Sala de visionado

Un significativo episodio de la censura en España

Si repasamos nuestros recuerdos televisivos con alguien de nuestra generación de cualquier país occidental, con seguridad nos daremos cuenta de la gran cantidad de referentes que compartimos. Salvo alguna excepción llamativa.

¿Sabíais que en España casi nadie conoce una de las más importantes series de toda la historia de la televisión? En cualquier ranking que se precie figurará siempre entre las cinco mejores. Fue una de las más vistas en toda la década de los 70 y su influencia en la comedia posterior llega hasta hoy. Fue un increíble éxito. Fue la primera serie que se mantuvo como líder de audiencia durante cinco años consecutivos. Fue también una de las más longevas de la historia, emitiéndose entre 1971 y 1979 y continuando con un spin-off hasta 1983. Inventó el género de las sitcoms políticamente incorrectas que tanta tradición ha arrastrado desde entonces. Se llamaba All in the Family. Casi todas las comedias rupturistas tienen siempre como referente este clásico televisivo. Hasta series de animación como Los Simpsons o Family Guy reconocen la fuente de inspiración. De hecho, la cabecera de Family Guy es un homenaje a la original de All in the Family.

En España, TVE decidió no emitirla en su momento pese a ser el mayor acontecimiento de la década de los 70. La razón: la censura. Resulta muy difícil explicar a los más jóvenes la frustración que arrastramos quienes generacionalmente padecimos los efectos de la censura franquista. Y no hablo sólo de la repugnante represión política, sino también de la represión cultural y social. Ser un adolescente en los 70 en España era sobre todo enormemente aburrido. Los manipuladores ideológicos más modernos han aprendido a entretenernos con llamativas distracciones. El franquismo parecía tener un especial interés en que se notara qué régimen teníamos y a qué limitadas actividades teníamos derecho. En la lista de lo prohibido, había una vivencia que era especialmente inaccesible para los jóvenes. Divertirse era subversivo. Hasta el entretenimiento fue podado de nuestras vidas. Por supuesto, también en la televisión. Una serie legendaria como All In The Family debería obligatoriamente formar parte de nuestra memoria colectiva. La censura lo impidió.

All in the family fue la primera experiencia políticamente incorrecta que vivió la televisión norteamericana en su historia. El primer episodio se emitió el 12 de enero de 1971 y tras duras discusiones internas en la cadena, la CBS, salió al aire con un cartel por delante que advertía al público sobre la posibilidad de que hiriera la sensibilidad de algunos espectadores. Decía así: “El programa que están a punto de ver es All in the Family. Se trata de una visión humorística de nuestros defectos, prejuicios y preocupaciones. Haciendo de ellos una fuente de risas, esperamos enseñar, de una forma madura, simplemente lo absurdos que son en realidad”. El nombre detrás de este gran hito de la historia es el de Norman Lear. Aún vive. Tiene 93 años. El pasado domingo, el canal nostálgico TV Land, le otorgó un premio a su impresionante trayectoria. Sus primeras palabras de agradecimiento fueron ¡Holy Shit! En español no tiene traducción directa. Sería algo así como ¡La hostia puta!, por hacernos una idea. Suena bastante fuerte en Estados Unidos, sobre todo si se dice desde el escenario de una gala de Hollywood. La cadena utilizó un pitido para tapar la cordial celebración. Así es el tipo aún hoy en día.

En realidad, se trataba de una adaptación de una serie británica de gran éxito emitida en la BBC entre 1965 y 1975, Till Death Us Do Part (Hasta que la muerte nos separe). Por supuesto, tampoco se emitió en España. Demasiado irreverente. La comedia original narraba la historia de la familia Garnett. El padre era un ultraconservador, racista y absolutamente retrógrado. Su mujer intentaba sobrevivir a duras penas a su lado. La hija era fuente de enfrentamiento permanente, especialmente desde que decide casarse con un joven troskista que desata todos los demonios de su suegro. Como simple curiosidad, el papel del joven izquierdista fue representado por un actor llamado Anthony Booth, que en la vida real sería padre de una niña llamada Cherie, que años más tarde se convertiría en la mujer de Tony Blair.

El éxito de Till Death Us Do Part llegó a Estados Unidos y fue objeto de artículos y reportajes. Uno de ellos, publicado en la revista Variety, llamó la atención del productor Norman Lear, que vio clara la posibilidad de trasladar la idea al otro lado del Atlántico. Decidió cambiar bastantes detalles de la comedia inglesa, pero mantuvo la esencia del argumento principal: La difícil coexistencia entre el espíritu ultraconservador imperante en amplios sectores de la sociedad y los tiempos de cambio que desde finales de los 60 inundan el mundo.

All in the Family fue un gran éxito desde los primeros episodios. En la serie, el protagonista era un taxista llamado Archie Bunker. Su apellido lo decía todo. Así era su mentalidad: un bunker. En varias enciclopedias televisivas, el personaje (interpretado magistralmente por Carroll O'Connor) está considerado como el más importante de la historia de las series estadounidenses. Era un taxista, a la derecha de los republicanos: Intransigente, radical, racista, machista, homófobo, tradicionalista, … Una joya. Vive con su mujer, resignada a sobrellevarle, y con su deliciosa y adorada hija, hasta que se ennovia con un hippie de origen polaco, desempleado, soñador y liberal. Por cierto, el papel del joven yerno lo representó Rob Reiner, que años después se convertiría en prestigioso director de cine, con películas inolvidables como La Princesa Prometida a sus espaldas. La serie era la pura representación de la época. En 1968, el mundo cambió no sólo en Paris.

En Estados Unidos los movimientos juveniles eclosionaron con fuerza desde finales de los sesenta. Las universidades despertaron y la cultura hippie se extendió desde California. Se combinaron los movimientos pacifistas contra la intervención en Vietnam, con las movilizaciones contra el racismo; la lucha por los derechos de la mujer, con los primeros defensores públicos de los derechos de gays y lesbianas; el capitalismo entraba en crisis de forma generalizada por vez primera desde el final de la guerra mundial. El sueño americano empezaba a desmoronarse y los jóvenes apuestan por la cultura pop, el amor libre y las drogas, de las que aún se desconocen sus efectos. Y esa encrucijada social era el centro de atención de All in the Family. Archie Bunker y millones de americanos no estaban dispuestos a que su América perdiera sus valores.

Cada semana, la serie era capaz de convulsionar la sociedad norteamericana. No había tabú que se resistiera a ser agitado. Así ocurrió cuando Archie Bunker va a donar sangre y descubre que blancos y negros donan indiscriminadamente sin que en el hospital se especifique el origen racial de cada muestra. O cuando abordaron asuntos como el divorcio, el aborto, la menopausia, los abusos sexuales, el cáncer, Vietnam, la religión, etc. Todavía hoy muchos de los episodios protagonizados por los Bunker suelen ser referencia obligada para recordar la década de los 70. Varios de ellos figuran siempre en los rankings de los mejores momentos de la historia del sitcom. Seguramente el más aclamado de todos ellos fue el titulado Sammy's visit. En el episodio, Sammy Davis Jr., un famosísimo cantante de la época, tiene que pasar por casa de los Bunker a recoger un maletín que se había dejado olvidado en el taxi de Archie. El cantante, además de negro, era judío y con un ojo de cristal. El biotipo preferido de un facha racista. La conversación de Sammy Davis Jr. con Archie Bunker es sin duda una de las mejores secuencias de la historia de la televisión. Los diálogos aún hoy siguen sonando fuertes y, de hecho, muchas de las frases serían hoy consideradas demasiado incorrectas y a duras penas se incluirían en los guiones actuales.

All in the Family es el paradigma de la televisión clásica basada en el guión y en el trabajo de los actores por encima de todo lo demás. La puesta en escena no puede ser más sencilla, siguiendo el canon marcado en los 50 por Desi Arnaz en I Love Lucy, y la falta de recursos añadidos es la norma. Es evidente que la ficción televisiva ha avanzado positivamente con los años, pero no deja de sorprender la fuerza de la simplicidad de un clásico tan trascendente e influyente en las décadas posteriores.

El curioso hecho de que una de los más importantes títulos de la historia de la televisión fuera prohibido en España merece una reflexión. Cabría entender, si somos capaces de ponernos en una mentalidad totalitaria, que durante la dictadura franquista se decidiera no permitir que los españoles viéramos una serie que ridiculizaba las mentalidades retrógradas y que abría con valentía el debate sobre los retos a los que se enfrentaba la sociedad de la época. Mucho más difícil de entender es la decisión de los directivos de la transición que siguieron cerrando el paso a All in the Family en España. Como especulación, cabe suponer que pensaron que reírse de los comportamientos de los fachas americanos podía ser leído en clave comparativa nacional.

Por cierto ¿Quién era el director de programas de TVE cuando All in the Family empieza a ser un éxito mundial y se rechaza la idea de traerla a España? Se llamaba Adolfo Suárez. Después llegaría a ser Director General de RTVE durante la dictadura y la serie tampoco llegó a nuestras pantallas. En 1976, Suárez es ya Presidente del Gobierno. Hasta 1979, All in the Family siguió emitiéndose en la CBS y en medio mundo. No en España.

Norman Lear a sus 93 años sigue en plena actividad. En su carrera desarrolló 16 series y ahora acaba de anunciar el arranque de una nueva, encargada por Netflix. Se trata de una adaptación de otro clásico de los años 70 y 80, Once Day At A Time.

Además, en la última edición del festival de Sundance fue presentado un documental, de hora y media de duración, sobre su impresionante carrera profesional, producido por la PBS, la televisión pública estadounidense, cuyos derechos han sido adquiridos por Netflix. Se titula Norman Lear: Just Another Version Of You. Y, por si fuera poco, sigue metido en el activismo social. A su edad, sigue siendo un luchador en defensa de la igualdad y las ideas progresistas. Trabaja desde su propia organización, llamada People For The American Way, dedicada la defensa de valores de izquierda en la complicada actual vida política estadounidense. Si alguien quiere conocerle un poco más a fondo, y a la espera de que llegue a Netflix el documental sobre su vida y su obra, hay abundante material en Youtube en torno a su figura. Hay quitarse el sombrero ante él. Por cierto, que a él le ha gustado llevarlo puesto casi siempre.

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* La serie All in the Family no está disponible en ningún canal. Puede adquirirse completa en DVD en versión original a través de Amazon.

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