Investigación OpenLux

El excuñado de Rato montó una empresa en Luxemburgo con seis millones en activos cuando era asesor de Bankia

Documento del Registro Mercantil de Luxemburgo donde Santiago Alarcó consta como beneficiario último de Mencalux Sàrl.

Santiago Alarcó no es un simple excuñado de Rodrigo Rato. Es quien le montó la estructura societaria al exvicepresidente del Gobierno para mover sus fondos ocultos en el extranjero, motivo por el que ahora se enfrenta a una condena por blanqueo de capitales. Y es también la persona a la que Rato contrató como “asesor externo” de Bankia, cuando presidía dicha entidad, lo que le permitió embolsarse un sueldo medio de casi 16.000 euros al mes durante dos años. Más allá de la ruptura del vínculo familiar a principios de 2002, lo cierto es que los negocios y las relaciones entre Santiago Alarcó y Rodrigo Rato se han mantenido en el tiempo.

En la época en que Santiago Alarcó era asesor externo de Bankia, constituyó una sociedad en Luxemburgo que dispuso de unos activos iniciales de seis millones de euros. La existencia de esta compañía, denominada Mencalux Sàrl, era desconocida hasta ahora para los investigadores judiciales. Y ello a pesar de que es la dueña de Larcafin SL, una empresa con sede en España y a la que precisamente Bankia vendió un palacete por una cantidad claramente por debajo del precio de mercado. Alarcó revendió el palacete a los pocos meses y le sacó una plusvalía de 235.000 euros. La Fiscalía Anticorrupción consideró que esta operación era delictiva, pero los tribunales archivaron la causa.

infoLibre ha tenido acceso a la documentación sobre la empresa Mencalux Sàrl en el marco de la investigación periodística denominada OpenLux, impulsada por el periódico francés Le Monde y por la organización internacional Organized Crime and Corruption Reporting Project (OCCRP). infoLibre, socio colaborador en España de OpenLux, inició en junio la publicación de una serie de reportajes con las informaciones más relevantes descubiertas tras analizar la identidad de las 1.558 personas vinculadas con España que declaran ser beneficiarias de una o más sociedades en Luxemburgo [puedes leer aquí una explicación general sobre OpenLux y aquí tienes las diez entregas anteriores de este proyecto de investigación].

Precisamente, en el primer reportaje de la serie se desvelaron las conexiones entre Rodrigo Rato y el traficante de armas Abdul Rahman El Assir en una sociedad luxemburguesa denominada Wheelerdale Corporation Sàrl.

Este periódico envió la semana pasada un cuestionario a Santiago Alarcó, para conocer su versión sobre los hechos que se narran en esta información, pero no obtuvo respuesta [puedes consultar al final de la noticia todas las preguntas planteadas que quedaron sin contestar]. A día de hoy, Alarcó sigue figurando en el Registro Mercantil de Luxemburgo como único accionista de Mencalux.

LA EMPRESA EN LUXEMBURGO

Santiago Alarcó se convirtió el 27 de diciembre de 2011 en el propietario de Mencalux Sàrl, sociedad que había sido constituida seis día antes. En el momento de la adquisición de las acciones declara ser residente en Madrid. El excuñado de Rato ha sido residente en Londres y en la capital de España, lo que lógicamente determina ante qué Hacienda debe rendir cuentas.

El 29 de diciembre de 2011, Santiago Alarcó traspasó a su nueva sociedad de Luxemburgo todas las acciones de la española Larcafin SL, de forma que Mencalux se convirtió en su accionista única. Además de las acciones, también se traspasó a la compañía luxemburguesa un contrato de préstamo participativo que Alarcó y Larcafin habían firmado el 28 de diciembre de 2009, y que en el momento de la operación tenía un importe de 5,82 millones de euros.

Mencalux llegó a tener activos por valor de 7,2 millones de euros en 2016, que tres años después se habían reducido hasta 2,0 millones. Una bajada que se explica en buena medida porque Santiago Alarcó retiró de la compañía 4,4 millones en 2019, según las cuentas de dicho ejercicio, últimas presentadas ante el Registro Mercantil de Luxemburgo.

Desde que Santiago Alarcó se convirtió en accionista único de Mencalux, esta sociedad luxemburguesa firmó contratos de préstamos participativos con su filial española Larcafin SL. Llama la atención que esa fue la fórmula utilizada por Rodrigo Rato para blanquear dinero que tenía oculto en el extranjero e introducirlo en España, gracias a una estructura societaria que había montado precisamente su entonces aún cuñado. Así lo afirma el juez encargado de investigar el caso Rato, en un auto del pasado 23 de febrero: “En el año 2001, Rato adquiere al también investigado Santiago Alarcó la estructura societaria Kradonara-Vivaway, utilizándola a partir de dicha fecha para canalizar fondos desde el extranjero, mediante la fórmula del préstamo participativo para ingresar las cantidades desde la sociedad británica [Vivaway] a la española [Kradonara]”.

Entre las preguntas planteadas por infoLibre a Santiago Alarcó, y que quedaron sin respuesta, figura una sobre el origen del dinero utilizado para dichos préstamos participativos y otra sobre el hecho de que tanto Rato como él acudieran a esa figura para traspasar dinero desde una sociedad en el extranjero a otra en España.

SUELDAZO DE ASESOR Y PELOTAZO CON UN PALACETE

Cuando Santiago Alarcó puso en marcha la empresa de Luxemburgo, llevaba más de un año cobrando un sueldazo en Bankia. Fue contratado como asesor externo el 28 de mayo de 2010 y despedido el 29 de mayo de 2012. La conexión con su excuñado es indudable: su contratación se realizó apenas cinco meses después de que Rato se hiciese con la presidencia de la entidad financiera y su salida se produjo tres semanas después de que el Gobierno de Rajoy forzase la dimisión de quien había sido vicepresidente económico con Aznar. El rescate de Bankia costó a los contribuyentes 22.424 millones de euros.

Santiago Alarcó.

Ese fichaje de Santiago Alarcó por Bankia fue investigado en el Juzgado de Instrucción 31 de Madrid, pero el asunto quedó en nada. Rato defendió el fichaje de su excuñado porque tenía “un perfil muy beneficioso para la entidad” y aseguró que “la caja carecía de profesionales con su experiencias profesional”. Alarcó se embolsó al menos 380.000 euros por sus dos años de trabajo como asesor externo (casi 16.000 euros al mes), aunque el último contrato que firmó con Bankia el 21 de febrero de 2012 preveía un sueldo mensual de 40.000 euros. Pese a que la Fiscalía Anticorrupción defendió que el fichaje de Alarcó podía constituir un delito de administración desleal, el magistrado Antonio Serrano-Arnal cerró la investigación en febrero de 2017 al entender que no se había demostrado un perjuicio al patrimonio de la entidad bancaria. La Audiencia Provincial de Madrid ratificó dicha decisión.

Tampoco ha visto la Justicia nada reprochable en un segundo asunto en el que Bankia benefició a Santiago Alarcó: la venta de un palacete a un precio muy por debajo de su precio de mercado y que el excuñado de Rato revendió a los pocos meses con una plusvalía de 235.000 euros. Para esta operación utilizó a la sociedad Larcafin SL, que era filial de la luxemburguesa Mencalux, aunque este último hecho no se cita en ningún momento ni en la investigación de la Guardia Civil ni en la instrucción judicial.

El 7 de diciembre de 2012, medio año después de ser despedido como asesor de Bankia, Santiago Alarcó presentó a dicha entidad una oferta de 300.000 euros para comprarle con un palacete situado en el municipio de Vegas de Matute (Segovia). El inmueble llegó a estar tasado en dos millones en 2010, pero tres días después de recibir la oferta de Alarcó, Bankia solicitó una nueva valoración y pidió a la empresa tasadora que rebajase el precio para ajustarlo al valor de mercado. La actitud de la entidad financiera llamó la atención a los guardias civiles de la UCO que investigaron la operación, puesto que "por lógica comercial tiene que estar interesada en que la valoración del inmueble sea lo más elevada posible para obtener un beneficio mayor". Resultado: la nueva tasación del palacete quedó en 386.654 euros, pero con una indicación expresa de que en caso de venderse antes de seis meses el precio podría ser de 300.000 euros. Exactamente la cantidad ofrecida por Santiago Alarcó.

Así que Larcafin se hizo con el inmueble por el dinero ofertado y poco después lo revendió por 535.000 euros. Una plusvalía del 78,3% respecto al precio de compra. Un pelotazo de 235.000 euros logrado en 2013, en el peor momento de la crisis económica, cuando el mercado inmobiliario estaba completamente hundido en España. Es más, durante la investigación de la UCO se conoció otro hecho que apuntala las sospechas de que Bankia hizo un mal negocio: la persona que compró el palacete a Larcafin encargó una tasación particular que valoró el inmueble en 663.588 euros, más del doble de lo que pidió la entidad financiera a Alarcó.

La Fiscalía Anticorrupción observaba aquí también un posible delito de administración desleal, pero de nuevo al juez Antonio Serrano-Arnal le pareció que todo estaba en orden. Es más, el magistrado concluyó que la operación realizada por Bankia era “la que mayor beneficio podía reportar a la entidad”, porque era un activo que iba a ser traspasado a la Sareb (el conocido como banco malo).

NEGOCIOS EN PORTUGAL

La sociedad de Luxemburgo propiedad de Santiago Alarcó es accionista única de la española Larcafin, pero además es dueña del 10% de una inmobiliaria portuguesa que se llama UPI Lisbon 10 Lda.

La compañía lusa se constituyó en julio de 2018 y, cuatro meses después, Mencalux adquirió el 10% del capital. En enero de 2019, en una ampliación de capital, la sociedad luxemburguesa de Alarcó aportó 640.000 euros para mantener su participación en el accionariado. El dueño mayoritario de UPI Lisbon 10 es el fondo inmobiliario francés Gresham Immo Opportunities y en el capital también están otros dos fondos galos –FPCI Paris Immo nº 2 y FPCI Paris Immo nº 3– y la inmobiliaria Union de Partenaires pour L’Investissement. Los gestores de esta última son los que administran la compañía lusa.

La principal actividad de UPI Lisbon 10 es la construcción de un edificio de lujo en la Rua do Desterro de la capital portuguesa, de cinco plantas y con un área construida de 3.512 metros cuadrados. En su página web se anuncia aún la venta de las 24 viviendas que tendrá la urbanización, a la que han bautizado con el nombre de “Privato”.

Más allá de Mencalux y sus filiales, Alarcó tuvo una participación en otra sociedad de Luxemburgo, denominada LL Investments Sàrl. Fundada en mayo de 2014, el excuñado de Rato se hizo con el 7,91% del capital un mes después y vendió sus acciones en noviembre de 2015. LL Investments está controlada por Andrea Pignataro, un empresario con quien Alarcó trabajó en su día en la compañía Ion Trading.

HISTORIAL EN LOS TRIBUNALES

Santiago Alarcó se ha librado de ir a juicio por los dos temas relacionados con Bankia –su fichaje como asesor y la adquisición del palacete–, pero todo apunta a que se sentará en el banquillo en la línea de investigación principal del caso Rato. Y además ya cuenta con un pequeño historial de condenas en su currículum.

El Juzgado de Instrucción 31 de Madrid investiga, desde que Rodrigo Rato fue detenido en 2015, el presunto origen ilícito de su fortuna. El magistrado Serrano-Bernal acordó, el pasado 1 de junio, la apertura de juicio oral contra Rato por delitos contra la Hacienda Pública, blanqueo de capitales y corrupción en los negocios. Según la instrucción judicial, Rato mantuvo un patrimonio oculto a la Hacienda Pública desde 1999, cuando era vicepresidente del Gobierno de Aznar y la propaganda oficial lo presentaba como el artífice del “milagro económico” español. Las cuotas defraudadas a Hacienda superan los 8,5 millones de euros. Para ello se sirvió de una compleja estructura societaria en el extranjero, que fue parcialmente creada por Santiago Alarcó.

En concreto, el entonces aún cuñado de Rato constituyó en 2001 las sociedades Vivaway, con sede en el Reino Unido, y Kradonara, con domicilio en España, utilizadas para mover dinero negro del político del PP. Santiago Alarcó permaneció al frente de estas dos compañías hasta 2006, cuando se las vendió oficialmente a Rato. Además, la investigación judicial también vincula a Alarcó con una sociedad panameña de Rato, llamada Red Rose Financial Enterprises. El juez Serrano-Bernal abrió juicio oral contra Alarcó por blanqueo de capitales, además de pedirle una fianza de 27,5 millones.

El auto aún no es firme y está pendiente de lo que ocurra con los diversos recursos. En su escrito de conclusiones, el abogado de Alarcó rechaza cualquier actuación delictiva y asegura que toda su intervención “en los hechos objeto de este procedimiento se limitó a la venta en el año 2006 de la sociedad inglesa Vivaway (y su filial española Kradonara 2001) a Rodrigo de Rato y un préstamo de 905.000 euros que hizo a la sociedad Vivaway en ese mismo año 2006, desvinculándose por completo desde la fecha de la venta de la administración y gestión de ambas sociedades”.

Pero los problemas judiciales de Alarcó no se iniciaron con el caso Rato. En diciembre de 2017, en un proceso por delito fiscal, llegó a un acuerdo con la Fiscalía para que se dictara una sentencia de conformidad que le condenaba al pago de 250.000 euros. El fiscal le acusaba de ocultar a la Agencia Tributaria parte de sus ingresos laborales.

La Audiencia Provincial de Madrid añade a la lista delitos de Rato uno contra la Hacienda Pública en 2005

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Y también está condenado en Inglaterra. En 2012 fue juzgado en Londres por intentar hacerse primero con el control de la empresa donde trabajaba, Rubicon Fund Management, y llevarse después los clientes a otra entidad al no lograrlo. El detalle que muestra la calidad humana del personaje viene aquí: Alarcó y su socio –Timothy Attias– organizaron su operación de asalto a Rubicon aprovechando que el dueño del fondo, Paul Brewer, había sufrido una caída casi mortal de un caballo y estaba incapacitado para dirigir la compañía. Pero Brewer ser recuperó y se puso de nuevo al frente de su firma, momento en que la pareja Alarcó-Attias decidió montar otro fondo –Sata Asset Management– al que se llevó buena parte de los clientes de Rubicon.

Alarcó y Attias llegaron a un acuerdo por el que abonaron una importante indemnización a Brewer (el importe no trascendió), además de pedir perdón durante el juicio: "Los acusados quieren aprovechar esta oportunidad para pedir disculpas a Rubicon, sus socios y sus antiguos compañeros. Reconocen que su conducta y las circunstancias que rodearon su salida fueron censurables".

Por último, cabe reseñar que Santiago Alargó también apareció en los conocidos como Paradise Papers, una investigación liderada por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ) que desveló información sobre empresas creadas en 19 jurisdicciones opacas. En febrero de 2017, Alarcó constituyó en Malta la sociedad Maltallan Holding Limited, compañía que ahora se encuentra en proceso de disolución.

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