes hacia Vox y otros partidos de la extrema derecha en Europa. En las elecciones generales también celebradas en 2019, Vox consiguió por primera vez representación en el Congreso: fue el tercer partido más votado.

Aprovechar el momento

Tras las manifestaciones que estallaron en España el 15 de mayo de 2011, los activistas del grupo ultracatólico HazteOir discutieron estrategias para sacar ventaja de la crisis nacional, según muestran también los archivos de WikiLeaks. Un documento interno de HazteOir desvela sus esfuerzos por crecer y propone aprovechar la coyuntura para buscar formas de incorporar la “crisis de valores” en la que estaban centrados –oponiéndose al aborto y al matrimonio igualitario– a las crisis económica y política de España que habían sacado a tantas personas a las calles.

Las campañas del grupo debían volverse más políticas, “aun a riesgo de que se piense que estamos formando el germen de un nuevo partido”, dice el documento. Como prueba del éxito de esta estrategia, cita al ultraconservador estadounidense Morton Blackwell, quien “recaudó millones” para una campaña que “más parecía la propuesta electoral de un partido que la protesta reivindicativa de una asociación cívica”.

Este archivo tiene un enlace a otro documento, fechado el 22 de mayo de 2011, que parecen ser notas de conversaciones entre figuras progresistas y HazteOir sobre “los puntos básicos que nos unen a los que desde la izquierda y la derecha queremos regenerar la democracia española”. No menciona los “valores familiares”. En cambio,se enfoca en asuntos como la representación política y la reforma electoral.

Este documento nombra a Ignacio Escolar (fundador del periódico Público y actual director del elDiario.es) y a Francisco Polo (miembro del PSOE y exdirector de Change.org para España) entre quienes habían “consensuado” esa propuesta por la unidad. Ambos han asegurado a openDemocracy que es “falso”.

Escolar y Polo niegan relación alguna con HazteOir o con su director, Ignacio Arsuaga, quien luego fundó CitizenGo y se hizo aliado estrecho de Vox. Ambos recuerdan un encuentro casual con Arsuaga en un bar de Madrid y desconocedores de que ese encuentro sería mencionado en unas notas que terminarían, una década más tarde, en los archivos divulgados por WikiLeaks.

Los dos recuerdan, por separado, que Arsuaga los abordó, se presentó y sugirió que los activistas digitales más conocidos, de izquierda y de derecha, debían pactar unas propuestas mínimas que pudieran constituirse en un consenso eficaz para apoyar las demandas del 15M. “Lo escuché, como escuché a tanta gente entonces. En ningún caso salió una propuesta por mi parte […] llamar 'propuesta consensuada con' me parece un exceso… aquella conversación no cristalizó en ningún trabajo conjunto”, explica Polo. Escolar añade: “Ese encuentro inesperado e improvisado quedó en nada. No he vuelto a ver a Arsuaga desde entonces ni tampoco he tenido ningún otro contacto con él”.

Imitación de tácticas progresistas

“La atención de la gente ya no está en el aborto”, destacaba HazteOir en otro de los documentos de WikiLeaks, sino en la “agudización de la crisis económica”. “Machacar demasiado con el mismo tema […] llega a saturar y a desanimar”, continúa. Se necesitaban estrategias nuevas, y los documentos muestran cómo las buscaron: estudiando a organizaciones progresistas muy conocidas para copiar sus tácticas.

Los archivos permiten ver, por ejemplo, cómo HazteOir seguía la evolución de sus cifras de miembros y donaciones comparadas con las de grupos como Greenpeace y Amnistía Internacional. También analizaba el lenguaje, el estilo y hasta detalles como la paleta de colores que esas organizaciones empleaban en comunicaciones electrónicas, boletines y otros materiales. Un archivo –el borrador del guión de un vídeo para saludar a nuevos miembros de HazteOir– copia casi de forma textual un vídeo de Greenpeace, cuyo enlace está incluido en el borrador. Varios documentos sugieren llevar a cabo “acciones en la calle que atraigan la atención de los medios [...] (modelo Greenpeace)”.

Otro borrador de HazteOir, que invita a asociarse y hacer donaciones, se basa en uno de la ONG contra la pobreza Oxfam Intermón y todavía conserva los enlaces originales activos.

Amnistía, Avaaz, Change.org, Greenpeace y Oxfam han indicado a openDemocracy que ignoraban –y que les resultó sorprendente– el grado de interés de estos actores ultras en sus actividades y estrategias. Javier Raboso, coordinador de la campaña de paz, democracia y derechos humanos de Greenpeace España, dice que le “preocupa” que “este tipo de organizaciones” utilicen sus herramientas con el fin de “fomentar la intolerancia y el discurso del odio”. “La filosofía de la desobediencia civil y las estrategias basadas en la acción directa no violenta, que están en la misma esencia de Greenpeace, forman parte de la historia de los movimientos sociales que han perseguido siempre el avance en derechos y libertades”, dijo Raboso. Usarlas en cambio “para promover la intolerancia, la polarización y el odio hacia las minorías en el seno de nuestras sociedades supone una lamentable perversión del espíritu con el que nacieron”, concluye.

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HazteOir y CitizenGo no han respondido a la solicitud de comentarios de openDemocracy.

[En este enlace se puede leer el artículo en versión original].

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