Defensor Pueblo

El PSOE resarce a Gabilondo y le nombra Defensor del Pueblo tras asumir la responsabilidad del batacazo de Madrid

Ángel Gabilondo, en la noche electoral de 4M.

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El PSOE y el PP han cerrado un acuerdo para que el exministro y exportavoz del PSOE en la Asamblea de Madrid, Ángel Gabilondo, sea el próximo Defensor del Pueblo, un órgano que lleva pendiente de renovación desde julio de 2017, según han informado a Europa Press fuentes de la negociación. Este pacto se enmarca en las conversaciones que están desarrollando PSOE y PP para renovar los órganos constitucionales. Aparte del Defensor del Pueblo, esperan llegar a un acuerdo en las próximas horas sobre el Tribunal Constitucional, el Tribunal de Cuentas y la Agencia de Protección de Datos.

La diputada del PP Teresa Jiménez Becerril será la adjunta al Defensor del Pueblo, según han adelantado a Europa Press fuentes conservadoras. Hermana del concejal sevillano asesinado por la banda terrorista ETA, es diputada del Grupo Popular desde 2019 y ocupó en el pasado un escaño por el Partido Popular el Parlamento Europeo.

El primer nombre que ha trascendido de ese acuerdo es el de Gabilondo (San Sebastián, 1949), que dejó la primera línea política tras el batacazo del PSOE en las elecciones autonómicas de Madrid, en las que la candidatura que encabezaba cosechó el peor resultado histórico de los socialistas en esta Comunidad.

Cuando la presidenta madrileña anunció el pasado mes de marzo el adelanto electoral, el PSOE optó por mantener a Gabilondo como candidato, a pesar de que se llevaba meses hablando de él como próximo Defensor del Pueblo, y prácticamente se tenía asumida su marcha de la Asamblea en un futuro próximo.

No obstante, la inesperada convocatoria, dos años antes de lo previsto, y desencadenada por la fallida moción de censura de Murcia, pilló al PSOE desprevenido y sin otro candidato claro. Tampoco había visos de poder alcanzar pronto un acuerdo con el PP para renovar este órgano constitucional, tras frustrarse una vez más la negociación para el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), y meses de desencuentros.

Por ello, los socialistas decidieron apostar por el perfil "soso, serio y formal" de Gabilondo, en contraposición al estilo "trumpista" con el que definieron a la candidata del PP. Sin embargo, esa estrategia, diseñada directamente en Moncloa, no funcionó, y Díaz Ayuso se hizo con la victoria.

La dirección socialista decidió entonces no culpabilizar a los asesores del presidente Pedro Sánchez pero, dos meses después, el que fuera director de gabinete del presidente Pedro Sánchez, Ivan Redondo, sí fue uno de los caídos en la intensa crisis de Gobierno que acometió el jefe del Ejecutivo a mediados de julio.

La trayectoria de Gabilondo

Ahora, casi medio año después, y con Gabilondo ya al margen de la política, los socialistas han decidido volver a ofrecerle el puesto, lo que de algún modo resarciría la salida que tuvo el exministro de la política en mayo, cuando fue el único, junto al líder del PSOE de Madrid, José Manuel Franco, que dimitió por los malos resultados de las elecciones.

La carrera política de Gabilondo empezó en 2009, de la mano del entonces presidente José Luis Rodríguez Zapatero, cuando decidió nombrar al entonces rector de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) nuevo ministro de Educación. El catedrático de Filosofía también era en ese momento presidente de la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE).

Tras su paso por el Gobierno -que acabó en 2011 con la llegada del PP a Moncloa-, Gabilondo decidió seguir vinculado al PSOE y a la política y, en las autonómicas de 2015, se convirtió en el candidato a presidir la Comunidad de Madrid.

En aquella ocasión logró superar ligeramente los resultados de su predecesor, Tomás Gómez, pero quedó tras el PP, sin posibilidad de gobernar. No obstante, en 2019 decidió repetir como candidato y en esa cita sí se hizo con la victoria -que el PSOE no alcanzaba desde el 87-, aunque no logró los suficientes apoyos para gobernar.

Tras otros dos años como líder de la oposición -muy cuestionado durante la pandemia-, se daba ya por hecho su salto a la Defensoría del Pueblo, si bien el adelanto electoral de Díaz Ayuso llegó antes que el acuerdo que, ahora sí, el PSOE y el PP han sellado para renovar esa institución, que lleva desde 2017 en funciones.

El candidatura de Gabilondo para defensor del Pueblo, que ahora ha aceptado el PP, fue criticada por Díaz Ayuso durante la campaña madrileña. Entonces aseguró que, si de ella dependía, el exministro no sería Defensor del Pueblo. No obstante, dos meses después rectificó y aseguró que no sería un mal candidato para este puesto.

Antes de entrar en política en 2009, Gabilondo había desarrollado su carrera en la Universidad Autónoma, de la que se acabó convirtiendo en rector. Allí estudió Filosofía y Letras y, tras licenciarse en 1980, se doctoró en 1983, con una tesis sobre Hegel, titulada El concepto como experiencia y sistema, para lo que residió en Bremen y en Bochum. Después fue decano de la Facultad de Filosofía y Letras durante los años 1989-1992. En 2001 se convirtió en catedrático, y en 2002 fue elegido rector.

Jiménez Becerril, muy crítica con la política de acercamiento de presos de ETA

Por su parte, Jiménez Becerril ha sido muy crítica con la política de acercamiento de presos de ETA a cárceles próximas al País Vasco por parte del Gobierno de Pedro Sánchez. También ha censurado sus acuerdos con Bildu. De hecho, este mismo jueves censuró las declaraciones del coordinador de EH-Bildu, Arnaldo Otegi, por vincular presos y Presupuestos. "Aquí Otegi deja bien claro, que los presos son suyos, porque son de ETA, como él. Por si alguien tenía dudas", dijo en un mensaje en su cuenta oficial de Twitter.

Con la marcha de Jiménez Becerril a la institución del Defensor del Pueblo, a propuesta del PP, regresará al Congreso de los Diputados el sevillano Ricardo Tarno, que fue ya diputado nacional por el Grupo Popular desde 2008 hasta 2016.

Bolaños y García Egea pilotan las conversaciones 

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El ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, y el secretario general del PP, Teodoro García Egea, están pilotando las negociaciones para renovar los órganos constitucionales que, según admiten las fuentes consultadas, están "encauzadas" porque hay "voluntad de acuerdo" por ambas partes.

La "buena sintonía" entre Bolaños y García Egea ha ayudado a encarrilar la negociación para renovar estos órganos, algunos de los cuáles incluso llevaban años con mandato caducado. El órgano que lleva más tiempo pendiente de renovación es el Defensor del Pueblo, un puesto que el socialista Francisco Fernández Marugán ejerce en funciones desde julio de 2017.

En el caso del TC, el mandato de un tercio de sus miembros -los cuatro que corresponde elegir al Congreso- concluyó en noviembre de 2019. Por su parte, los doce consejeros del Tribunal de Cuentas terminaron en julio su mandato de nueve años y en el caso de la Agencia de Protección de Datos, desde julio de 2019 está pendiente de renovar la Presidencia de este órgano y su adjunto.

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