No sabe, no contesta

La infanta Cristina llegó el sábado por la mañana, en coche, hasta las puertas del juzgado de Palma de Mallorca, y vestida con su mejor sonrisa hierática, dio apenas una docena de pasos. Casi seis horas después, repitió el trayecto, camino de Marivent, sin apenas mudar el gesto. Al día siguiente, subía a un avión con rumbo a Ginebra, donde reside.

La parroquia tuitera, que sigue con expectación la imputación de la hija del rey, ha hecho esta lectura de la comparecencia de Cristina de Borbón ante el juez:

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