La cultura te hará libre

La pregunta que 'Baron Noir' plantea a Cristina Monge: "¿Es posible otra forma de hacer política?"

La politóloga Cristina Monge.

La politóloga Cristina Monge apenas se aleja del trabajo si tiene que elegir una serie veraniega: en lo más alto de su lista está Baron noir, ficción francesa creada por Canal+ y disponible en España a través de HBO. La producción se mete en las bambalinas del poder para seguir a Philippe Rickwaert, dirigente del Partido Socialista, en su lucha por la supervivencia política frente a la corriente mayoritaria de la organización. Monge define la serie, estrenada en 2016, como "una mirada sin edulcorantes al interior de los partidos políticos" que muestra "cómo las ideas políticas intentan dar forma a un torrente de emociones y anhelos de poder donde lo personal y lo político no se pueden separar". Y es su aportación dentro de esta sección veraniega en la que políticos, politólogos y periodistas recomiendan obras culturales con las que armarse en este extraño verano.

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Algo sabe de embrollos políticos la profesora de sociología en la Universidad de Zaragoza, también analista en infoLibre. De hecho, llama la atención que Baron noir haya sido especialmente recomendada por quienes se dedican a la política: hace unas semanas, hablaba de ella en este periódico Irene Montero, ministra de Igualdad por Unidas Podemos. A ella, a su vez, se la había hecho llegar Pablo Iglesias, vicepresidente del Gobierno y su pareja. Y él había empezado a verla por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Acaso será por lo que indica Monge: "La historia, que cuenta los entramados del Partido Socialista en Dunkerque y sus relaciones con París, bien podría discurrir en cualquier parte de la geografía española". La serie, desde luego, tiene una vocación clara de realismo: no se cambian, por ejemplo, los nombres de los principales partidos, y no tiene miedo, a lo largo de sus tres temporadas, de hacer referencia incluso a personajes reales, como Jean-Luc Mélenchon y su Francia Insumisa.

"Ahora que estamos viendo cómo los nuevos partidos han envejecido de forma súbita", observa Monge, "Baron noir te espeta la pregunta a la cara: ¿es posible otra forma de hacer política?, que es tanto como decir, ¿es posible otro modelo de partido?". Y lo cierto es que la serie no es especialmente optimista. Entre sus tramas se trenzan casos de financiación ilegal, traiciones personales y profesionales, incoherencias políticas, mala praxis y mala fe, ambición y confabulaciones dignas de Shakespeare. "Una trama de lo más interesante que a cualquiera que siga mínimamente la actualidad y pase de los 40 años le hará recordar personajes de nuestra historia reciente más siniestra", apunta la también asesora ejecutiva de Ecodes. Y no se refiere solo, se entiende, a la historia francesa. De la misma manera que Mad men, la serie en la que se zambulló Monge antes de esta, no habla solo del mundo de la publicidad en los Estados Unidos de los sesenta.

La verosimilitud de Baron noir, que ha acabado enganchando a ministras, vicepresidentes y presidentes, tiene que ver también con quiénes están detrás de las cámaras. Uno de sus guionistas es Eric Benzekri, antiguo militante del sindicato estudiantil Union nationale des étudiants de France, acercándose cada vez más al movimiento la Gauche socialiste, creado por Jean-Luc Mélenchon (hoy, líder de Francia Insumisa) y Julien Dray, ambos históricos del Partido Socialista, aunque el primero lo abandonara en 2008 y el segundo continúe en él. Benzekri trabajó, de hecho, como asesor de Mélenchon cuando este era ministro delegado de Enseñanza profesional, a principio de los 2000. Y hay quienes ven en el barón en la sombra al que hace referencia el título de la serie una referencia a Julien Dray, y quienes creen que las rupturas políticas (y personales) de la serie toman inspiración del enfrentamiento entre Mélenchon y su antes inseparable compañero. Pero, por supuesto, la serie no es más que una simple e inocente ficción. 

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