Aquí hay plan

Este libro combate el nazismo

Portada de 'Creer y destruir', un libro de Christian Ingrao en Acantilado.

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Algunos ven ya el final de sus vacaciones, otros vuelven somnolientos al trabajo y otros con menos suerte miran con envidia a los dos anteriores. Pero todavía se puede aprovechar el último de las vacaciones para disfrutar de un tiempo libre cultural que a menudo se echa de menos en el día a día. Tras la demostración de fuerza del neofascismo el pasado fin de semana en los Estados Unidos, hacemos una breve lista de libros que nos advierten sobre esta amenaza. Pero también nos queda lo nuevo de Sofia Coppola, la reposición de la primera obra de Salvador Távora o un circuito de museos alejados de los de primera línea, todavía atestados de afortunados turistas. 

Libros

"This machine kills fascists", "Esta máquina mata fascistas", escribió el cantautor estadounidense Woody Guthrie en su guitarra en 1941. Por si tuviera razón en su confianza optimista en el poder de la cultura, y ante la marcha neonazi que acabó con el asesinato de una mujer en Charlottesville, Virginia, el pasado sábado, recopilamos algunos títulos recientes que, si bien no matarán fascistas, quizás sí vacune a algunos contra ellos. 

 

Renacimiento editará en otoño Yo pagué a Hitler, de Fritz Thyssen (con Emery Reves como escritor en la sombra), que pone en evidencia, y desde la primera persona, los lazos entre fascismo y grandes fortunas. Pero no fue solo la élite económica quien aupó el Tercer Reich, también lo hizo la élite intelectual. Eso analiza Christian Ingrao en Creer y destruir. Los intelectuales en la máquina de guerra de las SS (publicado por Acantilado), que demuestra que los males del régimen nazi no eran producto de un delirio personal, sino que en su diseño participaron juristas, economistas, filósofos o historiadores. Y La matanza de Rechnitz, de Sacha Batthyanny (Seix Barral), da una idea de la pegajosa naturaleza del fascismo, capaz de marcar a varias generaciones con sus crímenes. 

Entre los muchos libros que han abordado los trágicos e irreversibles efectos del nazismo, señalamos dos aparecidos durante la pasada temporada: en Milena (Tusquets), Margarete Buber-Neumann hace justicia a su amiga Milena Jesenská, fallecida en en el campo de concentración de Ravensbrück, donde ella también estaba apresada. Esta le dijo, antes de morir de agotamiento: "Tú les dirás a los demás quién fui, serás mi juez clemente". Y Margarete lo hizo. En Mauthausen estuvo Antonio Hernández, exiliado republicano enviado por la Francia de Vichy a los campos de concentración nazis del que su sobrino nieto, Carlos Hernández, cuenta la historia en Deportado 4443, ayudado por el dibujante Ioannes Ensis

Por último, Cazadores de nazis (Turner), del periodista Andrew Magorski, relata el final de los dirigentes nazis, juzgados, escapados, perseguidos y rechazados por la sociedad. Casi todos.  

Cine

Este fin de semana llega uno de los pocos estrenos esperados de un verano tan insípido cinematográficamente hablando como casi todos los veranos. Tras Dunkerque (21 de julio), Spiderman Homecoming (28 de julio) y la independiente Baby driver (7 de julio) este viernes llega a los cines españoles La seducción, la nueva película de Sofia Coppola. El filme es una versión de la película del mismo nombre estrenada en 1971 por Don Siegel y basada, a su vez, en la novela de Thomas O. Cullinan publicada en 1966. Pero, si Siegel contaba la historia desde el punto de vista del único hombre (Clint Eastwood), Coppola la narra desde la perspectiva de ellas

La seducción se sitúa en una escuela femenina en Virginia durante la guerra civil estadounidense. Las únicas siete mujeres que quedan esperan, más pronto que tarde, la llegada de los unionistas cuando uno de sus soldados, John McBurney (Colin Farrell), herido, llama a su puerta pidiendo ayuda. La directora Martha Farnsworth (Nicole Kidman) y sus alumnas tendrán que afrontar la presencia de un extraño cuyas intenciones no conocen en su pequeño universo. 

Teatro

El teatro es una de las artes que más sufre la sequía de agosto. Las salas cierran —casi todas— y, quitando los grandes festivales como Almagro, el Grec o Mérida, al aficionado le costará encontrar una buena ración de artes escénicas. Pero algunos pocos enclaves resisten al calor. Lo hace Niebla, un pueblo de apenas 4.000 habitantes en la provincia de Huelva que aprovecha el aire que refresca su castillo para organizar, desde hace 23 años, un buen cartel para el verano. El festival funciona desde el pasado 8 de julio, y llega este fin de semana a su última función: Quejío, de Salvador Távora y su compañía La Cuadra de Sevilla. 

Y acaba por los principios, porque esta fue la ópera prima de Távora, hoy reconocido como "una figura clave en la historia de las artes escénicas", según rezaba el fallo del Max de Honor que recibió en la última entrega de estos galardones de las artes escénicas. Estrenada en 1972, la compañía celebra desde el pasado febrero sus 45 años de vida con la reposición de esta obra ya clásica. En ella, el elenco se revolvía, mediante el cante, contra la imagen turística del flamenco que ocultaba "el silencio dramático de la emigración", "las bocas cerradas del medio popular" y "el hambre, el analfabetismo y el chiste fácil de su cruda realidad".  

La obra, que sorteó milagrosamente la censura del franquismo, estuvo en cartel un mes en Madrid —denunciada en varias ocasiones por "subversiva"— antes de volar hasta París, donde fue muy aplaudida. Desde su reestreno en Sevilla el pasado febrero, Quejío ha pasado por Málaga, el Teatro Lliure de Barcelona y la Feria de Teatro en el Sur de Palma del Río (Córdoba). Su penúltima parada son las almenas de Niebla. 

Arte

Cuando el Museo del Prado, el Reina Sofía o la Casa Batlló viven su hora punta, es un buen momento para visitar centros de arte algo más alejados del circuito habitual. O que incluso, como estos, pueden constituir un circuito paralelo. La cosa va de residencias de artistas, como la casa natal de Cervantes, en Alcalá de Henares, donde vivió la familia Saavedra y en la que el autor del Quiote pasó sus años de infancia. O el Museo Sorolla, en Madrid, situado en la villa que perteneció a la familia desde 1911 y que conserva gran parte de la decoración que vio el valenciano. O el Museo del Greco, en Toledo, situado muy cerca de la vivieda del cretense, que fue arrasada por el fuego, pero que permite sumergirse en la ciudad que vivió el pintor. 

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Música

Una quincena dura un mes. O al menos, la Quincena Musical de San Sebastián, que se las arregla para estirar su amor por la música clásica del 26 de julio al 30 de agosto. Así que todavía quedan dos semanas —una quincena, justamente— de una cita pensada para los amantes del género. O no necesariamente. El festival creado en 1939 —es el más antiguo de España— quiere llamar también a los legos en la materia. "Te gusta la música clásica, pero no sabes por dónde empezar", dicen en la sección Guía para principiantes de su web. Allí aconsejan varias actividades con las que iniciarse: Soqquadro italiano, de Claudio Borgianni, un trabajo sobre las obras de Vivaldi, es uno de ellos (22 de agosto). Pero también la actuación de la Asian Youth Orchestra, que se vuelca en la Sinfonía Titán de Gustav Mahler (23 de agosto). Si estas no convencen, quedan todavía otras 45 actividades entre las que elegir. 

 

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