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Lucha contra el fuego, pero sin Twitter

A la compañía estatal Tragsa, inmersa en un Expediente de Regulación de Empleo, no le gusta que sus empleados tengan Twitter. Según publica El Mundo, ha comunicado a sus trabajadores por carta que "en aras a garantizar la seguridad, el correcto desarrollo de las labores, se encuentra totalmente prohibido la utilización de cualquier dispositivo electrónico con el objetivo de captar imágenes, vídeos o audio de cualquier naturaleza". Las restricciones también se refieren a las redes sociales al prohibir "enviar correos o mensajes a cualquiera de las redes sociales existentes quedando el uso restringido a la realización de llamadas urgentes".

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