Verano, 2050

Mónica García: "La salud pública siempre choca con la misma piedra: las políticas individualistas y cortoplacistas"

En Verano, 2050 intentamos imaginar un futuro mejor, pero es difícil, a veces, llevar a los entrevistados a ese terreno. En el caso de Mónica García (Madrid, 1974), médica anestesióloga y líder de Más Madrid en la Comunidad, la tarea se hace casi imposible. Nadie le culpa: es una de las cabezas visibles de la oposición a Isabel Díaz Ayuso en plena pandemia. Los datos salen todos los días, la situación se agrava por semanas, los hospitales se vuelven a llenar... Ella misma reconoce que le cuesta abrir el foco y salirse de la brega diaria: "Estás mirando todo el contexto político y social así (señala hacia abajo), y de repente alguien te plantea esta pregunta, y... es una mirada larga, cuanto menos inquietante, pero bastante interesante. Te despierta un montón de preguntas bastante interesantes y muchas respuestas tienen que ver con lo que hagamos ahora". 

La conversación deriva inevitablemente al presente y al futuro de la sanidad pública, dada la emergencia en la Comunidad de Madrid y el perfil político y profesional de García. En esta situación, es difícil ser optimista. Pero hay recetas para pensar en positivo. "Las reglas las sabemos. No digo que hayamos llegado al súmum de la utopía, pero nuestro país ha sido capaz de tener un sistema sanitario universal que diera servicio a las necesidades de los ciudadanos". En su utopía, la sanidad pública no es accesoria, sino "uno de los pilares fundamentales de nuestra sociedad, si queremos que sea equitativa y solidaria". Y eso pasa por "una inversión fuerte en ese pilar" y, de una vez por todas, aprender una lección fundamental: "Necesitamos empezar a pensarlo como algo colectivo y no como algo parcheado y encuadrado cada uno en su patología, en su necesidad y en sus opciones, en su mundo pequeño. Esta pandemia nos ha venido a decir que o somos capaces de cuidar de la salud del común o no estamos a salvo ninguno de manera individual". 

La receta del futuro de la sanidad pública pasa, a juicio de la líder de Más Madrid, por abandonar el "hospitalocentrismo": "Tenemos que ser capaces de darle la vuelta a la estructura: ahora está muy centrada en la patología aguda, en el marketing de las nuevas tecnologías... y hemos abandonado la salud pública, la prevención, la atención primaria, la base de la pirámide de todo esto.marketing Esa base de la pirámide está adelgazada y nos encontramos con un gigante de pies de barro". Por muchos artificios y promesas de los políticos, lo principal para abordar esta pandemia, las que vendrán, y en general cualquier enfermedad con una incidencia importante es lo de siempre: tener a muchos y buenos profesionales, bien pagados y descansados, que sean capaces de atender todos y de adelantarse al patógeno, en vez de ir siempre por detrás. Muchas comunidades no han aprendido la lección después del estado de alarma, cuando les tocaba coger el relevo. "Estas pandemias no tienen otra manera de prevenirse que poner toda la carne en el asador de la parte más básica de nuestro sistema sanitario y la más olvidada. La salud pública no gana elecciones, pero salva vidas en silencio". 

A juicio de Mónica García, esa base de la pirámide debe tener en cuenta siempre que cuando hablamos de salud, igual que cuando hablamos de otros muchos ámbitos, hablamos de desigualdad. En Madrid se está viendo estos días: los barrios más pobres de la ciudad fueron los más golpeados por la primera ola del covid-19 y son los más golpeados en la supuesta segunda ola. Y no es casualidad. "La desigualdad en una sociedad lastra a toda una sociedad", afirma. Y explica que su futuro ideal pasa por reducir las brechas de clase de manera tajante. En primer lugar, hay que reconocerla, "haciendo un buen diagnóstico de cuáles son los problemas que tenemos", a diferencia de un Gobierno regional que, opina, no solo no la aborda, sino que no la identifica, dejando desprotegidas a amplias capas de la población. 

¿Cómo será el tablero político de 2050? Es una pregunta "imposible de contestar, porque requeriría de unas dotes de previsión casi mágicas", asegura García. Pero es algo pesimista: cree que hay dinámicas tóxicas en el juego parlamentario que son difíciles de erradicar, ahora y dentro de 30 años. "Llega a ser perverso, se enroca en sí mismo sin ser capaces de levantar la cabeza, de mirar al 2050". La salud pública "siempre choca con la misma piedra: las políticas individualistas y cortoplacistas". "Necesitan largoplacismo y mirada colectiva", afirma. Para eso lucha desde su escaño. No solo en cuestión de covid: una sanidad que mire por lo común tiene que preocuparse también de los hábitos de alimentación, del tabaquismo, de la contaminación atmosférica... asesinos silenciosos para el que se necesita, explica la diputada, otro concepto de libertad muy distinto que el que solemos manejar en el día a día. 

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La líder de Más Madrid carga sobre un concepto de "libertad individual" que "en su caso más extraño y estrambótico, es la manifestación del otro día" de negacionistas de la emergencia sanitaria. 30 años atrás, afirma, había muchas ideas sobre lo que significa la libertad, esa palabra tan valiosa como manoseada: "se ha ido estrechando a una libertad de niño malcriado y caprichoso que quiere hacer lo que le venga en gana. Hemos permitido, como sociedad, que sea un concepto muy individualista". A juicio de García, "tenemos que ser capaces de volver a ensanchar ese camino, que define la libertad como algo más colectivo, más común, de lo que se desprendan luego las libertades individuales. Que no sean esas las que marquen la senda". 

El día ideal

Como en todas las entregas de esta sección, preguntamos a los entrevistados cómo sería su día ideal durante el verano de 205o. El de Mónica García no sería muy distinto de uno habitual: "El disfrute de mi vida particular, de mi vida familiar y de la implicación política", no entendida exclusivamente en dar guerra desde el escaño, sino en un sentido más amplio: "el conocimiento del ser humano". Espera seguir teniendo "inquietudes y motivaciones que me muevan el trasero del sillón. Eso sería. Esa es parte de mi pócima de felicidad". 

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