Imagen de la Ciudad Grupo Santander en Boadilla del Monte (Madrid)

Todas las operaciones de negocio del Grupo Santander con sus clientes en todo el mundo estarán sometidas a la exigencia de eliminación de emisiones de dióxido de carbono, hasta llegar al cero absoluto en 2050. Un calendario de reducción muy estricto que ya ha empezado. De momento, Santander ya es neutro en carbono desde 2020.

El grupo tiene más de 11.200 oficinas repartidas por todo el mundo, además de distintas oficinas centrales en cada país donde opera. Solo la Ciudad Grupo Santander (CGS), el complejo de oficinas corporativas globales del grupo situado en Boadilla del Monte (Madrid) -distinto de la sede de la filial en España, con domicilio en la Avenida de Juan Ignacio Luca de Tena, en Madrid capital-, ocupa 250 hectáreas. Allí trabajan unos pocos miles de empleados, repartidos en nueve edificios de oficinas, cada uno con una gran cubierta vegetal en su azotea. La llamada ciudad financiera tiene también dos grandes centros de proceso de datos, una residencia hostelera para los visitantes internacionales del grupo, uno de los bosques más grandes de Madrid (con decenas de especies vegetales y animales), tres campos de golf (uno preparado para grandes competiciones internacionales), decenas de pistas de tenis y padel, piscina cubierta, un gimnasio de alta tecnología, campos de fútbol 11 y fútbol 7, un centro de formación y conferencias, la mayor guardería (escuela infantil) de Europa, un avanzado centro de salud con especialidades médicas e instalaciones para la investigación, grandes instalaciones deportivas y comerciales o un gran conjunto de restaurantes con programas de nutrición para la salud, entre otras cosas. Todo unido por líneas internas de autobús. También está allí la colección principal de arte de la Fundación Banco Santander, que en un futuro próximo será trasladada a la sede histórica rehabilitada en la ciudad de Santander.

Todas estas instalaciones son neutrales en carbono, al igual que el resto de la organización. En la Conferencia sobre el Cambio Climático de las Naciones Unidas (COP25), Santander anunció un compromiso para ser neutros en carbono en 2020, mediante la compensación de todas las emisiones que generamos en nuestra actividad diaria. "Llevamos mucho tiempo trabajando para reducir nuestro impacto en el medio ambiente", explica el banco en su página web corporativa. Desde 2001, todo el grupo mide su huella ambiental y cuantifica el consumo de energía y de emisiones de gases de efecto invernadero de sus edificios y oficinas.

"En 2016 decidimos ir un paso más allá y lanzamos un plan de eficiencia energética con una inversión de 69,8 millones de euros. Logramos cumplir el objetivo marcado en los diez principales países donde operamos, en los que la emisión de gases de efecto invernadero y el consumo eléctrico en edificios descendieron un 9%", dice Santander. "Entre 2011 y 2018 logramos una meta crucial: reducir nuestras emisiones y nuestro consumo de electricidad en un 27% y un 36%, respectivamente. En la actualidad, poseemos una Política de Gestión Ambiental propia que nos compromete a minimizar, regular y autogestionar la contaminación generada por nuestras actividades".

El 43% de la electricidad que utiliza el grupo ya procede de fuentes renovables. El compromiso próximo es que se alcance el 100% en 2025, en todos los países donde sea posible obtener certificado energético. El banco ya lo ha logrado en todos los edificios de oficinas y sucursales de Santander en Alemania, España y Reino Unido. Estados Unidos y Brasil también consumen energía verde en algunas de sus instalaciones.

¿Qué significa ser 100% neutros en carbono?

La neutralidad en carbono se alcanza cuando un organismo, empresa e incluso una persona física toma las medidas necesarias para dejar de emitir CO a la atmósfera reduciendo su propia huella. En algunos casos, cuando una parte de las emisiones no se pueden eliminar, se pueden compensar para alcanzar la neutralidad. La compensación no es una medida sustitutiva de la reducción pero sí complementaria para las emisiones remanentes que hoy no es posible reducir.

¿Cómo se compensan las emisiones que no se ha podido eliminar aún?

Existen dos alternativas: desarrollar proyectos para eliminar emisiones que ya están en la atmosfera o impulsar iniciativas que eviten emisiones contaminantes. Es decir, que para determinar si una empresa es 100% neutra en carbono, tenemos que recurrir a la calculadora. Por un lado, debemos tener en cuenta las emisiones brutas que produce la compañía en un periodo de tiempo limitado. Y por otro, la cantidad de créditos de carbono que adquiere procedentes de proyectos de compensación que, como se ha explicado antes, o bien absorben emisiones ya existentes en la atmósfera (ej: reforestación) o bien las evitan (ej: energías renovables). Al primer factor le restamos el segundo: emisiones producidas-emisiones compensadas. Si el resultado de esta resta es cero, podemos concluir que hemos conseguido ser neutros en carbono.

¿Cómo lo ha hecho Banco Santander?

Desde 2011, el grupo mide, reporta y reduce la huella ambiental en todas sus instalaciones. Una medición que tiene en cuenta el consumo energético y de materias primas, los residuos de papel y cartón que se generan y las emisiones derivadas de dichos consumos y de los desplazamientos de los empleados en los principales mercados donde opera. A las reducciones alcanzadas, en 2019 se fijó como objetivo lograr que el 100% de la electricidad que consume a nivel global provenga totalmente de fuentes renovables en 2025. A cierre de 2020, Santander alcanzó el 57%. El compromiso con la protección del medio ambiente se une al objetivo de eliminar en 2021 el 100% del plástico innecesario de un solo uso en todas las oficinas y edificios.

¿Cómo ha compensado las emisiones?

Además de las medidas adoptadas desde 2011 para reducir su propia huella y los objetivos marcados en uso de energías renovables, Santander desarrolló un plan de compensación de emisiones cimentado sobre cinco proyectos en México, España, Brasil, Alemania y Estados Unidos, a través de la compra de créditos de carbono generados por proyectos que, o bien evitan emisiones a la atmósfera, o bien captan gases ya emitidos, avalados y verificados por los estándares internacionales más reconocidos y enfocados al desarrollo de la energía eólica e hidroeléctrica, la reforestación y la reducción de emisiones de óxido nitroso (NO). En conjunto, se trata de un proyecto internacional y colaborativo que forma parte del compromiso del banco en la lucha contra el cambio climático.

¿Cómo ayuda a los clientes a ser también neutros en carbono?

La presidenta del Banco, Ana Botín, ha manifestado el objetivo de acompañar a todos los clientes en la transición a una economía baja en carbono y en modelos de negocio más sostenibles, con soluciones y productos diseñados para las diferentes geografías, industrias y segmentos del mercado. Durante los últimos 10 años, Santander ha sido el único banco en el mundo entre los 10 primeros financiadores en renovables, tanto en volumen como en número de operaciones, y líder en los últimos cinco, según Dealogic. En 2021 sigue ampliando la oferta de soluciones sostenibles. El grupo se ha comprometido a financiar o facilitar la movilización de 120.000 millones de euros en financiación verde entre 2019 y 2025, y de 220.000 millones en 2030 para combatir el cambio climático. A cierre de 2020, ya había financiado o facilitado 33.800 millones en financiación verde.

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Santander Corporate & Investment Banking, la división para banca institucional, cerró 2020 como líder mundial en financiación de renovable y ha creado un equipo global de soluciones en sostenibilidad, gobernanza y medio ambiente (ESG), mientras que Santander Wealth Management & Insurance cuenta (a través de los fondos de Santander Asset Management) con casi 7.000 millones de euros en activos bajo gestión que invierten con criterios sostenibles en todo el mundo. A ello se suma las soluciones verdes que el banco ofrece, entre las que se incluyen: hipotecas verdes; préstamos para la eficiencia energética; préstamos para la instalación de paneles solares, para adquirir vehículos eléctricos y para la agricultura con bajas emisiones de carbono; soluciones de inversión ESG, y servicios adicionales como tarjetas ecológicas y la herramienta de medición de la huella de carbono del grupo, que permite a los clientes compensar sus emisiones.

"Nuestra responsabilidad como entidad relevante en la transición hacia una economía baja en carbono", dice el banco, "nos acompaña en todo momento". "Por ello, abogamos por una economía verde e inclusiva, y mostramos nuestro apoyo a aquellos sectores de progreso con capacidad para conducirnos hacia la transición ecológica. Estamos orgullosos de ser miembro fundador de los Principios de Banca Responsable y signatario del Compromiso de Acción por el Clima de la ONU para acelerar la transición a una economía baja en carbono y de ser el primer banco en adherirnos a la Alianza para la Recuperación Verde promovida por el Parlamento Europeo para impulsar acciones e inversiones para alcanzar la neutralidad climática y conseguir ecosistemas saludables".

El calentamiento global es el mayor desafío de nuestra época. La ONU alerta de que el aumento de la temperatura en más de 2°C provocará una mayor escasez de agua, el incremento de los incendios y la inestabilidad del sistema alimentario, entre otras consecuencias.

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