Aunque uno de los libros favoritos de la historiadora
Isabel Burdiel (Badajoz, 1958) es
El señor de los anillos, de
J. R. R. Tolkien, que dejó la
“huella de un mundo” en su imaginación, la escritora revela que el libro que verdaderamente le gustaría haber escrito es el del también historiador
Tony Judt (Londres, 1948)
Postguerra, así como su secuela,
Algo va mal. Una confesión que Burdiel hace para esta sección de la revista
Verano libre.
La historiadora, catedrática de Historia Contemporánea de la
Universidad Valenciana e investigadora principal del proyecto
La Monarquía liberal en España: Culturas, discursos y prácticas políticas, 1833-1885, defiende esta elección porque le parece un
análisis “extraordinario” del mundo que quedó después de la
Segunda Guerra Mundial. “Lo más envidiable me parece su
capacidad de análisis para tener una tesis clara y sostenida y una información
sólida y muy amplia”, añade.
Postguerra, publicado en 2006 —el mismo año en el que Burdiel fue a varar en él, movida por la recomendación de un “colega británico”— es un vasto libro de
1.216 páginas que realiza un profundo análisis de la
evolución del continente europeo desde 1945 hasta llegar a nuestro días. Su casilla de salida está en el
final de la Segunda Guerra Mundial y el auge del imperio soviético y “llega hasta la
Guerra de Irak y la elección de
Benedicto XVI”, según se señala en la sinopsis de la obra.
Además, según Burdiel, Judt “consigue
unir y entrelazar la historia de la
Europa del Este y la Europa Occidental”. “Cosa que se dice que siempre hay que hacer, pero
no se hace”, señala la escritora, que ganó el
Premio Nacional de Historia por su su obra
Isabel II. Una biografía. 1830-1904 en 2011 y se convirtió así en la
segunda mujer en conseguir este galardón.
Otra de las razones por las que Burdiel escoge este libro —galardonado con el Premio Council on Foreign Relations Arthur Ross y finalista del
premio Pulitzer— es, según la autora, por el
sentido del humor del que Judt hace gala, lo que le acerca a un público
más amplio. “Ha influido en mi
forma de dar las clases y, en mi propia escritura, ha incrementado una tendencia que ya tenía hace tiempo: hacia la escritura clara, sobria y que pretende llegar a alguien más que a tu colega erudito”, apunta la historiadora.
En este sentido, reseña que los historiadores tienen —incluyéndose a sí misma— la
obligación de escribir bien. “De escribir bien y de escribir para grupos amplios. Si algo me resulta cada vez más insoportable es la jerga académica que normalmente lo que oculta es la
vaciedad de ideas”, señala.
Años después de publicar este libro, Tony Judt, profesor en varias universidades y director del
Remarque Institute antes de su fallecimiento en 2010, sacó a la luz la obra
Algo va mal en 2010, una
secuela de Postguerra. Según la historiadora extremeña, la obra reflexiona sobre “los males de nuestra sociedad” y nos incita a pensar sobre el mundo en que vivimos. Burdiel afirma que en
Algo va mal Judt habla sobre cómo se consiguió un
pacto social y político de salida durante la Guerra Fría: “Ese pacto
se rompe después de la Guerra Fría, en torno al año 2000, y digamos que el estado del bienestar comienza a desmantelarse y nos encontramos con una
nueva fase de neocapitalismo, realmente muy peligrosa”, afirma. Tony Judt, continúa Burdiel, “hace una defensa de una
socialdemocracia activa, radical, fuerte, consciente de sí misma, de sus retos y una
crítica a posturas neoliberales, pero también a
posturas neopopulistas”.
La autora, que se ha servido del título de
Postguerra como apoyo para
organizar sus clases de la asignatura
Mundo actual, concluye, no sin antes recomendar a otro historiador —el norteamericano
Kent Haruf y su
La trilogía de Holt— que aún no ha visto
ninguna crítica que realmente apunte y dé en la diana en el núcleo de la tesis de Tony Judt.