Vuelvan ustedes mañana

La duda, a estas horas, es si el cónsul español en Boston se regía por el horario peninsular o por el norteamericano. De otra forma no se entiende que el representante español en esa ciudad echara la llave a las 17:00, como de costumbre, en la oficina diplomática; apenas habían transcurrido un par de horas de las explosiones que provocaron la muerte de al menos tres personas. No contento con su hazaña, Pablo Sánchez Terán, el diplomático, se vanagloriaba en los medios de comunicación de semejante proeza. La indignación ciudadana se percibe en comentarios como estos:

Las explicaciones de Terán provocan escalofríos:

Tanto es así, que el ministro de Exteriores no ha tardado en destituirlo:

No obstante, por aclamación tuitera, el comentario más cafre sobre los atentados de Boston no lo firma el excónsul (no tiene Twitter, que se sepa) sino el periodista deportivo Pipi Estrada:

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