Directo
Ver
La gran paradoja del 21A: un Parlamento más soberanista, una ciudadanía menos independentista

Envidia literaria

Lucía Lijtmaer recuerda su infancia en Argentina con 'Boquitas pintadas'

La periodista y escritora Lucía Lijtmaer.

En General Villegas, un pequeño pueblo de la Argentina de 1932, nacía el novelista Manuel Puig, conocido por títulos como El beso de la mujer araña. 45 años después, en 1977, lo hacía la periodista y escritora Lucía Lijtmaer en la capital del mismo país, Buenos Aires. Ahora, en 2019, Lijtmaer, colaboradora en medios como El País o eldiario.es, le confiesa a infoLibre, para la revista Verano libre, que el libro que le hubiera gustado haber escrito es uno de los publicados por su compatriota: Boquitas pintadas.

 

La autora, especialista en la cultura pop desde la pespectiva de género, afirma que escoge esta obra publicada en 1969 “porque cuenta la historia de una ciudad de provincias opresiva desde distintos puntos de vista con maestría y, además, narra la cultura popular sin aspavientos, sin que quede como un pegote (algo muy difícil)”.

Aunque los dos escritores nacieron en Argentina, ninguno de ellos hizo de este país su lugar de residencia. Puig vivió en lugares muy dispares del mapamundi por elección propia —como Roma, Nueva York o Río de Janeiro—, mientras que Lucía Lijtmaer se vio obligada a residir en Barcelona desde pequeña, al ser sus padres dos exiliados del país. Sin embargo, ambos escriben sobre su lugar de origen.

En Boquitas pintadas, el escritor cuenta la historia de Juan Carlos Etchepare, un donjuán que mantiene relación con tres mujeres muy distintas. Y lo hace —y aquí es donde reside su originalidad— a través de un relato coral, narrado a través de cartas, noticias de periódicos, diálogos…

Najat El Hachmi y la escritura sensorial de Gabriel García Márquez

Najat El Hachmi y la escritura sensorial de Gabriel García Márquez

“Para mí su obra [Boquitas pintadas] fue el modelo para mi primer libro, Casi nada que ponerte [publicado en 2016], especialmente la primera parte, en la que quería dar peso y explicar lo provinciano y lo pueblerino”. Mientras que Puig se basó en las relaciones vecinales de su pueblo natal, la periodista extrajo de las historias que le contaban sus padres el argumento de su obra: dos hombres que pasaron de nacer en una humilde aldea a la cumbre social de Buenos Aires.

“Lo que me llega, además, profundamente, es el uso formal del folletín”, reseña Lijtmaer, escritora también de otros títulos como Ofendiditos(2019), al aludir de nuevo a Boquitas pintadas. Puig publicó su obra en 16 entregas que después fueron recopiladas. Ella, en cambio, se sirve del Nuevo Periodismo para ilustrar, a través de las vivencias de dos personajes reales, el retrato de una Argentina salpicada por la crisis de 2001.

Pero parece que el gusto por Puig no se queda solo en Boquitas pintadas: “Leí todas las, digamos, obras capitales de Puig —entre las que situaría especialmente Boquitas pintadas, La traición de Rita Hayworth, Pubis angelical y El beso de la mujer araña— durante un verano. Creo que me recuerda a algo de mi infancia, y los veranos en Santa Fe, la ciudad de la que provienen mis padres, en Argentina”, reseña la autora.

Más sobre este tema
stats