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A relaxing cup of democracia

A relaxing cup of democracia

Aníbal Malvar

¿A que no sabes a quién he votado?

Doña Engracia, boticaria jubilada, excandidata a la alcaldía por el PP en el disperso municipio gallego de Lousame, católica, bella y sentimental como un Bradomín hembra, me lo ha preguntado con sonrisa gamberra y algo infantilizada. Como si se hubiera comido las guindas de un pastel. La miro en silencio y me achina más los ojos, igual que una novia contenta.

-He votado a Podemos.

-No jodas, madre.

Definitivamente, algo está cambiando en España. Temo que me dé un paralís si a continuación me anuncia que ya no va a volver a poner la equis fiscal en la casilla de la iglesia.

-Iba a votar al Partido X, pero no encontré la papeleta y pensé que era esa, la de la cara del chico, de Pablo Iglesias. Ahora estoy muy contenta, de todas formas. Fíjate qué susto le hemos pegado a esos ladrones. A esos cabrones.

Me desmayo delicadamente sobre el parqué y mi madre acude con las sales sin dejar de reírse. Un 10% de los votos de Podemos en las elecciones europeas procede del PP, dicen las encuestas. Pero nunca te esperas que te haga algo así tu propia madre. El concepto de familia se desmorona.

Después, en la comida familiar, se sigue hablando del tema, de unas encuestas poselectorales, realizadas por el Gabinet d'Estudis Socials i Opinió Pública (Gesop) para toda España, que auparían a Podemos como tercera fuerza política del país con 58 escaños.

-¿Y tú que piensas de todo esto?

-No lo sé. Habrá que ver. Todavía no han tenido oportunidad de hacer nada. A ver qué pasa.

-¿Cómo que todavía no han hecho nada? -replica mi madre con exaltación cronopia-. Ya se han cargado a Rubalcaba y se han cargado a un rey. ¿Te parece poco? A veces me da miedo que en el fondo seas un ignorante, hijo.

Dejando a un lado el hecho de que la abdicación (quizá) ya estaba anunciada de antemano a los petits comités de PP y del PSOE, la sensación general es que el pueblo, los electores, quizá Podemos, Izquierda Unida, el republicanismo catalán, los partidos emergentes y los liliputienses, pero sobre todo la puta calle, se han cargado a este rey.

Es curiosa la manera casi democrática que tienen los Borbones de abandonarnos a los españoles a nuestra republicana suerte. Alfonso XIII desertó después de unas municipales. Y ahora su nieto Juan Carlos se rebaja a hacerlo tras unas europeas, que en teoría no interesan a nadie. Algo está pasando en España, ya se ha dicho.

La propia ceremonia de la coronación de Felipe VI, 19 de junio, fue un relativo fiasco. No igualó en asistentes a algunas de las convocatorias contestatarias de las distintas marcas surgidas del 15-M. Y, si se compara con el fervor monárquico que desató en las calles de Madrid la boda de Felipe y Letizia el 22 de mayo de hace una década, es para preocuparse si te apellidas Borbón.

La misma mañana de la abdicación, la izquierda en bloque, los nacionalistas y la calle se aprestaron a demandar el referéndum monarquía/república que lleva atronando las calles desde los albores del movimiento indignado. “El problema es qué república se quiere. Yo he escuchado a portavoces de IU y Podemos decir algo tan irresponsable como esto: primero república y después ya veremos. Es meter al pueblo en un callejón sin salida”, dice el experto constitucionlista Antonio Torres del Moral. Otra cosa es que considere necesario un cambio profundo en la Constitución muy en la línea del que se ha planteado en las calles: “Tienen razón al denunciar que, tal y como está redactada la actual Constitución, sanidad y educación no se han convertido en derechos fundamentales. Algo que se solventaría incluyéndolos en la sección I del capítulo II de la Carta. Lo mismo que la defensa del medio ambiente. Lo que pasa es que esos cambios después hay que financiarlos, y eso es carísimo”.

Reforma de la Constitución

La piedra filosofal que para los pos-setentayochistas podría redefinir en profundidad la naturaleza de la Constitución española (esto es, cambiarla desde los cimientos) está en la revisión profunda del Título II (de la Corona). Que mantiene la discriminatoria preeminencia del varón en la línea sucesoria. “Lo que pasa es que, con la abdicación, se ha ganado tiempo: ya no urge hasta dentro de 20 años”, se lamenta Torres del Moral, recordando que “el solo cambio de una coma” en dicho título obligaría a disolver las Cortes, convocar elecciones, someter la modificación a referéndum y volver a refrendarla en las cámaras. Espectáculo que, en este momento, al PP y al PSOE les aterraría contemplar. Porque la emergencia poderosa del republicanismo, de las calles a los partidos políticos de izquierdas, amenaza con superar en las urnas, en no mucho tiempo, al binomio PP/PSOE.

De hacer caso al barómetro del Gesop realizado entre el 27 y el 31 de mayo, IU pasaría de ocho a más de 30 diputados, ERC de tres a ocho o nueve y Podemos obtendría en unas elecciones generales más de 3.650.000 votos. Casi triplicando, en siete días, las 1.250.000 papeletas colectadas en las europeas. Ni siquiera el prestidigitador Felipe González de la transición segó con tanta velocidad los pies del viejo régimen en 1979: en aquellas elecciones generales embolsó 5.469.813 sufragios. El censo de entonces era sensiblemente menor, vale. Pero la Historia de España concedía ya un siglo de historia a la formación del otro Pablo Iglesias (con perdón por la comparanza). Y Podemos no ha cumplido aún ni cinco meses. A no ser que lo veamos algo más viejo y remontemos su semilla a un 15 de mayo de 2011. Fecha en que 40 presuntos perroflautas decidieron acampar en la Puerta del Sol madrileña por el simple hecho de que estaban indignados.

De las calles a las urnas

Kike Castelló, informático con casi 20 años de experiencia laboral, era uno de aquellos perroflautas anecdóticos que descapullaron aquella primavera. Kike Castelló está hoy cordialmente cabreado. La ceremonia de coronación de Felipe VI le ha causado algunos malestares e inconvenientes. “Iba a una entrevista y de repente los policías me empiezan a cortar calles. Yendo a pie, ¿eh? Si es tan amable, caballero, siga por aquí. Esta calle está cortada. Doy un rodeo. Disculpe, pero, por esta otra calle no se puede transitar... Y así no sé cuántas veces. Al final dije delante de un policía: Me cago en el puto rey. Pero ni me pegaron ni nada”.

Un niño introduce el voto de su padre en una urna. EFE

La anécdota policial no es baladí. Ese 19 de junio se detuvo a varias personas en Madrid por exhibir símbolos republicanos. En ninguna de las imágenes difundidas por redes y medios se observa resistencia a la autoridad. Sólo la negativa a que te arrebaten una bandera, un simple paño tricolor, o una chapa de tres centímetros de diámetro prendida en el pecho, por razones de seguridad inextricables y arbitrarias. La policía se empleó a fondo, con golpes y empujones. Se vio a una mujer de gafas y cuerpo ancho rodando por el suelo y protegiendo su oriflama como si fuera un hijo. No se sabe de rey alguno que haya sido nunca asesinado con una bandera tan pequeña por una señora de gafas.

El caso es que Kike Castelló se cagó “en el puto rey” delante de un policía, ese mismo día de la emotiva coronación militar de Felipe VI, y no le sucedió desgracia alguna. Castelló fundó y es el portavoz de Democracia Real Ya (DRY), uno de los movimientos que convocó el 15-M.

-¿Es Podemos el partido del 15-M?

-Podemos no es el partido del 15-M. El 15-M es apartidista y horizontal. Un lobby de ciudadanos. Nunca ha propuesto una línea electoral, y es, fue y será imposible de encajar dentro de ningún partido político. Pero sí que es verdad que Podemos no habría nacido jamás si no hubiera existido antes el movimiento del 15-M.

-Pablo Iglesias reconoce su deuda con el 15-M.

-Podemos supo leer las demandas del 15-M en clave política. Una de las consignas del 15-M era, por supuesto, Sí se puede. O sea: podemos. Algunos partidos quisieron canibalizarlo. Y, dentro de Podemos, también participan algunos partidos tradicionales, como Izquierda Anticapitalista. Pero esos partidos no han conseguido canibalizar a Podemos. Es Podemos el que los está canibalizando a ellos.

-¿La gente de DRY ha votado mayoritariamente a Podemos?

-No lo sé. Pero la gente que yo conozco ha tenido un voto bastante dividido: IU, Pacma, Equo, Pirata, Partido X, Podemos... Hubo gente que no votó e incluso hubo colegas que votaron al PSOE. Para que veas.

-Ahora Podemos se mete en la selva. ¿Qué crees que va a pasar con ellos?

-El peligro de Podemos es que su éxito tenga un efecto desmovilizador. Que la gente deje de hacer política en la calle pensando que con su voto a Podemos ya van a cambiar las cosas. Que ya puede dejar de ir a la asamblea, al círculo y a la manifestación. Es lo que hizo Felipe González con los sindicatos, con los barrios, con la calle, en 1982. Desmovilizarlos. No podemos volver a dejar la política en manos de políticos profesionales, como hicimos entonces. Sean quienes sean. La gran ventaja de Podemos es la organización en círculos, que es su idea más genuinamente quincemera.

Organización en círculos

Los círculos son agrupaciones abiertas, asamblearias y horizontales, no sometidas a ningún tipo de disciplina de partido. Un círculo lo pueden formar dos personas o 1.000. Hay círculos locales, de barrio, profesionales, sectoriales, culturales..., hasta un círculo Fuerzas Armadas activo en Facebook (donde existen 33) en el que participan militares, no solo antimilitaristas. Podemos contaba con 300 círculos en todo el mundo (la mayoría, por supuesto, en España) antes de las elecciones europeas. El éxito electoral ha disparado su número y su capacidad de convocatoria. El de Valencia contaba con unas 100 personas antes del 25-M. A la siguiente reunión acudieron cerca de 1.000.

Manzanares el Real es un pueblo a los pies de la sierra madrileña de Guadarrama. Se dice que fue tierra de druidas en tiempos lejanos (1.000 a.c.). Tiene 8.000 habitantes y está gobernado por un PSOE sin mayoría absoluta. Un 14% de sus pobladores proviene de otros países. En 2012 (últimos datos disponibles), hubo 106 nacimientos y 51 muertes: un pueblo raro para la demografía actual. Este 25-M, Podemos superó a PSOE e IU (367, 361 y 350 votos). El PP obtuvo 696. Respecto a los comicios de 2009, PP y PSOE perdieron la mitad de sus papeletas e IU casi las triplicó. Pero aun así no pudo evitar el fulgurante sorpasso de Podemos.sorpasso

Un miembro del gobierno local del pueblo, en conversación informal con tintaLibre, justificó el éxito local de Podemos aludiendo a su robustez estructural: “En Manzanares están muy bien organizados, tienen un círculo fuerte”. Sin embargo, fue imposible dar con ninguno de ellos en una semana de búsqueda. Tampoco había ninguna página de Facebook o cuenta en Twitter que facilitara el contacto. Misterioso colectivo, incluso mejor escondido que organizado. Finalmente, el 18 de junio Facebook alumbra una página de Podemos Manzanares.

-Coño, sois más difíciles de desenmascarar que el topo de John Le Carré.

-No te entiendo...

-Me han dicho que estáis muy bien organizados aquí en Manzanares, pero no había manera de localizaros.

-¡Cómo nos ibas a localizar, si creamos el círculo hace tres días!

-O sea, que un partido que no existía en Manzanares se ha convertido en la segunda fuerza más votada del pueblo.

-Es una manera de resumirlo.

Quien habla es Alain Helies, 30 años, origen francés, votante de Podemos, técnico administrativo en Pecovasa Renfe Mercancías, licenciado en Comercio Internacional y máster en Cooperación al Desarrollo. Desde 2011, es miembro del 15-M local. Asiste con regularidad a asambleas y plenos consistoriales. Y ha visto cómo, en Manzanares al menos, el 15-M se iba desinflando durante estos tres últimos años: “La asamblea aquí estaba casi en estado de muerte. En 2011 éramos 300, y ahora solo quedábamos 10 o 20 personas activas. Pero a las dos últimas asambleas, después de la elecciones, ya han acudido 60 y 100 personas”.

El círculo de Podemos ha decidido, en asamblea (hasta quién paga las cañas se decide en asamblea), que sea Alain quien atienda en este caso al periodista. Alain y otra mujer, que prefiere no dar su identidad por algún inextricable prurito clandestino. La llamaré Begoña. En las últimas europeas votó a Equo.

Pocos días después del 25-M, los supervivientes del moribundo 15-M manzanariego decidieron crear un círculo. Uno que conocía a otro que tenía un amigo en Madrid con un teléfono de alguien del núcleo fundacional, llevó noticia a Podemos de la gestación de este nuevo círculo. El 12 de junio, Marta, miembro del círculo madrileño de Montecarmelo, acudió a la asamblea preconstitutiva. Un centenar de manzanariegos se acercó al parque para asistir a aquella reunión al aire libre.

-¿Os animó Marta a crear una candidatura para las municipales?

-No. Más bien nos alertó de los riesgos de meternos en una candidatura. Este ayuntamiento tiene una deuda del copón. Hay pueblos que pueden ser muy complicados de heredar.

-¿Vosotros queréis montar la candidatura?

-Yo sí -contesta Alain, y Begoña asiente-. Creo que sí se puede crear una candidatura para Manzanares, y yo voy a trabajar en ello.

-¿Qué piensas proponer?

-La creación de grupos dedicados a estudiar el urbanismo, el tema medioambiental, lo social, la sanidad, la cultura... Buscar las debilidades del pueblo y dar propuestas temáticas para que se pueda vivir mejor aquí. Y, a partir de ahí, elaborar un programa.

-Los críticos de Podemos dicen que no estaréis preparados para gobernar ni el país ni un ayuntamiento. ¿Vosotros os sentís preparados para ser concejal o alcalde de Manzanares?

-Yo sí -contesta Alain con rotundidad bretona.

-Yo no -Begoña no es menos contundente.

-¿Por qué no?

-Quizás estoy capacitada, pero no quiero. Por mi forma de ser.

-¿Y tú por qué sí, Alain?

-Ya te he dicho que asisto a los plenos desde hace años. Viendo a la gente del gobierno municipal y la oposición, yo no observo a los compañeros del círculo menos preparados que ellos. No quiero ser faltón... Pero bueno, algunos son gente que muy formada no está. No creo que nos vaya a ser tan difícil articular una candidatura de igual o mayor nivel que las de ellos. Uniposible ya está formando a gente en municipalismo.

Uniposible es una universidad outsider creada hace dos años por la Asamblea 15-M de la Sierra Norte de Madrid. Ofrece cursos gratuitos de todo tipo: agroecología, energía, audiovisual, psicología, servicios públicos, municipalismo... También Podemos, informa Alain, prepara para este verano una Escuela de Municipalismo con el fin de preparar a sus candidatos, con cursos impartidos por personas que han tenido experiencia en gestión municipal, finanzas locales, sanidad, cultura, infraestructuras...

-Es curioso -le digo a Alain-. Podemos, en cierto modo, nace del 15-M. Y ahora resulta que el 15-M renace gracias a Podemos. En vuestro caso, al menos, parece obvio.

-El trabajo en asambleas del 15-M es agotador. La gente se cansa de discusiones generalistas y deja de ir. No siente que eso sirve para algo. Pero si esas asambleas las planteas para algo tan concreto como crear una candidatura, o para aportar ideas concretas sobre cómo mejorar el estado medioambiental del ayuntamiento en el que vives, cambia el chip. Al principio, el 15-M fue la mosca cojonera del sistema. Pero después dejó de serlo. Ahora la mosca cojonera es Podemos.

Manifestante durante la proclamación de Felipe VI. ANTONIO VICO

No es difícil escuchar el zumbido de la mosca cojonera molestando a los viejos padres de la patria. No sólo a los representantes de los partidos tradicionales. De la casta. Periódicos que antaño fueron biblia cotidiana del progresismo, hoy falsean historias sobre la financiación venezolana de Podemos y anuncian divisiones apocalípticas y puñaladas hamletianas entre los impulsores del nuevo y feraz partido.

Entre las asambleas e Internet

La forma de dar voz en decisiones fundamentales a los ya casi 500 círculos que gravitan en la órbita Podemos, es una de las candelas donde arde el mayor disenso en el seno de la formación. La corriente más tradicionalista de Podemos propone que un delegado dé voz a cada círculo en una reunión de portavoces. Inconvenientes: posibles caudillismos en los círculos que apaguen voces disidentes y ruptura del ideal de pulcra horizontalidad. La facción más quincemera sigue soñando con decisiones abiertas a la ciudadanía. Inconvenientes: intrusismo malintencionado en el voto, que el debate de los círculos pueda acabar siendo acaudillado por las propuestas unidireccionales de la exitosa “dirección nacional”, y que todavía no existan medios técnicos para garantizar la limpieza del voto digital. Además, según datos recientes del Observatorio Nacional de las Telecomunicaciones, en España hay 29 millones de usuarios de internet. Pero 8,5 millones personas jamás han utilizado esta herramienta y podrían ser condenados al silencio plebiscitario.

El mismo debate se está encendiendo en el resto de formaciones de izquierdas: ¿Hay medios ya para garantizar la democracia participativa constante en la toma de decisiones tanto en los partidos como bajo un gobierno abiertamente plebiscitario?

Mauro Fuentes es director de Social@Ogilvy en España. Nada que ver con el 15-M ni con Podemos. Es un consultor especialista en uso de redes sociales con fines comerciales. Ogilvy ha asesorado a multinacionales como IBM o Ford.

-¿Se puede conseguir una democracia real e instantánea a través de las redes sociales u otros mecanismos, de forma que cada decisión de un partido se pueda plebiscitar?

-No hay nada imposible desde el punto de vista tecnológico. Pero llevar eso a la práctica es más difícil. Hay que certificar la identidad y la veracidad. No lo veo viable, aunque serviría para analizar el pulso de la gente.

-Hay plataformas, como change.org, que te piden datos personales para que apoyes sus iniciativas. ¿Podría ser ese el método? ¿Pueden ser manipuladas?

-Es más difícil que, por ejemplo, hacerlo en Twitter, donde puedes generar decenas de miles de perfiles falsos y alterar resultados. Pero sí se podría manipular.

-El origen en red de los nuevos movimientos contestatarios ha llevado a este gobierno a perseguir y detener a tuiteros. El gobierno anterior también los vigilaba. Yo publiqué ya hace años entrevistas a policías reconociendo que hacían seguimiento de los correos y mensajes en redes sociales de los primeros impulsores del 15-M.

-En un sistema como el nuestro es imposible poner puertas al campo, pero es fácil generar miedo entre los usuarios eligiendo chivos expiatorios. Lo que pasa es que están provocando el efecto contrario. Mucha gente, cuanto más perseguida se siente, menos quiere callarse. Se niegan a hacer política solamente cada cuatro años. Las redes no son sólo un espacio de libertad, son un espacio desde donde haces crecer día a día tu libertad.

-Los partidos tradicionales no han sabido utilizar estas armas.

-También en eso están generando efecto contrario. Han creado perfiles en Twitter muy activos durante la campaña y, en cuanto se ha votado, los han abandonado. Eso produce desconfianza. Podemos no. Hasta han conseguido que la gente se vuelva a leer un programa electoral. En el mundo de la publicidad y la comunicación, en el que yo trabajo, las redes sociales lo cambiaron todo. O nos dejábamos arrastrar por la ola o intentábamos surfearla. Los partidos tradicionales no la han sabido surfear.

El surfeo en red que promovió aquel 15 de mayo de 2011, del que ha nacido todo esto, atrajo a la puerta del Sol y a los demás núcleos de protesta sobre todo a gente joven. Después se fue extendiendo como una enredadera y atrapó a médicos, catedráticos, jubilados, obreros, parados, precarios, sexólogos tántricos, diletantes, militares, policías e incluso a Jorge Vestrynge.

Un espectro disperso de votantes

Hoy, según una encuesta de Metroscopia elaborada una semana después de las últimas elecciones europeas, Podemos dispersa su espectro de voto por las edades que le da la gana. Como el 15-M. Un 34% de sus votantes tiene entre 18 y 34 años. El 45% entre 35 y 54. El 21% supera esa edad. El 50% trabaja, el 22% está en paro, el 15% son estudiantes, el 9% pensionistas y el 4% anda en sus labores. El 65% tiene estudios de segundo grado o inferiores, el 35% son universitarios de grado medio o superior.

La primera manifestación ciudadana del franquismo la protagonizaron, en 1956, los estudiantes de la Universidad Complutense de Madrid. El 26 de marzo de este 2014, medio siglo y pico después, más de 50 estudiantes fueron detenidos en la misma alma máter tras unas protestas contra los recortes en educación.

Monserrat Galcerán, catedrática de Filosofía de la Universidad Complutense y activista de la marea verde, ya había percibido un 15-M en las aulas antes del 15 de mayo. “Es cierto que hay jóvenes que se desentienden de la política. Pero, por el contrario, una minoría parece redescubrirla. En la universidad, todo el periodo de lucha contra la implantación del proceso Bolonia despertó a muchos estudiantes, haciéndoles ver la importancia de intervenir para que ese cambio no se produjera. Muy poco después, una gran parte de esos jóvenes se incorporaron al 15-M y pasaron de intervenir en la universidad a hacerlo en un plano más general. A algunos de ellos los vuelvo a encontrar en Podemos”.

Una enseñanza crítica

Monserrat Galcerán no utiliza en ningún momento la palabra casta, pero se le intuye el eco cuando explica las exequias de las Humanidades que están oficiando los más recientes planes educativos: “El ataque contra las Humanidades se encuadra en una concepción tecnocrática y dirigista de la educación, mezclada en algunos casos con posiciones totalmente elitistas y clasistas. Algo así como que la gran mayoría de la población debe ser educada solamente para desempeñar un puesto de trabajo. Sus competencias deben reducirse a lo que los puestos de trabajo actuales exijan, incluyendo competencias conductuales tales como saber trabajar en equipo, hablar inglés, comunicarse con los compañeros, tener capacidad de liderazgo y otras por el estilo. Pero que estos futuros trabajadores no precisan conocimientos complejos y críticos, como por ejemplo historia, filologías, filosofía u otros semejantes”.

Aunque se le pide como catedrática de Filosofía, Galcerán no se atreve a etiquetar el pensamiento que ha generado todo esto. En España y en más sitios. “No hay un nombre único para este cambio en las teorías o explicaciones teóricas de lo político. Pero podríamos decir que, tras el gran giro que representó el posmodernismo en la década de los ochenta, las nuevas corrientes filosóficas como el posestructuralismo, la filosofía feminista o el pensamiento pos y descolonial, ponen en crisis la política clásica que parte de la diferencia entre gobernantes y gobernados, buscando nuevas formas de intervención que no se reduzcan al mero expediente de la representación”.

Vale. Los filósofos no le encuentran un nombre al pensamiento que cataliza lo que está sucediendo aquí y en tantas geografías. Habrá que trabajárselo. Quizá no estaría mal bautizarlo como a relaxing cup of democracia en la puerta del Sol. Hay mayos que duran más de 31 días. Algunos tardan en desgranarse varios años

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